Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 20 de febrero de 2013

Desdén


Prefiero la noche


Prefiero la noche, son las horas en las que amustian las nubes vespertinas, sobre la azul altura del vasto firmamento.
Asómanse los astros, cuyas luces divinas como miradas pesan sobre mi pensamiento.
Y es mi hora, en las que entre la voz lejana de la campana que con lentitud las notas del Ángelus desgrana, a mis hojas en blanco los versos de amor anidados en mi corazón se vuelcan sin cesar, con prisa para que no sean olvidados.
Prefiero la noche, porque mi fantasía con audacia inquieta sin cesar te busca.
¡Oh, poesía!, en la nocturna soledad secreta.
Muchas veces, misteriosa poesía, frases de amor dolido, manchan mis páginas albas en el tedio de las noches acíbaras y vuelan por todas mis visiones de armonía que se ocultan cuando el cielo aclara.
Prefiero la noche, en ella te busca mi cansada fantasía y mis sueños se tienden como aves raras cuyas alas exploran hasta horizontes lejanos y oscuros tanteando tu imagen, la única imborrable, para mí por siempre.
Como solitaria misteriosa, vago volando bajo el cielo y sobre el mar en la noche profunda y estrellada, tratando de percibir tu figura que añoro y tu dulcísimo firmamento y en instantes como un sueño que se esfuma creo entreverla en un revuelo de la espuma o en los astros del Universo.
Prefiero la noche, porque la Luna me acompaña con su fulgor, blanco y brillante.
Mi corazón puede correr a regiones ignotas apareciendo en el pentagrama vacío de mi alma las notas que buscaba y no encontraba y que inútilmente yo clamaba para inundarla de amor como en un agitado río entre tupido follaje.
Prefiero la noche, con la Luna como nota errante que parece que extravió su cantar pero aún así con su luz agonizante sigo, en mi perenne búsqueda de aquel a quien no puedo hallar, mi ideal no encontrado.
Prefiero la noche, porque mis versos me aroman el alma y los busco en los sones de liras que van brotando entre pasos de visiones que conmigo los van buscando.
En algunos momentos no responden, no aparecen en ningún lugar de mi mundo interno y entonces me inquieto.
¿En qué lejanías mi númen se esconde?
¿Bajo qué estrella se guarece?
Vuelve a mí, en esta noche mía, nuestra, ven con el viento, las brisas, los astros del firmamento.
Prefiero la noche, quedarme un instante suspendida en lo Eterno e ir como el viento, nómade del existir transitando por la expansión del Universo.

Una mirada furtiva


Una mirada furtiva, huidiza, escalofriante, que me deja anonadada, en temblores que provocan en mi alma desazones sin fin.
Entre los dos el silencio se alarga y crece.
Sentidos que laten los embates que el tiempo desafía entre cenizas y ruinas que en una larga agonía, se duermen en un escondite secreto.
Una mirada furtiva que hace que cierre mis ojos para no sentir que te he perdido para siempre, no siento el cercado de tus brazos ni veo tu fuego que en los fuegos arde.
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso me derramo en llantos y sangra mi corazón.
Una mirada furtiva, cautelosa, siguiendo en pos mío como una aparición fantasmal para no dejarme encontrar el camino hacia mi espiritualidad toda, conmigo misma.
Así, en movimientos lentos como alas de aves en un rítmico volar mis sueños se elevan a cielos infinitos para perderme lejos y no sentir sobre mis hombros cansados tu mirada furtiva, sigilosa, cuando tú y yo en pequeñas pláticas hacían nacer mis suspiros de desesperación.
¿Por qué mis suspiros renacen y vuelven entrecortados y estremecidos desde el fondo de mi alma cuando estamos juntos?
Hay algo en mi cuerpo que viene de un tiempo lejano, es una querencia, un ansia de volverte a ver, a verte, de seguir contemplando tu antigua mirada brillante, a veces triste, nunca disimulada, ni solapada.
¿Por qué amor mío, tu antigua mirada no es la misma en mi presente mirando?
Me reconozco y la extraño.
¿Dónde está?, ¿Vivo en ella? ¿O ella en mí?
Mirada furtiva, cae sobre mí como una fuerza que me invade y enajena mis sentidos.
¡Vete ya de mi vida! ¡No te quiero frente a mí, me desespero!
Sin sintonía, mi cuerpo se marchita, mi mente se obstruye, mi corazón se agita.
Quiero sentirme capaz de ser mi propio apoyo, de ser mi tránsito en esta vida mía.
Mirada furtiva, oculta en tus ojos negros, me lleva al submundo del resto de la Creación.
¡Déjame vivir libre, con sentimientos claros y preciados!
No deseo sentir ningún vínculo con tu vida, ¡Haz la tuya!
Tengo sed de visiones nuevas, las que me proyectan a un nuevo mundo, azules tenues que me llevan a azules perfectos, lejos de tu mirada furtiva, ajena a mí, en un callado empuje que me eleve por aires alados a horizontes plenos de luz y de amor.
Dame mi libertad, mi espacio abierto en campos de amapolas y alelíes entre bandadas de visiones con mis ojos cerrados que me llevan a mis lugares íntimos y secretos. 

