Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 26 de enero de 2013

Tu huella que mi mar se llevó


Divagues del amor


Divagues del amor, derrotero de la mente que nos lleva a desorientarnos buscando no equivocarnos, desarmemos el cielo, apaguemos la luna, bajemos las estrellas, escondamos el sol, inundemos los océanos abrasemos los vientos.
Divagues del amor que nos hacen desviarnos en la medianoche de nuestra vida, bajando por los tiempos ya pasados hasta el hoy ya vivido.
Desorientados en los nortes, sures y orientes nos sentimos sombras calladas, temblorosas de temores y sueños sin fin que nublan el alma entre dudas oscuras y plenas.
Divagues del amor delirios que nublan el alma, déjenme encontrar el camino, el mío, donde me espera alguien con su canción de amor puro y casto.
¡Ay! Corazón tengo un mundo de sensaciones nuevas que me llevan a merodear de soslayo en amor tuyo pleno de ventura y paz.
Divagues del amor ¿Qué hay más allá de lo que encontramos? allá detrás del horizonte de blancura indecisa ¿sueños inconclusos? ¿Amores pasados? ¿Voces que nos llaman y suenan como las que fueron un día nuestras?
En el papel aparecen palabras de amor dispersas en poemas que me llevan a querer encontrarte otra vez.
En nuestro interior tenemos muchos sonidos…pero todos se dan merced al vacio y al silencio que nos envuelven.
Divagues del amor que nos dispersan a caminos de la vida diferentes.
El sentir divino no admite temores, sustenta amores.
Vagabundeo errante y peregrino en busca de aires que me envuelvan, me sustenten seguridades y verdades genuinas.
Divagues del amor rompan las cadenas en las que me siento presa, libérenme, guíenme a un lugar ajeno a las dudas y temores que unos extraños del pasado me inundaron.
Quiero soledad, desnuda de maldad, cubierta de dulzuras, caricias de seda y besos que despierten mi alma dormida y herida por los divagues del amor.
No soy mi sombra, soy un leve hilo de voz que quebranta los silencios y me voy lejos, en busca de historias de fe y esperanza.

Juntos en la senda


Juntos en la senda, recorremos desde la colina del nardo irradiando el fulgor que seca las fuentes del llanto.
Juntos por siempre aún en la lejanía, juntos en las sendas limpias, mis tristezas te llevas, mi llanto, eres alegría y junto a tus palabras con sonrisas vas haciendo de a poco una vida con colores brillantes y límpidos.
Nuestro amor es como un anochecer y un despertar juntos, impregnado con nuestra piel con la suave y cálida brisa de un nuevo día.
Juntos en la senda, haciendo un hueco con la eminente llegada de la luz, soy voz al fin,,. hermosa y amada, pura y descansada, pudiendo confundir mi mirada con mil estrellas fugaces tocando una eterna melodía inolvidable salvándome del olvido.
Juntos en la senda, murmullos silenciosos nos rodean y como secretos de la noche nos unen en un todo de anhelos.
Juntos en la senda, en la eminente llegada de la luz, somos dos voces unidas afinadas y sincopadas, puras y límpidas.
Juntos muy juntos sin olvidos ni inquietudes, el amor es el secreto de los siglos en receso que va dibujando su invisible rocío cósmico en los atardeceres temporales del espíritu y las palabras con sonrisas abrazan nuestros mundos profundos y luminosos.
Juntos bordamos una red de oro en forma de soneto y al escribir las palabras de amor más sentidas como teje la ingeniosa araña su obra de arte para convertirla en fuente de su sustento.
Juntos en la senda, estábamos unidos pero no nos veíamos, nos percibíamos en noches de secreto que nos unían, nos enseñaban.
Somos dos seres únicos porque aún en la noche nuestras miradas se cruzan con un atisbo intenso de amor.

