Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 16 de febrero de 2013

Te desvaneciste


Quisiera estar


Quisiera estar muy dentro de mí, en ese espacio secreto, íntimo, donde conmigo misma juego y me deleito con monosílabos, ideas, palabras, frases de amor, que necesitan volcarse con frenesí en pergaminos en blanco o minúsculos trozos de papel que vuelan con el aire cual aves veloces surcando los cielos.
Mi alma trasluce amor, lo siento muy dentro de mí, me conduce suavemente por sinuosas colinas verdes o mares azules transparentes y cálidos.
Quisiera estar sumergida en hondos y misteriosos recónditos de mi alma, sintiendo la soledad mía, tan mía, que me embarga con mi dulce ternura envolviendo mi yo todo.
Quisiera estar llegando  hasta horizontes infinitos, en las auroras plenas de colores o en los crepúsculos tardíos que iluminan con diferentes matices el cielo azul.
Quisiera estar buscando sin afanes, ni prisas, ni ansias, el amor que me espera en los confines del orbe.
Ese amor fiel, verdadero, único, incomparable, lejano pero cercano, el cual anhelo con todo mi espíritu casto y puro.
Quisiera estar en ese lugar inimaginable, resplandeciente de ilusiones cual verde follaje de cipreses altos y campos florecidos de amapolas, lirios, alelíes, azahares entre tus fuertes brazos en un nido tibio de ternura y amor.
Quisiera estar rodeada de mantos brillantes en una noche iluminada por una luna resplandeciente que baña nuestros cuerpos con su luz de plata.
Quisiera estar tendida en tu regazo, envuelta en tus brazos, mi rostro inundado por tu mirada, tus labios pronunciando mi nombre, los míos acercándonos aún más.
¡Cuánta felicidad nos enlaza uniendo nuestros cuerpos y almas!
¡Loor a ti, Eros, Dios del amor! La poesía nos invade, recorre los cielos y las nubes, la esparcen por doquier, uniendo corazones sensibles por una eternidad.
Quisiera estar volando alto hacia nubes viajeras para encontrar aún lejos el destino cierto, inolvidable, único, donde las horas en silencio pasan como estrellas fugaces con un ritmo lento y acompasado.
Quisiera estar en es día en el que nos encontremos, frente a frente, tristes en el camino de la vida y así ofrendarte todo mi ser.
No transitar por senderos equívocos, oscuros, misteriosos, las huellas largas y angostas, sí por amplios horizontes claros y resplandecientes donde el amor renace cada día.
Quisiera estar reconfortada y calma haciendo danzar en una danza sin fin mis versos de amor sinceros y diáfanos, uniendo tu alma con la mía, solos tú y yo en noches nostálgicas.    

Tropiezos del corazón


Tropiezos del corazón, ¡cuántos pesares causan!, vacilo en mis sentimientos, detenida en el grave concierto del otoño, escuchando como los violines y las arpas agitan un mar de hojas rojizas, amarillentas.
Tropiezos del corazón, traspié, por primera vez lloré al haber arrebatado tu rostro al deseo creciente de mi alma por querer mirarme en tus ojos y no encontrarte.
Después del letargo imprevisto que arrastró en sus alas minutos y horas, ahora lejanas y frías, conservo en mis labios tu nombre esperando que nazca de tu rostro el verde que refresque mis sentidos y tú confundido y ausente ignoras mi suplicio clamando por tí.
Tropiezos del corazón, caí en un pozo sin fondo, te añoro y te extraño, no has venido a despertar mi alma sumergida en sombras sin luces, ni rumbos.
Si pudiera gritar mil palabras serían testamento para repetir libres de mentiras y falsedades el amor que por ti siento.
Ajusto sobre un arco mis deseos y del puente que tiendo con mis flechas bajan lamentos de amor a nuestro suelo.
Tropiezo del corazón que hacen tambalear mis ilusiones y mi alma entera, apagando las estrellas de mi cielo convirtiendo mis sueños en tropeles de fantasmas tétricos que me envuelven con sus mantos oscuros de la noche llevándome por ríos inagotables de tristeza formados por las lágrimas que brotan de lo profundo de mis sentimientos.
Tropiezos del corazón, por los mares del silencio siento que crece la luna desde adentro y que como cisnes de humo flotan los recuerdos y los pensamientos en las redes sutiles de mi sueños.
¡Tu presencia se diluye a lo largo de mi barca!
¡Tú no estás! ¡Entre las tranquilas sombras ya no te pienso!
En duras alamedas de cristales padece el corazón un miedo tibio y pasa lentamente entre mis dedos la luz quemada de tus ojos negros.
Tropiezos del corazón, el desliz de mi mente cuando duermo me hace llegar al valle de tus sueños y me mueve la distancia como alas en las grietas de mi piel que vence el tiempo.
Y tu alma y mi alma se pierden en la niebla lejana del recuerdo.
Tus caricias imaginadas brotan lentas por el mapa de mi cuerpo.
¡Qué haces alma tropezando en caídas sin regreso, que no ves las celadas que me aguardan!
Tú y yo somos agua pasada que mojan las veredas  de mi vida. 