Mensajes de amor


Mensajes de amor, quiero ahora, en esta hora inocente sentarme en el umbral de tu mirada y despertar cada día entre tus brazos respirando como una flor que se abre al viento.
Lucero de la mañana entrégame tu luz para seguir tus pasos vida mía y darte todo mi amor, dame tus manos, iremos juntos a gritar fuertemente un te quiero mientras la luna muestra su luz que ilumina el mar en todo su esplendor.
Mensajes de amor, los pienso para volcarlos en páginas vírgenes, que se enlazan, se entrecruzan, mirándote con toda mi ternura y ansias de estar a tu lado.
Escucho el resonar del agua que cae en mi sueño dibujando en mis ojos mi mirada enamorada.
Nos hemos encontrado, fue un chispazo incandescente de materia convertida en victoria gozosa de los dos en prodigioso pacto.
Mensajes de amor, son para ti, mi amado amante.
Enamorados de vivir, amándonos en un paraíso nuestro, claro donde se cruzan luces y sombras entre besos, goces y pasiones que movilizan brisas tiernas y cubren con verdes esperanzas los vergeles que súbitamente dibujan diestramente arabescos celestes con luceros.
El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que nuestras almas brillen.
El tiempo no existe en nuestras vidas ya que nos lleva a nuestra auténtica realidad y a nuestro destino buscado.
Mensajes de amor, aún desde tu ausencia no te he olvidado, aún te sigo amando y al son de mis deseos como viola de amor, el ángel que nos protege y nos lleva persiguiéndonos, elevándonos en el aire disipando para siempre las neblinas que envolvían tristemente nuestro cielo mientras las estrellas ríen y guiñan resplandeciendo en un cálido cielo.
Mensajes de amor, como suspiros cuando la tarde apaga sus colores y los astros encienden sus lumbreras y se duermen las aves y las flores.
Mensajes de amor, de dos almas flotando en movimientos lentos como alas de aves en un rítmico volar de dulces sueños, felices sones en nuestra plática amorosa.
Mensajes de amor, van hacia ti por los aires desde horizontes lejanos para que nos unamos entre frases, palabras, pensamientos en un lazo estrecho y envolvente de caricias, pasiones, anhelos.

El viento que te trajo



Mensajes sin destino


Mensajes sin destino, flechas en el aire, poemas de amor que he ocultado en un lugar secretísimo para no ser encontrados ya que sólo por ti están inspirados.
Son frutos nacidos del amor intenso que por ti siento ni están apegados a ningún estilo.
Fluyen del río del tiempo, se empapan escondidos en sus aguas y la flauta que los acompaña haciéndolos vibrar en mi interior se vuelve poco a poco reticente y opaca.
Mensajes sin destino, ayer quise gritar en una alud de palabras las prosas de amor guardadas para abrir causes nuevos y derribar murallas, pero no pude, fue un imposible deseo.
Ayer mis ojos acertaban distancias y como un remolino dos brazos giraban desbrozando malezas.
Mensajes sin destino, piernas y corazón con los versos de amor apuraban su marcha ora explorando amores, ora andando comarcas, buscándote sin cesar para entregarte mis mensajes de amor.
A todos pedía por ti y algún sueño prometía mi flauta, no el sueño que se sueña, sí el sueño que se arranca de la tierra renuente.
Un mar de letras impresas te quieren encontrar son frases de amor que sólo para ti las escribí y en las que me interné con todo mi amor y el fragor de llegar a tus brazos en una marejada leal y pura.
A veces te busco en el jardín florecido que me llama cuando en rosas, jazmines y geranios estalla o verdea, modoso en la paz de su grama.
Mensajes sin destino, los envío cantando bajito sin ahondar las pisadas con un dejo de gozo para que lleguen a ti mi amor amante.
No quiero penas ni dolores, sí sueños a mis espaldas para que absorban mis tormentas y tan sólo compartir contigo mi bienamado mis bonanzas y mis prosas de amor.
La flauta está en su estuche y la espalda en su vaina porque espero que mis mensajes sin destino lleguen pronto a tu noche como un libro fiel que cuenta mi espera ansiosa  y vibrante.
Mensajes sin destino, van por un mar terso, sin oleaje, en un mundo como de sueño en un eterno recomenzar para que se oculten, no queden o se pierdan en la nada.
Mensajes sin destino, viajan en el silencio, en el viaje completo de proezas musicales en los confines del paisaje.
En mi voraz silencio grito mis mensajes para que se alcen hasta el cielo en una gama de colores en las que las palabras se entienden una vez más a sí mismas.
Mensajes de amor, no se oculten ni en un veraz espejo muestren las palabras de amor que mi numen siempre inspiró.