Desordenada sentimental


Desordenada sentimental, mil amores acuden a mí ¿de donde? ¿de donde acuden huestes calladas a ofrecerme sus palabras de amor? que llegan bajando por los tiempos milenarios a darme sus dones de lugares lejanos y misteriosos.
Desordenada sentimental, no se lo que quiero y a donde voy, innumeras sombras calladas me persiguen cada día mas hermosas pero por más usadas nunca me dejan sola.
Desordenada sentimental ¿que busco? ¿A dónde me dirijo? Quieren atarse a mi ¿con lazos de ardientes claveles? pero yo sólo, en lo profundo de mi, te quiero sólo a ti, al hombre que como títere desmadejado no sabe tampoco lo que quiere.
Las golondrinas nos vieron cambiar suspiros y llantos por amores imaginarios que tizas perpetuaban.
Nuestros corazones seguían bebiendo de las mismas fuentes aunque el tiempo cruel por distintas sendas nos apartaban.
Desordenada sentimental ¿Qué busco? Que necesita mi corazón para ser feliz? Necesito hollar un sendero con olores a tomillo y madreselva, recto, muy recto para que mi desorden de amor encuentro en los espejos del recuerdo aquel a quien amé bajo el cielo de las campanillas azules.
Quiero echar raíces en mi cuerpo y en mi sangre y poder así seguir soñando sin errar al azar al amor equivocado.
Desordenada sentimental, quizás mis labios ya no pronuncian palabras de amor hacia ti, tal vez de mis manos ya no broten ya más caricias leves, volátiles ni tiernas
¿A dónde guiaré mi vida si tengo tantas dudas de amor?
Desordenada sentimental, quisiera surcar los mares, abrazar el viento, llegar a tiempo y anclar cerca de ti, pero los humos grises del amor se elevan sin líneas, atravesando el muro de los océanos del tiempo y entonces vuelvo a la soledad, a las dudas, a las interrogantes, a querer saber quien soy y que quiero.
Desordenada sentimental, soy como la voz del vigía que grita clamando sus sueños incumplidos, sus amores inconclusos, sus noches sin canto y amores.
Delante de mí tengo ahora toda la ancha, senda del ir a encontrarme al que me ofrece su amor ¿Qué haré? Aún no lo se…

Aromas de vergeles


Engaño amoroso


Engaño amoroso, falsas palabras que me llenaban el corazón de latidos presurosos y alegrías sin fin.
Ecos de amor que como un cetro, ceñían mi mente como corona de flores silvestres, amapolas, magnolias, alelíes.
Me sentía segura de que todo era verdad pero fue un engaño vil, traicionero, pleno de incógnitas, sin respuestas.
Mi alma de poeta se entristecía, lástima sentí por los crepúsculos, te creí vívido a orillas de los lagos contigo a mi lado.
Engaño amoroso, ya no se siente el centro del amor, mi corazón de hielo bajo nieve invisible es sólo un soliloquio, claro, es un esperar que llegue el día en que el amor me alcance otra vez.
Espera, me dijo, aún no se puede encontrar lo fidedigno, el amor ahora duerme.
Engaño amoroso, me voy a una noche fría recordando los estribillos que tú me arrullabas proclamando tu falso amor, amor de conveniencia, amor pletórico de bajezas, buscando imágenes heridas en mi corazón enamorado y feliz.
Engaño amoroso, lágrimas que como arco de los cielos, bajan por mis ojos en tenues alas que llegan a lares desiertos.
Engaño amoroso, viniste del ayer hasta el hoy, atravesaste misteriosas sendas para llegar hasta mí y con tu filosa espada de palabras me conquistaste, para luego, sin un porqué, recibir de tus trémulos labios, tu despedida final.
La noche inundó mi alma, me volví tierra, me transformé en corriente de agua, onda tras onda, isla ignorada, nadie en el aire sufriendo por tí.
Engaño amoroso, descarado, egoísta. Si yo no encuentro el camino verdadero, mía es la falla, toda la canción de amor está en ella esperando que alguien sepa como cantarla.
Engaño amoroso, cruel y despiadado, que ha borrado toda la claridad de la gala matutina,
Me siento de un hálito de abismo, te amé y me creí amada, flota en esta alborada agonizante que fatiga y marea envuelta en el oscuro pensamiento obsesionante que me dejaste sin tu amor en una amarillenta pesadilla que me hunde en el hoy sin esperar el mañana. sólo la cerrazón entristece y no ilumina, débil quedó en esa blanquecina luz crepuscular y opaca.

