Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 11 de diciembre de 2012

Dulces palabras


Amar

 

Amar en el aquí y en el ahora, ¡qué gran sencillo milagro vivir en el hoy contigo!.
Mis suspiros se detienen pensando en ti y mi corazón late y palpita porque estás en mi vida.
Sólo se que la distancia alarga caminos pero siempre te siento conmigo a pesar de los abismos.
Amar que no es misterio, estás en mis sueños y en el alto silencio de la noche, un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo y en el mío el tuyo siento.
Ya dormidos o en vela, los dos nos buscamos, tu sueño es mi sueño.
Amar sin saber quién eres tú, verde de mis prados, dueño de mis cielos, sabor del fruto prohibido.
Pensar en ti todas las noches no es pensarte con mi pensamiento, es que estás dentro de mí. Te voy pensando conmigo, exactamente en el ancho mundo.
Amar, dedicándote el alma mía a la tuya, a la luz de quererte, en el gran silencio por la tierra, por el cielo, en las suaves voces de nube, todo el cántico del amor va hacia ti.
Este amor nuestro vuelto estrella, único y verdadero, de afán y tiempo, ha entrado en mí como la dicha entra sin prisa, beso a beso.
Amar, no dejaré de buscarte, saltaré muros de agua, anchos fosos de aire, vallas de piedra, setos de bosques y te encontraré.
Te espero sólo a ti y donde yo te espero, sólo tú podrás estar, sólo escucharé tus pasos, tus vuelos, tus huellas únicas.
Amar que hace que tu aliento mitigue mi llanto y tu mirada guíe mi camino porque tus ojos son secreto de mi amor. Me llevas en tus días, en tu alma, en tu pecho, en tus labios, en tus palabras encendidas, lejanas sí de honduras de cielos o entrañas de la tierra.
Amar, déjame volar hacia él, con el alma del alma y tan sólo un momento fugaz, eterno, es tiempo infinito.

Sendero de nostalgia


Por un sendero florido, florido de sentimientos, como estrellas desprendidas del lejano firmamento, por un sendero silente donde discurre el recuerdo y la nostalgia se vienen desgranando remembranzas.
Por un sendero que huye la presencia del olvido y que se va florecido, donde el amor sonríe, por ese sendero vengo con el corazón henchido de amor y de sentimientos que le huyen al olvido.
Sendero de la nostalgia, cantando voy por la senda del campo reverdecido desde mi morada hasta el prado florecido, entre la brisa sutil que su caricia me brinda, el ondular de las ramas cargadas de rojas guindas y doradas mariposas que volando pasajeras anuncian que va llegando la fragante primavera y con ella tú regresas a mi vida.
Sendero de la nostalgia, cantando voy por la senda con mi bagaje de sueños pues renace en primavera el verdor hasta en los leños y se hace música y color mi poesía.
Alegre voy como antaño cuando mi ilusión primera me llevaba hacia la senda cantando en primavera.
Hoy mi ilusión es distinta, el amor nunca perece, la dicha me la da y mi corazón reverdece con mi bagaje de sueños renovados y floridos.
Cantando voy por la senda pues renace en primavera el verdor hasta en los leños.
Sendero de nostalgia, es un sendero de flores que me lleva hacia ti ya que hoy y siempre candente anidas en mi pecho ardiendo en sentimientos tiernos y gozaré de tu ternura plenamente y para siempre.

