Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Renacer cada día



No me digas no

No me digas no.
(necesito sentirte a mi lado, desde allá muy lejos, la música mágica de los violines dibujan prodigios en el aire al sentirte llegar).
Quiéreme.
No me digas no.
(el tiempo es río que huye y perdida me siento al no estar entre tus brazos, desde que te fuiste mi alma está triste).
Quiéreme.
No me digas no.
(en claridades de luna y brizas de jardín elevo tu nombre por aires en vuelos y en oraciones dulces y melancólicas que antes no sabía brotan cada día de mi corazón enamorado palabras de amor).
Quiéreme.
No me digas no.
(en el fulgor de la alborada mis sueños susurran pensamientos invocándote siempre, quiero tenerte en mis mañanas como no te tuve en mis ayeres).
Quiéreme.
No me digas no.
(ven en mis noches de soledad, no me abandones, en silencio avanza pálido el dolor por no tenerte y ante él la esperanza deshoja una flor).
Quiéreme.
No me digas no.
(mis suspiros necesitan estar contigo, abrazada a ti, inmóvil, sólo mi profunda respiración moja el claro cristal de la quietud que nos une en un imperceptible chal de espuma).
Quiéreme.
No me digas no.
(mi alama clama por ti, ondea mi canto pleno de dulzuras y sueños y mis prosas, mis versos, parece que llegan de la azul inmensidad)
Quiéreme.
No me digas no.
(te busco y no logro hallarte, te siento en horizontes lejanos, pero te aguardo ya que presiento que el coro de las hadas del bosque te traerán a mí, porque ellas encuentran lo que nunca se logra hallar).
Quiéreme.
No me digas no.
(percibo la sombra de la ilusión y la sed de lo imposible como una braza llena de fiebres locas mi corazón atormentado y deseoso de gozo y placer).
Quiéreme.
No me digas no.
(riamos juntos en trémulos esplendores de amor, ven a mí y las liras de cristal sonoro tañarán las ondas de plata de las aguas quietas y volarán entre ritmos los aromas de dos almas que se aman).
Quiéreme.
No me digas no.
(tú eres y serás mi inspiración de mis poemas, de mis versos, de mis prosas, porque sólo tú llenas de armonías el viento y ardes como llama brillante en mi alma).
Quiéreme.
No me digas no.

Juntos viviremos amaneceres brillantes entre alegres cantares de frescas notas y en fantásticos pentagramas, plenos de dicha y luz crearemos nuestro nido entre un pasaje que canta y cantando nos cuenta sus misterios en un alado idioma sin palabras.

Mensajes sin destino

Mensajes sin destino, flechas en el aire, poemas de amor que he ocultado en un lugar secretísimo para no ser encontrados ya que sólo por ti están inspirados.
Son frutos nacidos del amor intenso que por ti siento ni están apegados a ningún estilo.
Fluyen del río del tiempo, se empapan escondidos en sus aguas y la flauta que los acompaña haciéndolos vibrar en mi interior se vuelve poco a poco reticente y opaca.
Mensajes sin destino, ayer quise gritar en una alud de palabras las prosas de amor guardadas para abrir causes nuevos y derribar murallas, pero no pude, fue un imposible deseo.
Ayer mis ojos acertaban distancias y como un remolino dos brazos giraban desbrozando malezas.
Mensajes sin destino, piernas y corazón con los versos de amor apuraban su marcha ora explorando amores, ora andando comarcas, buscándote sin cesar para entregarte mis mensajes de amor.
A todos pedía por ti y algún sueño prometía mi flauta, no el sueño que se sueña, sí el sueño que se arranca de la tierra renuente.
Un mar de letras impresas te quieren encontrar son frases de amor que sólo para ti las escribí y en las que me interné con todo mi amor y el fragor de llegar a tus brazos en una marejada leal y pura.
A veces te busco en el jardín florecido que me llama cuando en rosas, jazmines y geranios estalla o verdea, modoso en la paz de su grama.
Mensajes sin destino, los envío cantando bajito sin ahondar las pisadas con un dejo de gozo para que lleguen a ti mi amor amante.
No quiero penas ni dolores, sí sueños a mis espaldas para que absorban mis tormentas y tan sólo compartir contigo mi bienamado mis bonanzas y mis prosas de amor.
La flauta está en su estuche y la espalda en su vaina porque espero que mis mensajes sin destino lleguen pronto a tu noche como un libro fiel que cuenta mi espera ansiosa  y vibrante.
Mensajes sin destino, van por un mar terso, sin oleaje, en un mundo como de sueño en un eterno recomenzar para que se oculten, no queden o se pierdan en la nada.
Mensajes sin destino, viajan en el silencio, en el viaje completo de proezas musicales en los confines del paisaje.
En mi voraz silencio grito mis mensajes para que se alcen hasta el cielo en una gama de colores en las que las palabras se entienden una vez más a sí mismas.
Mensajes de amor, no se oculten ni en un veraz espejo muestren las palabras de amor que mi numen siempre inspiró.

Tengo

Tengo las manos colmadas de deliciosos momentos vividos con intenso amor, plenas de recuerdos inolvidables y de penas ya olvidadas.
Tengo mi cielo de día con un vestido azul y un botón de oro, de noche con un vestido de luto y un botón de nácar.
Tengo de día todo el esplendor y el brillo por que es cuando llega el amor, de noche me sumerjo en la invisibilidad porque es cuando el amor se aleja.
Tengo todos los encuentros fugaces entre luces distantes y azahares sin respuesta.
Toda mi vida me palpita encendida entre tus brazos, cuerpos finos y delgados, todos miedosos de carne.
Tengo, desde que naciste, al son de mis deseos viola de amor, altar en el Olimpo, cintura cincelada en nácar verde y perfil modelado en blanda cera.
Tengo el calor de tus hombros enlazado, apretado en mis brazos y me siento en la cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia dentro de mis dedos cuando herías mi piel con tu belleza y al roce y al llamado de tus ojos tengo en mi alma todos los poemas alzados desde mi sangre.
Te tengo en el verde follaje levantado del árbol donde pierdo mi albedrío y en el viento caliente de estío y en la orilla del amor enamorado.
Tengo mis sentidos creciendo a tu espalda, flamígeros cipreses en hileras por los aires, un círculo amarillo me inundaba de cuerpo entero.
Tengo tu figura vedada a mis poemas, a mis prosas de amor como un cerco de jóvenes olivos.
Tengo en mi boca tu nombre y llevando las manos a tu pecho, amor, desnudándote, caminas sobre el muro que cerca mi silencio.
Tengo un aire domado por donceles, ramos verdes que rodean mi sosiego posando un viento en mis labios que te acercan más a mi y soy feliz.
Eres mi sol y mis cánticos unánimes, el brillo de mis bienes ya logrados y el aire para el vuelo de mis ángeles.
Tú conservas los labios sobre el musgo y tu nombre en el silencio, riela, espero que no te apartes nunca y siempre nazcan de tus ojos el verde azul que refresque mis sentidos.
Tengo, te tengo, tengo todo en mí, eres mi luz en el zócalo del viento rezagando mi camino, ancla de oro y cadenas de mis anhelos.
Eres mi música del viento, tan leve en extensión al amparar su son tan breve tiempo.

Te tengo y al tenerte ¡qué sensación tan profunda arranca de mis entrañas! ¡qué grito de amor desgarras de mis poros y mi sangre!