Magia de un día


Magia de un día, mi amor tu eres magia, en cada instante de mi vida en mi cielo resplandeces y son tus ojos que me iluminan con un fulgor de estrellas que me cautivan y me ocultan sin quererlo en tu mirada.
Magia tiene tu voz, tu dulce acento, el cual lo escucho dormida y aún despierta que me dice dulcemente con el viento, me confiesa y me repite: “que me amas”.
Mis pinceles más leales se han propuesto apresar tu verdadero rostro: desentrañar las esenciales líneas donde tu fuero el aire acata y el aurea alba, espiar el múltiple venero donde emerge a raudales toda la luz que quiero para tu piel, tus ojos cenitales.
Magia de un día, en la que la recta se espírala, la curva se endereza y por la emoción y el sentimiento sin acertar el rumbo ni la escala, la alta luz tropieza o en su ímpetu resbala.
Magia de un día, estás a mi lado, entre mis brazos, cubriendo mi cuerpo con calor y caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en tus mejillas convoca?
 ¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día, mi afiebrada plata se anubla enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta zona de la alborada donde digo carmín, azul, violeta y al nombrarlos se esfuman en airada, fantástica pirueta.
Magia de un día, en tu silencio eres un volcán que se activa aquí en mi pecho, cuando llegas y desciendes a mi lecho y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro tu aliento y mi alma se entremezcla con la tuya para volar por los cielos y marcar el universo entre suspiros, siendo uno, envuelto en hilos, envuelto en hilos de plata.
Magia de un día, con este nuestro amor que no se acaba nunca porque prolongando de que uno y uno sean dos ya que el amor es el retraso milagroso de su término mismo.
Con los besos, con la pena y el pecho se conquistan en afanosas lides entre gozos parecidos a juegos, días, tierras, cielos abiertos, espacios fabulosos, a la gran disyunción que está esperando hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto, aparta el tiempo, échalo hacia atrás, ensancha el mundo breve donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo tiene el amor su cima: es en la resistencia a separarse en donde se le siente, desnudo, altísimo, temblando.
Magia de un día que se va en una despedida larga, clara, con lo más seguro que es el adiós…

Perdida en el tiempo


Perdida en el tiempo, mi memoria se pierde en pasados ignotos, perdidos en el olvido, en ayer de ayeres, de siglos escondidos.
¡En este hoy mío, cuánto ayer se vive!
Me encuentro envuelta en poblados de antiquísimos regresos y ahora aquí, frente a ti, toda arrobada aprendo lo que soy, soy un momento de tu larga mirada que me acaricia, desde ayer, desde hoy, desde mañana, paralela del tiempo.
El tiempo no existe, aunque exista la templanza y la experiencia de nuestras vidas pues cada resurgir de nuestro nacimiento es la consagración de nuevos acontecimientos que nos llevarán a nuestra auténtica realidad y destino.
Perdida en el tiempo, en una interminable búsqueda de la verdad, de la esperanza, necesito escuchar el resonar del agua para que caigan en mi sueño del Hoy las palabras de amor sobre las hojas que las esperan, dibujando en mis ojos mi mirada enamorada.
Perdida en el tiempo, que me transporta a fantasmas impacientes, a la nada olvidada, a dudas disipadas, a realidades que aparecen en la luz del amanecer que nos muestra la verdad y el color del ayer.
Parece perderse en sueños durante el día para volver a caer el sol recordándonos que el mundo podrá cambiar lo exterior a nosotros pero nuestra realidad interior exacta y pura nos acompañará siempre.
El tiempo ya no es tiempo, el tiempo es oro, pasando las horas, los días, luchan los nombres con las cifras, lo exacto triunfa de lo incalculable, las palabras vencidas se pierden en el infinito.
Perdida en el tiempo, te busco a ti, el amor inconfesado entre mañanas sin neblinas ni misterios astrales.
Por el aire revuelan gemebundas voces apocalípticas y rozan nuestras frentes alas venidas de tiempos lejanos como profecías de regresos de ilusiones perdidas.
¿Qué haces alma mía perdida en el tiempo?
¿Vives en el pulso lento del existir sin tregua?
¿O en las grietas de ayeres pasados, que vencen al futuro cercano?
¿O presientes las celadas, traiciones, mentiras que te aguardan?
Perdida en el tiempo, te busco donde tú habitas escondido en el corazón del mundo y viajo lenta en el espacio mirando el lugar donde tú descansas.
¡No me dejes, no me dejes que me pierda en el tiempo de la nada!
Necesito vislumbrar desde lejos tu lámpara encendida entre las tranquilas sombras para saber que existes y estás presente en este perdido tiempo de mi existir verdadero el que tú sólo comprendes y me salvas de olvidos y tristezas.