Canto sin palabras

Canto sin palabras, en silentes espacios del todo y de la nada, lo siento dentro, muy dentro, cantando en mi alma mis amores escondidos.
Canto sin palabras, el ambiente sonoro de grillos y cigarras, glisando las brisas, del temblor del ramaje, me sumergen en estos versos que me atrevo a cantar dentro de mí. Sin palabras en papeles que quedan en blanco esperando el momento que las letras los inunden de amores.
Los cocuyos encienden sus chispas intermitentes, vanidosos rivales de galaxias lejanas y la luna sobre el mar rielando en el oleaje, comprende soberana en el paisaje solidario mi canto sin palabras.
Canto sin palabras, cuando le llegue su momento, su día le llegará, vibrarán en hojas en blanco, temblorosas y tiernas. Volcarán sus sentires intactos, puros, que gozarán la virginal delicia de no haber sido vistas por ningún mirar, sólo cantos en mi alma fueron.
Palabras no hay aún, no se las puede nombrar, quién las busque en arco iris o en cielos iridiscentes nunca las encontrará, son cantos sin palabras.
Disfrutan esencial vida en mi yo interior como el agua antes de ser arroyo, lágrima o mar.
Canto sin palabras, ya les llega su día, su canto se escuchará cuando el día amanezca en un alba estival. ¿Qué color tendrán sus letras al llegar al papel que las espera? ¿Tendrán un color de cielo? ¿O de azul de mar? ¿O de verdes primaveras?
Canto sin palabras, ya comienzan a llegar por el aire, van y vienen tratando de alcanzar el silencioso papel que las atrae insinuante, querencioso y atrevido, deseando leer el canto, el que vino del alma.
Canto sin palabras, melodioso, como el trinar del ruiseñor posado en espumas, en frondas marineras. Así como el cielo se vuelve al mar y el mar al cielo regresa, las palabras de amor de mi alma van hacia la magia de las hojas en blanco y de ellas vuelven a mi alma, más sutiles, sentidas. Susurradas con lenguajes entremezclados con palabras que humedecen mi interior con lágrimas como lluvia recién mojada venida de mundos remotos pletóricos de amor y de eternas primaveras.

Pregúntale al viento


Quisiera soñar


Quisiera soñar con ser la brisa que agita tus cabellos y roza dulcemente la magia de tus manos.
Ser la tibieza misma del sol que te acaricia, la noche que te oculta con su negrura infinita.
Quisiera soñar en ser la barca que naufraga y que nos lleva sorteando los abismos del oleaje, hacia una desierta isla donde por siempre encalle.
Quisiera ser el ansia de tus ojos que busque mi mirada para calmar mis latidos palpitantes.
Amante de mis sueños, que habita mi morada, quisiera aprisionarte en mi alma enamorada y solamente mío gozar de tus abrazos y que mi atormentado corazón en llama transformado consuma mis dolores sintiendo la mutua ternura que nos embriaga cuando estamos juntos.
Quisiera soñar, que se alza la llamarada pasional del amor en la profunda noche, desprendiendo tizones y luminosas chispas, vertiendo deseos de amor eternos y en un crepitar ardiente difundir las brisas en el silencio inmenso de nuestros jardines en flor.
Quisiera soñar, que la tierra fecunda arda con el delirio del abrazo creador y desgarre el nocturno denso negro de la noche, la intensa sed de amor de dos seres pletóricos de dicha.
Es la noche estival, aromada de fragancias que despiertan las ansias del natural deseo y acelera el latido del corazón amante con el abrazo leve de tu aliento exultante.
Quisiera soñar con el espacio infinito que con su manto de estrellas es el mudo testigo del terrenal anhelo mientras vierte en silencio sus ánforas de fuego en el alma del hombre que viene en mi búsqueda y me dice ¡qué lejos está lo ya ido!, tan sólo de amor podemos querer vivir diciendo que si a las formas impolutas y no a los tiempos inciertos.

Déjame en libertad


Déjame en libertad, quiero soñar, sentirme amanecida a un nuevo día diáfano, florecido de alegría y volverán mis rimas, mis palabras a brotar con total armonía.
Déjame en libertad, volar guardo en el alma un ansia loca de surcar distancias, el corazón en libertad escancia todo el dolor que le quitó la calma.
¡Oh! déjame en libertad, hace tanto que no me dejan libre el pensamiento mío, él sólo quiere dilatarse en canto para poder rimar tu nombre con el mío, en poemas de amor, decir que este amor duele tanto y embarga toda mi alma dejándola atada y desamparada.
Si seguimos viviendo los dos y otra vez nuestras sendas ondulantes se encuentran, tal vez, día llegado será que mi vida y la tuya se unan y las dulces caricias tan hondas guardadas aflorando a los ojos, los labios, las manos, cristalicen la dicha que nos fuera negada.
Déjame en libertad, mi alma ahora necesita volar, por los aires cristalinos de brisas de abril, entre nubes pasajeras, buscando en los rincones del mundo las horas mejores, sentarme en los ribazos, junto al río siguiendo con mi mirada el reflejo de mi alma en el agua.
Déjame en libertad, para yo poder evocarte constantemente y alentarme a vivir en plenitud, con un báculo fuerte donde apoye mi esperanza y quizás, nuestras sendas ondulantes se encuentren otra vez trayendo amor a donde amor espera, último paso en nuestra ruta sedienta de gozos inmediatos hacia la perfección vislumbrada pero nunca nuestra…