La esencia de tu ser


La esencia de tu ser bien oculta en el rojo silencio de tus ríos interiores duerme tu espíritu en una fugaz luz, estalla en la mañana como amor retenida en pimpollo.
Mi alma, cercada de tinieblas, al infinito se alarga cuando tú como bálsamo tenue me haces perder el miedo en tus brazos que me estrechan poderosos y frágiles con la fuerza de tu amor, plena magia que suena como dulce melodía.
La esencia de tu ser me inunda cual hiedra de amor, con tu sangre vibrante que forma raíces profundas y enlazadas en mi mundo interior.
Naciste como perfil modelado en blanda cera en los duros biseles del silencio, estás inmóvil como águila en espera, con el calor de tus hombros enlazo la cima de los cielos con la tierra.
No se cuando empezamos a conocernos, cada mañana nos empezamos a encontrar, cada nuevo beso es para mí, mi primer beso, mi verso debía decirte lo que para mí has sido, tú tenías la palabra exacta con ternuras compartidas.
La esencia de tu ser, mi corazón palpita deseoso de poder llegar a tenerte en mis brazos, sentir tu sutil aroma, con el solo anhelo de llegar a reflejar tus ojos en lo míos haciendo que mi alma se sumerja en un éxtasis infinito. 
Así esta pequeña ideología tuya provoca en mí los sentimientos más profundos ideando tu figura mientras nuestros corazones siguen bebiendo de la misma fuente como en la hora tiernísima del juego y de la leyenda, regalándome primaveras inagotables de tu alma.
La esencia de tu ser, esa materia que se presenta como un himno favorito entre notas que suben en números acordes de tu pecho a mi oído y despierta una viola celeste llevándome al cielo como las alas de un ángel, armonizando su son con tus cantares y tus risas.
Siempre amparándome en tu ser y se asoman a mi pecho tus sentidos, temblando mi cuerpo al sentirte cerca de mí.
La esencia de tu ser, principio de un amor sin tregua y así voy por veredas de la tarde perdida para siempre en tu embeleso.
Mi rostro feliz, mis brazos libres, recorriendo mis sentidos sin orillas, vuelvo a tu boca olorosa, quedándome en el deseo creciente de las aguas, jugando con tus sueños y mis anhelos.
La esencia de tu ser, es mi paz intacta del manantial de mi dicha.

Revelaciones


Aflicción


Aflicción, sentimiento que invade mi alma cuando no estás a mi lado por tu falta de amor vibrante y único. No quiero sombras de amor sí la luz entre nosotros sin que divida el zócalo del viento.
No te quiero rezagado en mi camino, que en tus suaves manos me eleves a las nubes altas contra el viento ya que eres el manantial de la dicha.
Aflicción, la añoranza me lleva a pensar en tí, en tu mirada cálida que me hipnotiza como un picaflor embelesado que adivina el pulso de mi sangre que entrega el secreto de mi alma alucinada, despertando el recuerdo de nuestros sueños alcanzados.
Aflicción, evoco tus palabras que trastornan y apuran mis sentidos más profundos y el deseo de estar en tu isla encallada ya que hambrienta de amor soy una llama que tu cuerpo reclama sediento de ternura.
Aflicción de estar en nuestro lecho entibiecido con pena de sentirte lejos, extraño en mi mente y en mi cuerpo la dulzura y tus gestos que trastornan mis sentidos.
Padece mi corazón un miedo tibio que pasa lentamente en mis dedos batiendo el aire que me sigue y me lleva hacia tí, amado mío.
Aflicción, búscame en verdes alamedas de cristales porque mis versos, mis palabras de amor, se anidan entre crisoles queriendo llegar a un gran espacio blanco donde fulguren, brillen y guíen tus pasos hacía nuevas huellas.
No te detengas nunca, cuando quieras, búscame, porque mis brazos forzarán el hombro de la noche para que vuelvan tus labios a los míos.
Aflicción, se mueven tus distancia, te acercas con la intención de fuerza de un amante entre luces y sombras, de mundo y ser, de afán y tiempo, inverosímil tregua con la dicha de no ser más errante por el tiempo.
Me apaciento en tu valle y entre lirios y jazmines, desnudo tu luz en mis pupilas y un soplo altanero, leve, estremecido, me entrega tu amor entre goces, susurros, sonidos que hacen nacer en mi suelo hasta tu frente una hiedra de amor estremecida.
¡Ven! ¡Te estoy esperando! ¡No más nostalgias en mi vida!, quiero despertar contigo a mi lado, sentir tu piel a mi costado, recostando mis pupilas en tu contorno ya cierto, no delineado mientras recorro un sol enamorado las largas avenidas de tu cielo.
Aflicción, no más pena, no más ansias, ni nombres recogidos de tu boca son color en la música del viento.

