Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 25 de julio de 2019

Historias noveles


Amante reviví


Amante reviví
volví a ser la mujer,
enamorada del amor,
porque encontré en ti
la ternura, el mimo, la nobleza,
la alegría de tú corazón.

Amándote reviví,
mi alma se colmó,
amor, alegría, gozo,
Placer de placeres.

Tú eres mi amor de verdad,
lo imposible siempre llega.
Felicidad destilada
por el tiempo en sus colmenas,
por el aire o por abejas.

Aprendí con paciencia a esperarte,
A sentir tú presencia llegar,
despacito,
besándome el cuello,
las manos mi todo.

Amándote reviví,
me llevaste por el sendero,
que inspiró la poesía.
En un raudal de inspiración
que es fragor de lucha en el día,
y en la noche meditación.

Nuestro primer beso de amantes
¡asombro!
¿Es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los sabios repetirlos?

Vuelan hacia el segundo beso
más que beso claridad,
quieren buscar la certeza alegre
de su don de hacer milagros.

Amándote reviví,
mis armoniosas risas y lloros en flor,
se congregaron al rumor de las alas de mis sueños.

¡Versos!, con ímpetu alado
al ideal ascended
y en las estrofas verted
el amor que por ti siento.

Ahora, contigo a mi lado,
río,
canto,
bailo,
amo,
mi cuerpo vibra junto al tuyo.

Amándote reviví,
Cuando abrí la puerta de mi vida,
el perfume lejano de tú ausencia
me acarició la piel.

Sentí que me abrazaban,
‘’en su silencio’’, me dije.
Era tú silencio colmado de amor,
que se acerco muy cerca mío
con el fuego de tu piel .

Amándote reviví,
obediente al ardor de un mediodía
muerdo la fruta nueva.
La boca anhela el más celado jugo
del anhelo que me pasa.

Besos para ti,
contigo reviví,
presiento en cada instante,
la dulzura de la primavera,
pulpas de enero,
azúcares de marzo,
día a día,
sumados a la almendra.

Contigo reviví,
Amándote en una consumación feliz que trae amor,
A donde amor espera.

Regálame tus secretos


Regálame tus secretos,
los que tienes escondidos allá,
detrás de la esperanza.
Enséñame los que tienes ocultos
en la sombra de tu corazón,
y yo te regalaré mi alma.

Concédeme la luna,
envuelta en tu sonrisa
y los mimos tibios
que florecen de tus fuertes manos
y despiertan la esencia íntima de mi ser.

Regálame tus secretos,
los más íntimos,
los que como en un ritual
te envuelven en ellos,
compartámoslos juntos
 aunque nos entretejan,
consumiéndonos en temblores,
 en una desgarradora verdad que nos ahoga.

Te amo,
perfil solo, nube gris, nimbo de olvido.
En el misterio de tus miradas,
 bajo la tormenta oscura de las palabras,
desde la tristeza o puñal de cada beso
 hasta la ira o la melancolía de tus caricias,
te sigo amando.

Regálame tus secretos
aunque no sea más que el pequeño
y yo te enviaré los míos,
los que en el recóndito rincón de mi alma,
te pertenecen
y te los haré llegar
como un relámpago
entre sueños de amaneceres,
atravesando la aurora
para que tú los descifres
en el sueño del horizonte
donde todo se olvida.

Y si tú los quieres,
irán hacia ti como un alarido
gimiente y doloroso
que llega de tan hondo
que han deshecho su quemante raudal,
desfallecientes para que tu alma los sienta.

Regálame tus secretos,
así estarán unidos a los míos
en nuestros corazones de agua y miel,
prisioneros de cascadas de sonrisas
como cadenas de flores suspendidas
en nuestros suspiros,
 en nuestro tiempo imaginario
donde rumorea una bandera de rosas.

Regálame tus secretos,
los guardaré en mi cofre de tesoros ocultos
con siete candados y llaves
que nadie encontrará,
estarán conmigo comulgando en silencio
el amor sin límites que siento por ti.

Y entre goces, placeres,
caricias que desgarran,
besos que dibujan
nuestros rostros temblorosos,
el amor nace, renace,
en cada instante
de este nuevo amanecer.

Regálame tus secretos,
los que no huyen a su guarida oscura,
los que trepan, sí,
por las paredes húmedas
para llenar mi alma
como en un juego
de risas y tristezas compartidas
como canta el río,
mojando las veredas  y empedrados
en la sed del silencio y el anhelo.

Mis palabras de amor,
más que mías son tuyas
y para que tú las oigas
son como cascabeles de cristal
 para tus manos suaves
como la seda,
van trepando despacio,
sin prisas
en mi viejo dolor
como las hiedras de no tenerte.

Ahora, conmigo, tú y tus susurros
que van tiñendo con tu amor mis poemas
porque todo mi mundo interior
lo ocupas tú,
todo lo ocupas,
fundiéndome en tu regazo
con tus secretos en mis labios.

Todo de mí


Todo de mí,
soy tuya,
mi alma y mi cuerpo.

Te busco entre el follaje de tu prado
y en el fresco temblor del rocío
e indago por el mar
por mí cantado.

Todo de mí
te pertenece,
tu estás en el verde levantado del árbol,
donde pierdo mi albedrío
y en el viento caliente del estío
y en la orilla del mar enamorado.

Todo de mí
es para ti,
y así voy por veredas de la tarde,
perdida para siempre en tu embeleso,
sin sentir el cercado de tus ramas
ni ver tus fuegos que en los fuegos arde,
te llamo hasta quebrar mi voz
¡ven conmigo!
¡No me dejes!
¡Todo de mí es tuyo!
Ya que si no estás a mi lado,
mi corazón se desangra.

Tan de cristal y oro perfumado
que te cerca la garganta,
que temo despertar en tus pupilas
por no apoyar mis ojos en el aire.

Todo de mí,
me siento dentro de ti.

Tú arriba, ingrávido, leve,
salvado ya de ser vida tú mismo
para vivir en el cielo monosílabico
del puro arranque de sentirme tuya,
de la chispa que de la nada se prende,
vivirás.

Todo de mí,
siento que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la acaricié
¡qué extraño fue!

Pienso en tus caricias,
mimos, suavidades en mi piel,
que corren hambrientas
para recorrer todo mi cuerpo.

Todo de mí,
hasta tu perfume, tu sonrisa
que está conmigo
y sigue siempre clavada en mis ojos.

Necesito que cada mañana
tu aliento de cigarra,
 anude mis ojos abiertos
en la penumbra quieta.

No estás,
pero sí en mi mundo interior,
todo unido a mí,
como un ovillo de amores vírgenes,
plenos de alegría y paz.

Todo de mí,
es una brizna viva
en tu letargo de cariño.

Quiero morir en tu calor
para nacer en tus atardeceres
bajo el canto de tus besos,
en la danza de tus brazos,
¡tómame, todo de mí es tuyo!