Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 22 de octubre de 2012

Incongruencias de la vida

Invadiendo mi silencio



Invadiendo mi silencio, tú el que intentas murmurar constantemente tus palabras sentidas de amor no dejando que me encuentre a solas conmigo misma para borrar de mi mundo interior, antiguas desolaciones.
Quiero mi silencio mudo incluso hasta el viento que toca mi oído, ni el eco que se asoma a burlar mi voz.
Hoy necesito soledad, el cielo está oscuro, la luna se ha ido, las flores no tienen la esencia de ayer.
Las aves volaron dejando su nido, me siento sola, pero sé que tú vendrás al grito desesperado de ¡vuelve a mí, no me abandones, necesito tu amor!
Invadiendo mi silencio, estoy en penumbras con todo mi hastío y en cada suspiro lloro una oración que clamo en silencio porque sé que todo fue pasado y que tú vendrás a mí, dejando en tinieblas, dolores ya idos.
Invade el silencio todos mis espacios, mi vida marchita navega sin ti, en un triste andar se mueren mis pasos, te buscan sin tregua para que me traigas al Hoy donde tú me esperas.
Invadiendo mi silencio, sin ningún encuentro, sé mi amor, vigía de esta silenciosa que quiere regresar de su viaje interminable en el desierto de su alma y que su corazón, de la mano dulce de la brisa, llegue hasta ti.
En la caricia de tu voz, yo era el umbral de tu presencia, yo estaba en la sombra de tu nombre, yo habitaba en ti, pero en mi mundo de silencio, no te encuentro y un profundo dolor invade mi corazón.
No me dejes estar en el completo olvido, hazme llegar sólo una caricia leve, el recuerdo de una sonrisa, la mano dulce de la brisa y acércate con ternura a mi mundo de silencio.
Invadiendo mi silencio, tú, sin prisa, despacio, lentamente, te vas adentrando en mi mundo para hacerme beber la fuente de la vida, aquella que dejé sin casi darme cuenta.
¡Ven! ¡Entra en mi alma y hazla renacer! Que poco a poco tu magia invada mi ser despertando sus deseos de gozar y amar y así lograrás detener el tiempo entrando al silencio de mi alma para vivir contigo suspiros leves y caricias cercanas.
No quiero que seas en mi mundo de silencio un simple reflejo en mi imaginación y que al despertar mis ojos no te lloren.
Invadiendo mi silencio con tu presencia en mi cuerpo para darme la flor del amor de la vida que hoy desvela mis pensamientos con silencio de olvido.

Ecos de besos no dados



Ecos de besos no dados, resuenan en  mi alma como alas rotas de aflicción y deseos reprimidos, esos instantes que no se olvidan, tan vacíos, devueltos por las sombras, tan vacíos, rechazados por el tiempo.
Ecos de besos no dados, ese instante que pudo ser tierno y pleno de gozo, pasó despacio por mi lado y mi cuerpo desnudo, desnudo de sangre de alas, sin ojos para recordarte, sin labios para recoger el zumo de tus mieles, se perdió en el canto de los helados campanarios.
Los suspiros del mar me humedecieron las únicas palabras y los besos no dados por los que vale vivir.
Ecos de besos no dados, fue tan solo un instante breve de la nada acurrucado en una eterna espera en la cueva del destino, sin manos para decir nunca, sin labios para besar los tuyos.
Ecos de besos no dados, como dueños del silencio, son como una tribu de palabras mutiladas y de tibiezas no recibidas, se elevan entre montañas hacia las nubes, lejos, muy lejos, en una partición de sol en pequeños soles negros.
Hay en la espera del beso un rumor a lilas rompiéndose en la lluvia gris del alba.
Ecos de besos no dados, soy como una viajera, mujer poeta, que ha dejado su cuerpo junto a la luz y ha cantado la tristeza de lo que nace.
Mi alma sin tus besos se estremece toda, volcándose en la madre de las tinieblas.
Entre hilo e hilo de su tejido de espera encierra el anhelo del beso no dado, guardado como tesoro en el mundo para mí perdido entero sin ti.
Ecos de besos no dados que pasarán entre el frío, el viento, la lluvia, el trueno, resonando por un minuto de vida breve en los confines del mundo, danzando como palabras de amor en paraísos no encontrados, que saltan de estrella a estrella, de sombra en sombra.
Voy por galerías donde vagan los besos que no encuentran mis labios, esperándolos, sabiendo que no llegarán a mí.
Todo sonido en eco tuyo me lo convierte el alma que te espera y ahora en esta hora inocente me siento en el umbral de mi mirada como sonámbula en una cornisa de niebla esperando despertar como flor que se abre al viento en un camino de espejos donde los besos son dados como encantamiento creciendo solos en la noche pálida, enlazando fuegos de silencio, ingenios en espejos de triste transparencia. 

Rescataste mi vida



Rescataste mi vida, tú, el único, mi numen  mi inspiración divina que no me dejaste caer, ni doler, me envolviste en piedras verdes de la noche oscura y me devolviste a la vida serena y calma.
Como vigía de mis poemas hiciste de mi alma un canto arrepentido, sin temores, dudas ni falsedades y me llevaste a mirar mi entorno con inocencia como si nunca hubiera sido herida ni lastimada.
Rescataste mi vida, quiero mirar tu rostro amado para que se aleje de mi para siempre el miedo del engaño como un pájaro al borde filoso de la noche.
Ahora, en éste mi otoño, me hace sentir como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo que súbitamente lo borró la lluvia.
Rescataste mi vida, que ahora mi corazón se abre como el retoño de una flor.
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz, hacen de mi la ofrenda, el ramo que florece, el viento en el umbral.
La noche es de los dos, se dispersó la niebla y mi memoria es la sed de tenerte junto a mí, en mi fondo, en mi recuerdo.
Al negro sol del silencio tus palabras doran mi vida, por eso escribo, no estoy sola, hay alguien aquí que tiembla.
Rescataste mi vida, voy en busca de quien soy, peregrina de mí, voy a la que duerme en un país al viento.
Rescataste mi vida, disipaste la niebla verde de mis labios y del frío gris de mis ojos y mi voz, ahora, a tu lado, canta con amor tierno y dulce.
Arcano sueño, ahora, ya, no más aparecerá el antepasado de mi triste sonrisa y hay candados pero no llaves y hay pesares pero no lágrimas.
A ti te debo todo lo que soy ahora, tengo mañanas luminosas, no más noches sufrientes.
Rescataste mi vida, mis manos enamoradas del viento acarician tu amado rostro aún ausente y desde mis espejos, guardo, en mi cofre de memoria todo el olvido del ayer.
Te has llevado mis angustias, mis miedos temblorosos, mis delirios hondos, ahora por ti baila la luz en mi sonrisa, mis manos palpitantes se desnudas y te buscan para que me enseñes a vivir junto a ti.
Rescataste mi vida, y mis brazos insisten en alcanzar al mundo y la danza salvaje de la alegría inunda mi corazón.
Mis esperanzas se renuevan, mi existir es ahora un pájaro en alto vuelo hacia un horizonte sin fin y el soplo de la luz inunda mi mente cuando escribo las palabras de amor que me hacen sobrevolar como una dinastía de soles.