Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Entre tú y mil mares


Entre tú y mil mares
se alza en el aire
nuestro reencuentro irreal,
mágico,
como un interminable túnel de amor.

¿Cómo me vas a explicar
la dicha de pensar que estamos juntos?,
si no sabemos
cuándo ni cómo,
dónde,
nos veremos alguna vez
en un instante mágico.
La distancia nos idealiza,
nos desdibuja,
nos enaltece,
nos une.

En nuestros ojos,
visiones,
visiones
y no miradas
nos separan mil mares,
distancias sin datos,
ni signos.

No percibíamos lugares,
colores,
tamaños,
sólo percibíamos nuestra unión,
fusionada con esa fuerza
estruendosa
que es el amor.

Tan sorprendida
y anhelante,
estaba yo,
sintiendo,
que mi mirada
en el aire,
al vuelo,
te soñaba
y me soñaba la tuya.

Palabras sueltas,
palabras,
deleite en incoherencias,
no eran nada más
que signos de cosas,
voces puras,
voces para no ser olvidadas.

Entre tú y mil mares,
naciste al son de mis deseos,
te necesito aún en la lejanía,
e inquieta la vigilia de mis ojos
van en busca de tu imagen
entre los mil mares
que nos separan.

Naciste al son de mis deseos,
entre la cima de los cielos
con la tierra
y el llamado de tu mente,
se alzaba,
de mi sangre
en este poema.

Entre tú y mil mares,
las estrellas brillan
para nosotros
y entre temblores de ansias
nuestros incorpóreos cuerpos
se abrazan entre hálitos
de amor
completo y total.

Te siento llegar
en mis solares,
entre nubes altas y calmas,
te conozco por tu aroma,
tu leve presencia,
y te proclamo
mi único y verdadero amor.

Entre tú y mil mares,
estoy más unida a tí
que si estuviéramos juntos.
Vive mi mirada en tus ojos,
mi inquietud primera,
recién amanecida
en tus pestañas cerradas
y poco a poco
se asoman a mi pecho,
tus sentidos,
y tiembla mi cuerpo
aunque mil mares nos separen
porque el secreto de nombrarte
en silencio,
me da amor y vida.

Tiempo


Pérfido corazón


PÉRFIDO CORAZÓN
De una mujer
para un hombre
De mí para ti
Pérfido corazón,
con hábiles maniobras
y lastimando mis sentimientos
tu ingratitud me invadió
hasta lo más profundo.

Me heriste con tus maliciosos juicios,
ignoraste u olvidaste todos mis esfuerzos
para darte lo mejor en tu vida.
Fuiste un baluarte para mí
cuyos muros cayeron por tu incomprensión
y tus desalmados sentimientos.
Pero aunque todo sea un gran todo,
trataré de que parezca una nada.

No quiero recordar tus perversos esfuerzos
para herirme y lastimarme.
Rompiste mi
corazón con tu hábil indiferencia
 pero cruzaste la línea con ladina porfía
y supiste hacerme sufrir hasta que
un manto de lágrimas cubrió mi pecho.

Ahora ya no quiero
saber más nada de ti.
No eres nadie en mi vida, fuiste el todo,
mi ternura, mi amor,
mi protección, mis cuidados,
todo eso ya ha desaparecido
en el espacio infinito
de la nada.

Todo tiene un principio y un final,
lo que sentí por ti se terminó
ahora busco un sino, un sendero, una luz,
donde refugiarme a curar mis heridas
las que tú causaste
y no me verás más,
para ti desde hoy no existo,
soy invisible.

Comprendo que nunca comprenderás
el daño que me hiciste
y en algún momento de tu vida
cuando yo ya no esté pensarás
en tu actuación cruel y mezquina hacia mí
pero ya no tendrá solución,
lo pasado ya fue.

Empezaré a vagar sola
encontrándome conmigo misma,
buscando donde está la verdad,
cuál fue mi error, en qué camino de errores
me sumergí para no volver a cometerlos
y en el hondo silencio de la noche encontraré
las respuestas aún dudosas de por qué recibí
estas heridas sin haberlas creo provocado.

La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos
y así podré sobrellevar
lo que sucedió esa noche,
a quien quise tanto
y por celos, envidias, rencores,
me destrató y surgió su furia
queriéndome hacer pedazos.

Ese hombre nació
de mis entrañas, un fruto hermoso que colmó mi vida,
fue lo más querido,
lo más preciado
pero hasta hace poco se transformó
por los pasos de la vida en otro ser
deshumanizado y sin sentimientos buenos.

Ya la vida lo llevará
por otros caminos,
donde su corazón cerrado
se abra al espacio sin fin del amor.

Yo no lo veré ni lo sentiré,
pero son mis deseos los que lo lograrán
y podrá encontrar
el camino de la verdad.
Cuando la razón indica decepción
hay que darle paso a la razón
para que no sufra el corazón.

Desde hoy mi tarea es
llevar mi vida en alto,
jugar con ella,
lanzarla como una voz a las nubes
a que recoja las luces que se me habían ido lejos.

Ese es mi sino:
vivir plenamente entre risas,
alegrías, olvidos y amores
renovándome cada día para
encontrar la luz de la plenitud
llenándome de gozos con alas por el aire
como las mariposas o las nubes flotantes.

Volver a vivir


Volver a vivir,
en mi mundo interior
se levantan olas gigantescas,
huracanes violentos que me llevan
en volandas a la paz y al amor
que sigo buscando,
ese amor verdadero,
leal, fiel,
que una nuestras almas
en instantes de felicidad eterna.

Volver a vivir,
sé que te hallaré estés donde estés,
en este mundo o en el otro
y nos reconoceremos tan solo sin mirarnos,
sin tocarnos, sólo percibiendo nuestra existencia.
Volver a vivir,
voy por caminos florecidos entre azaleas,
amapolas, orquídeas,
rosas, veraneras, papos,
de multicolores que inundan de luz mi alma
enamorada del amor
bajo frondosos árboles de corotu.

¡Deseo que cada uno sea feliz
con su propia persona!
Paremos el tiempo
hasta llegar a un ayer o pasado reciente
y que podamos sentir el amor vivido
y el que desde este instante
al reencontrarnos volverlo a vivir.

Mostremos a todos los que nos rodean
el sendero que nos conduce
a superar el presente en el que vivimos,
mejorando nuestra forma de vida
a cada instante.

Volver a vivir,
es el estar otra vez con mi misma,
viviendo sin conflictos,
en plena paz,
sintiendo las gotitas de felicidad
que me inundan el alma.

Volver a vivir,
entrando en un gran silencio,
sin acordes ni notas acompasadas,
esperándote a ti,
mi amado amante,
porque ahora
es como si hubiera nacido de nuevo
sabiendo lo que quiero,
¡a ti vida mía!,
ya no más llantos con lágrimas agridulces
que borraban las líneas
que dibujaban mi vida.

Volver a vivir,
te estoy esperando,
sé que estás acercándote
y antes de que esta vida termine
estaremos como en todas las que ya vivimos
como dos en uno.

Siento música de flautas y violines
que me conducen hacia ti,
que tocan mi corazón,
no más enferma de tristeza
ni de deseos de llorar
con un nudo que se formaba en la garganta,
sí sentirme entre flores
que nacen entre las piedras de los Templos.

Vienen hacia mí
contigo la miel de los bosques,
el perfume del aire,
la dulzura de las caricias,
el temblor del abrazo, la pureza del beso.
Volver a vivir,
¡amar hasta el fin de nuestra existencia!