Palabras con sonrisas


Palabras con sonrisas, tenues, leves, que acarician con suavidad el alma.
Son las que te llegan a veces de improviso, con unas ansias intensas de regocijarme en el vacío, de rodearme, de hacer cosquillas suaves a mi interior.
Palabras con sonrisas, cimbreantes, cautivadoras que me haces llegar para que sienta tu amor noble y así la desdicha, el dolor, la pena se alejan a la nada del poniente.
Tus palabras con sonrisas me provocan el deseo de decirte algo y no sé por donde empezar, puedo hacerlo desde el principio o tal vez desde el final ya que a través de esta frase su significado sigue siendo igual, te amo más cada día.
¡Ay! Ansias… de saber que lo inesperado y misterioso nos envuelve cuando nos amamos.
Tus palabras con sonrisas abren para mi todas las puertas de la vida y dejas en el aire aromas de alegrías.
Son peregrinas de otras dimensiones que recalan como lluvia, como rocío, sobre lo destruido, lo repetido, promoviendo mil ansias de querer en el silencio cómplice de nuestro abrazo mágico con el corazón ahogado, hundido por un paraíso de cascadas de sonrisas.
Palabras con sonrisas, el eco me las trae y así con ellas te siento cada día rozándome invisible, sutilmente impalpable, llevándome hacia ti a esa dulcemente imposible lejanía luminosa.
Mi espíritu solitario te sueña y mi alma te busca con total emoción. ¡Lejanía distante, trae sus palabras con sonrisas! ¿Dónde estás?... ¿Dónde estás? Ven a iluminar mi espíritu todo.
¡Ay!... Suspiro con anhelos en esta espero con certezas de que tus palabras con sonrisas despertarán en mi alma sortilegios de renovación que nos unirán en una llama viva de verdadero Amor.
Palabras con sonrisas que se van desgranando sobre mi piel como pétalos de rosas, acariciando con suavidad mi alma, en una espera del tiempo donde duerme el amor.
Y clamo con la esperanza que vienes porque el murmullo de tu voz se acerca y pienso en tu sonrisa, tu sonrisa está conmigo y está clavada en mis ojos de perlas temblorosas.
No quiero el silencio que me traes, necesito que en oleadas de viento y humo florezcan en campos de amor tus palabras con sonrisas.

Desaire


Desaire, palabra despectiva, arrogante, que no significa nada si uno la encuentra y no sufre por ello.
Pero de pronto aparece en un poema, en un verso de amor y esto confunde mi pensamiento porque aunque en mis prosas la verdad encuentro miles de objeciones resuenan en mis adentros.
Es verdad que en muchas estrofas las palabras con desaire se claman, más en el fondo se sabe que son nubes de humo para ocultar los verdaderos sentimientos.
Sentimientos que están llenos de dolor por el desdén recibido, el desgaire que nos llega, la indelicadeza que nos roza, perdemos lo más preciado: el amor que nos rodeaba y a pesar de que los versos nos hacen pensar que lo que se ha perdido no debe doler ni llorarse amargamente.
En realidad las frases que resuenan en mi mente gritan lo contrario porque encontrar en el camino desatenciones no merecidas, no es un instante para recordar ni sufrir.
Lo que se siente duele tanto que es mejor convertirlo en coraje para que el daño desaparezca, se disuelva en la nada hacia lugares recónditos del alma.
Voy tras el camino tras una libertad absoluta, allá voy con mis delirios como una ciega luz de una noche oscura.
Desaire, enredado en hilos con el viento para que deje de existir en mi vida.
Voy en búsqueda del amor con miedo a amar y dejarme amar, miedo a pasión desbocada, miedo a besos furtivos, miedo a ser ramas entrecruzadas bajo las ramas confundidas de los ligustros anhelantes.
Miedo a ser naturaleza viva en la naturaleza real que me rodea.
No quiero avanzar contigo en tinieblas, sí claridades buscar juntos, a ciegas y nos hallaremos envueltos en redes de preguntas y ecos que contesten en una entrega total, en una plena donación de vida.
Desaire que se ha ido lejos, sólo busco claridad a través del misterio nunca bastante claro por desnudo que esté en las tinieblas sombrías.
En este tiempo medido con ensueños ¡al fin! te veo llegar, vienes de la nada tormentosa hacia mí, colmadas tus manos de ansias y caricias.
¡No más se acerque a mí el desaire! en oleadas de vientos y nieblas la esperanza de que vienes se vislumbra y ya estás conmigo, tu sonrisa, tu mirada, tus caricias que corren hambrientas sobre mi piel dormida.
Me niego a despertar, no quiero ver la soledad detrás de tu perfume que se negó a partir.