Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Ahora


La vida me lastima


La vida me lastima,
desde el momento desde que me dejaste abandonada y sola,
el dolor me abruma, me hiere,
me estruja el corazón desgarrándolo,
en mil pedazos de cristales,
acrisolados y rotos,
filosos como dagas punzantes.
Te escapaste con la intención sobrecogedora,
de no verme más.
Y te pregunto:
¿a qué lejanía te fuiste?
¿en qué parte del universo te encuentras?
Yo sigo sola, escombro adelante,
solamente escombro,
hollando voy los rastros de tantas perfecciones abolidas.
Años, siglos, por siglos acudieron a mí, a mi tormento,
a posarse en él.
rezumaban sufrimiento y dolor.

La vida me lastima,
te marchaste a prisa y yo como lenta rueda,
voy subiendo hasta el cielo en tu búsqueda.
Piso añicos de tiempo.
Camino sobre los días lentos,
en ardorosas noches en la alta madrugada,
sigue en su empeño de buscarte.
De pronto, furtiva y rumorosa una sombra cruzó a mi lado,
como un galope antiguo, de caballos salvajes,
eras tú que huías.
Luego lancé un grito desesperado,
lleno de furor y de combates,
por la rabia de haberme dado cuenta ,
que te habías ido de mi lado.

La vida me lastima,
a ti se te derrumbó la hombría,
se te fue achicando y deshaciendo líquida,
rojiza y pegajosa,
porque dejaste de ser humano.
A gritos desde un lugar que ignoro,
pero en mi cuerpo se alza erecto, vibrante , mi amor.
Loca,
loca,
loca de pasión por ti.
A pesar de que nunca más te veré.
¿Por qué esta sed que crece desde adentro,
urge el deseo y trueca lo deseado?
¿Por qué este inexorable desencuentro entre tu
y yo, si yo siempre te estuve esperando?
Mis poemas acuden al papel,
escribiendo estas cartas de amor que son para ti,
mi amado amante,
pero que tú nunca leerás.

Me dijiste adiós


Me dijiste adiós,
Sin una lagrima en tus ojos, Ni tristeza en tu corazón,
Me sentí acongojada, lastimada,
Herida en lo más profundo de mi alma,
No pretendí nunca que me amaras por siempre,
Pero si cuando ya no te animara el sentimieto hacia mi,
Me lo dijeras sin causarme este profundo dolor.

Me dijiste adiós
Al cabo de un segundo después que me dijiste adiós,
Me estaba muriendo,
Seres inanimados robaron mi vida,
La incertidumbre golpeaba en mi pecho,
Al cabo de un segundo, la fuerza de mi amor hacia ti,
Me sacudió profundamente y logre el espacio del silencio.

Me dijiste adiós
¿Cómo podré iniciar el principio de mi vida sin ti a mi lado?
Entre las leyes de lo negro y blanco,
Entre el conocimiento que me abarca el próximo instante de la luz,
Del sí o no, en la circunstancia,
Si tu adiós escurre mi espíritu en un gélido invierno.

Me dijiste adiós
Si al paso encuentro las cadenas,
Desde mi cierta inocencia envuelta en sangre
Y telas de arena bajo la gris sabana
De mi lecho sin ti.

Me dijiste adiós
¿Cómo podré andar?
En esta noche de lastima,
Sacúdete bajo las sombras de mis manos,
Que me esculpen entre la humedad y el polvo.

Me dijiste adiós
Miro pasar la sombra,
Un reverso de luz donde nunca he sido nada,
Noches ¡Oh prodigio!
Tus manos dejan las mías sin prisa pensativas,
Aplacando alabanzas,
Sin arpa ni música,
Bajo esta ceremonia de dolor.

Me dijiste adiós
Miro mi vida,
Y me dejas escribiendo estos versos,
Donde no vuelvo a reír,
Donde la roca profundiza en mis raíces,
Silencio, culpa,
Mis ojos tristes y este amor que llora a tus pies.

¿A dónde se fue tu amor?


¿A dónde se fue tu amor?
Se perdió lejos, muy lejos
entre los copos de nubes al horizonte
donde el cielo y el mar se juntan
debí dejar mi soledad bordada sobre tus labios,
así no me olvidarías.
El corazón desafinando instrumento de la tristeza
Marcará el ritmo de la luna
deshaciéndose gota a gota
sobre tu cuerpo escondido
y un beso de plata recordaran las nubes
sobre tus parpados.

¿A dónde se fue tu amor?
¿ Es que acaso no sientes mi canción
que susurra sobre tu piel instrumento solista de la nostalgia?
miro el cielo en las estrellas
y me pregunto en donde estas,
queriendo una respuesta en ellas,
pero estas solo brillan sin cesar

¿A dónde se fue tu amor?
me vuelvo y pregunto a la luna
¿acaso ella sabe de tu paradero?
pero ella esta inmóvil, y muda,
sin importarle mi sentir verdadero.

¿ A dónde se fue tu amor?
Tal vez mas allá en el horizonte
llegue algún día a encontrarte
Pero tú te ocultas arrogante y altivo
Para esconderte bien lejos de mí,
tratando de ser simplemente
un trazo leve y volátil y mi vida toda

¿Dónde se fue tu amor?
¿Acaso a te has perdido y te has ido
al camino del olvido?
Cuando el cielo se afina,
el conjuro de un sutil cosquilleo de flautas
y la última estrella remisa
abandona su puesto de guardia,
en ese momento me gusta perderme en el aire
como un reportero del alba,
siempre buscándote con el alma perdida y liviana

esta es la carta decimosexta para ti mi amor
pero nunca la leerás
no llegara a tus manos,
solo sentirás un susurro leve , volátil
de que esta alma te seguirá amando hasta que
el todo poderoso tiempo la lleve volando.