Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 26 de agosto de 2015

Herida en el alma


La vida es


La vida es,
mi existir en un sueño hecho realidad,
un himno que canto a cada instante,
una aventura en la que arriesgo todos mis sentimientos.

La vida es un desafío continuo
que enfrento cada día dominando penas,
luchas, tristezas,
envidias;
es un himno que canto con alegría y gozo,
es bienaventuranza que la saboreo
en cada amanecer y en cada crepúsculo.

La vida es puro volar sin hora quieta,
es la salvación por querer salvarnos,
es amor para disfrutar en cada segundo,
en cada instante.

La vida es una mariposa de abril
que revolotea feliz en mi jardín florecido
y ahora en mi otoño fugazmente
miro sus colores brillantes al sol.

La vida es una gota de rocío al amanecer
que se desvanece en el cielo
al mediodía de mi existir.
Cae en lluvia al atardecer
para fundirse con el mar al anochecer.

La vida es color en la música del viento,
leve en extensión pero intensa de dicha y amor
en su breve tiempo en esta reencarnación.

Mantendré con aguas descendidas
por las fieles veredas de mi pecho
el esplendor del alabastro de mi amor
sentido siempre.

La vida es cornisa y ornamento de mi cielo,
sangre del buenamor,
amor callado,
firme hiedra de amor en mí plantada.

Estoy en mi existir soñando semidespierta
en un sol desmayado y en un musgo amaneciendo
y tiendo puentes con mis flechas
bajando sombras de amor a mi tierra.

La vida es también dudas
que ahogan en desazón el pensamiento
y detiene las horas de la espera
en la ramazón elástica del viento.

A cada hora recorre mis sentidos
sin orillas el deseo de ser amada por ti
y un remolino adolescente de primavera
atraviesa mi cuerpo y la estirpe de mis cantos se levanta
y mi sangre convoca la apetencia
de estar entre tus brazos acurrucada.

La vida es amor,
¡bendita sea!,
con felicidad e infelicidad,
es un camino a seguir
con momentos gratos e ingratos
y un destino a cumplir.

Si se aquieta la sangre
o ya niveles desborda consumiéndose
en fuego toda mi piel,
están prontas mis manos
a mi ruego pidiéndote que vengas a mí,
ya que eres tú el solar de mi vivir
coronando los vientos serenados hacia el río
donde bogan los besos no dados de tu sol y mis cánticos
unánimes le dan brillo a mis bienes ya logrados
para que el aire en su vuelo te traiga hacia mí.

Acompáñame


Acompáñame en la vida,
se tú mi bastón,
mi brújula,
mi guía.

Acompáñame con amor,
no con olvidos de la nada,
no con distancias sin presencias,
no con pesares ni dolores.
Sí con alegrías compartidas,
risas vividas,
besos con mimos intensos.

Acompáñame,
tú el amor mío,
el que a mi lado se acerca
y busca mis manos
y mis placeres.

Dame todo tu sentir,
fascinándome con tus palabras,
esas que llegan
a lo profundo del alma,
las que acarician con cada frase,
cada latido y cada palpitar.

Acompáñame en este camino incierto,
sinuoso, con curvas largas y regantes.
No me dejes en la soledad sombría,
sin luz ni claridad.

Acompáñame a ver las estrellas
en la cima del mundo,
sé el espíritu que traspasa,
invisible,
mis tinieblas y así seremos
dos sombras unidas
en el espacio azul y transparente.

Acompáñame desde la lejanía
para que te sienta junto a mí
con verdades claras y ciertas.

El amor que nos une
desde el más allá,
sin vernos,
en un abrazo apretado,
fuerte, carismático y sin fin,
nos unirá en esta vida
lograda por dos.

Acompáñame a vivir
un sueño que nunca llegará a su fin.
Acompáñame en este juego
que es la vida en el viaje
que será vuelo mágico y sincero
para deshojar la noche
compartiendo nuevas madrugadas.

Renunciación


Renunciación de tenerte a mi lado,
me despido de ti,
te regalo la luna,
todo fue una ilusión
vana y breve.

No se si te amé,
creo que no,
pero me queda tu sonrisa
dormida en tu recuerdo
y el corazón me dice
que no te olvidaré.

Renunciación,
te digo adiós por siempre
aunque toda la vida
siga pensando en ti.

La noche alba y vacía
se poblará de recuerdos ya no tenidos
y en presagios de memorias revividas
me iré buscando con ojos penetrantes
en altas madrugadas,
ese amor que me está esperando,
cálido y tierno,
pleno de esperanzas para vivir
un viaje sereno y largo.

Desde la nada subiste,
maestro de la seducción,
a la cumbre dorada de la conquista
y ahora desciendes al valle
de las sombras, callado,
apesadumbrado,
sin nada en las manos vacías.

Tus amores te abandonaron
a la vera de tu camino,
estás sólo con tus pesares
y dolores.
Tenías en poder y el coraje
de enfrentar la vida y vencer
pero la vida y tus entornos
te vencieron.

Renunciación total,
me despido de ti con pesar y pena,
no por mí
en quien dejaste la inspiración divina
de crear con amor versos,
palabras,
guiones de vida
que vuelan por el mundo.

Sí por ti que estás recibiendo
de la vida la hiel del ultraje
y los golpes duros
que duelen más que las heridas abiertas.

Renunciación,
te dejo con lo que tú anhelabas
y te abandonó,
no pudiste dominar tu genio
metido en el polvo de la mentira,
sin descanso,
no viste que el verdadero y único amor
te estaba esperando.

Ahora,
desnudo y solo bajas
de tu pedestal de mármol roto
y ya nunca encontrarás la paz
prometida.

Yo me voy al mundo nuevo,
de noches claras y estrellas errantes,
a encontrar el amor,
el verdadero,
el que me inunda de jazmines
entre blancas espumas y
esmeraldas temblorosas de vergeles
que nos envolverán
en un abrazo total y nuevo.