Te necesito


Te necesito, abro mis ventanas con flores de múltiples colores para darte una señal, un signo por donde puedas encontrarme.
En mi jardín envuelta en un manto de esperanza mi cálida voz te llama para encontrar tu sonrisa cálida y sonora detrás de un heliotropo, de un alelí, de una rosa.
Te necesito, hablaré con las mariposas, les mencionaré mis deseos alumbrando mis movimientos, buscándote con el pulso agitado de la sangre sobre el plato frío de mi silencio, poblado de ecos y de sombras como un ave de marfil en primer vuelo.
Te necesito, recorre mis sentidos sin orillas, un viento adolescente en primavera, la estirpe de mis cantos se levanta y mi sangre convoca tu presencia y ahora que te nombro y te reclamo floto con movimientos lentos en el aire, en un rítmico volar de dulces sueños.
Te necesito, amor, te necesito más aún cuando los astros encienden sus lumbreras, mientras hallan trasluces en las tinieblas, claridades en secreto, noches que lo son apenas.
Te necesito, ven a mis brazos que ansiosos te esperan, que cuidan su misión de fuego puro, un caliente perfume de cipreses tienden un arco de paz sobre el camino, las nubes que sustentaban a los cielos, sueltan al aire pájaros al vuelo.
Te necesito, eres mi ancla de oro y cadena de mi anhelo, piel que adivina el pulso de mis ojos, cruz que aprieta las nubes contra el cielo.
Quiero que bajen sombras de amor a nuestro cielos, circundando nuestro mundo, sólo nuestro.
Te necesito, estoy en tus islas encallada, hambrienta de amor, soy una llama que tu cuerpo reclama.
Es el capricho que risueño rompe la cerradura del secreto que padece mi corazón.
Ese miedo tibio que revuela entre alegrías e ilusiones hacia tí, como alas batientes en el aire, que sigue y canta.
Te necesito, los signos de tu voz me reclaman, despiertan mi ternura, desparraman mi alma enternecida toda por tus dulces palabras.
¡Te necesito! ¡Búscame! ¡Atrápame! ¡Conquístame! Y dame algo que sea nuevo.
El tiempo ya no existe, aunque exista la templanza y la experiencia de nuestras vidas, pues nuestro amor nos llevará a nuestra auténtica realidad y destino.

Te recuerdo


Te recuerdo
(cuando en las noches estrelladas y brillantes y la luz de la luna baña de plata las aguas tranquilas del agua, te pienso).
Te recuerdo.
Te añoro
(tu perfil desdibujado bajo la pálida luz de la aurora viene en mi búsqueda con ansias locas).
Te recuerdo.
Te añoro
(evoco los instantes preciosos pasado juntos, muy juntos, en silencios prolongados y profundos, entre suspiros de amor y besos apasionados).
Te recuerdo.
Te añoro
(eres el ser que mi nostalgia despierta, mi esperanza renovada y quisiera cercar tu aroma con mis manos y la dulce potencia de tus brazos).
Te recuerdo.
Te añoro
(tus cantares son con sones armonizados siguen persiguiéndome sin descanso y tus notas suben  al igual que ayer en numerosos acordes y son para mí tu regalo).
Te recuerdo.
Te añoro
(todo sonido en eco tuyo me lo convierte en alma que te espera, y tus pasos se sienten siempre de estar viniendo por la ausencia).
Te recuerdo.
Te añoro
(tengo miedo de no poder encontrarte, de que mis besos se pierdan en otro cielo como el amor que vive en ola en ola).
Te recuerdo.
Te añoro
(perdida voy en las tardes por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado de tus ramas, ni ver tu fuego que en los fuegos arde).
Te recuerdo.
Te añoro
(te llamo hasta quebrar mi voz en cristales translúcidos, por eso sangra mi corazón y me derramo entre lágrimas y sollozos).
Te recuerdo.
Te añoro
(dame mi libertad, no quiero tu fatiga, quiero sentirte como se siente el agua, hermosa, libre y límpida entre tu libre albedrío y el mío).
Te recuerdo.
Te añoro
(busco tu imagen en mi cuerpo con el frescor de la creación primera en las densas ondas de la noche, con afán de encontrar la luz primera)
Te recuerdo.
Te añoro
(así te hallé, sin muros ni rejas, entre luceros y luces fugaces, como manojo de mi iluminado amor que te ofrendaba, el día que alboreaba y ganaba la aurora en sus matices)
Te recuerdo.
Te añoro
(quiero fundir mi figura con tu bronce, andar entre los peldaños del deseo, hasta alcanzar la cumbre de tu nombre).
Te recuerdo.
Te añoro.
Llévame con mi recuerdo, mis manos a tu pecho, amor, que desnudándome caminos sobre el muro que cerca mi silencio, siente mis besos en tu frente para que de mis labios surja el verso que encienda tu sangre en tus venas y me sientas pegada a tu cuerpo apareciendo mi nombre en tu cielo.