Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 23 de mayo de 2020

Instante


Quebranto tu voz


Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.

No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío,
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.

Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.

Me heriste al desaparecer
y yo sola,
ante un alma vacía
que sufre y pena,
sin pudor se muestra.

Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?

Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.

Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.

Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza,
mi alma pura y noble.

Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.

Este terrible dolor
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.

¡Este tedio,
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!

Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor,
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.

Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía!

Deseos reprimidos


Deseos reprimidos, escondidos, misteriosos,
 ocultos en lugares secretos del alma,
 todo en ellos son canjes,
ola y nube, horizonte y orilla.

Deseos reprimidos,
de escapismos y desapariciones,
vuelos a otros mundos
donde la lucha no existe
y donde está velando
en puro juego
ese ardoroso buscar
en la plenitud del acierto.

Tratar de encontrar el universo
cuando se aclare
 la razón final del movimiento,
del no moverse,
del esperar un mediodía sin tarde,
la luz en paz,
renuncia del tiempo al tiempo.

Deseos reprimidos
que buscan en mi interior
 la plena consumación del amor pasional,
sensual, del amor,
 igual, igual,
que de tanto ardor
me conduce al sosiego
mientras mi lira sin cesar lo aclama.

Deseos reprimidos,
son el eco que resuena en mis entrañas,
como los versos en mi alma
que cantan a lo grande
porque van conmigo
con un corazón que las alturas ama
en un ideal cuyos fulgores persigo.

Aspiro a que se insinúen
en el real mundo en que vivo.
¿Qué buscan?
¿Qué esconden?
¿Amares tumultuosos, espontáneos, vibrantes,
sin doblegarse a un doble juego?

Deseos reprimidos,
quiero alcanzarlos, una vez, mil veces,
 con decisión inequívoca,
con prisa desatada,
con mis ilusiones volando
hacia altos templos de vestales iniciales.

Deseos reprimidos,
 los quiero por audaces,
los quiero por ingenuos,
yo sé que en sus anhelos hay horizontes
para los mundos y los cielos.
Placeres, quereres, poderes,
 entran sin desearlos
 a la porosidad lumínica
de todo mi ser.

Deseos reprimidos,
los ansío dentro de mí,
por doquier aparecen
 en cualquier lugar,
en momentos imprevistos,
sin tener un ápice de necesidad,
de poder, de poseer,
de intentar aprisionar al amor
 entre barreras semiabiertas
para sentirme más libre,
dispuesta a intentarlo todo,
a descubrir lo más obvio,
 a lograr el descubrimiento
del deseo realizado.

Deseos reprimidos, íntimos,
que intuyen los aromas del amor,
que dan vitalidad,
fuerza, ternura y placer
para que la vida transcurra sin tregua,
con pausas moduladas,
sin insistentes sobresaltos,
como queriendo volar.

Deseos reprimidos,
tejedores de urgencias, de reclamos,
 de esperas, sin prisas ni bravatas,
pero con insistencia terca
para poder llegar a recoger
el aroma del mundo
y sentirse dentro de él…
profundo y con total fuerza
 ilimitada y necesitada.

No estar contigo


No estar contigo,
 te desviaste
de la senda
 en la que yo te estaba buscando.

Te entreví soslayadamente,
 intuí tu venida,
te esperé con todas mis ansias,
mi cuerpo entero
clamaba por ti.

Viniste hacia mí
raudamente
como relámpago de luz
 iluminando mis mares internos
y te internaste con alegrías,
con ternuras
y deliciosas caricias
como un pájaro
picoteando un campo pleno
y fecundo
de semillas estremecidas
de ser encontradas.

Tu llegada
duró sólo instantes,
ya no estoy contigo
y te extraño tanto
que mi corazón se estruja,
vibra,
palpita
y se anega de lágrimas
 largas,
interminables,
la desilusión me colma
y los pesares
inundan mi alma
que confundida
y estremecida
no puede comprender
 los por qué
de estos tan sólo instantes
de felicidad total
y pródiga.

No estoy contigo,
no lo estaré nunca más
en esta vida del Hoy,
ni del mañana.

Mi afán ciego
por creer
 en tus promesas de amor
 no me dejaron ver
que ibas a ser
en mi camino
sólo una estrella fugaz.

Bañaste mi alma
de luz por un instante
y como un cometa raudo
y veloz
su estela
dejó marcas indelebles
en mi cuerpo
y en mi espíritu.

Contigo
 sentí el perfume
y la suavidad
de una flor recién abierta.

Suave curva
la entrega de nosotros
como pájaros
que en busca de lo soñado
hacia todas partes vuelan
 ensayando todos los cantos
de las aves
 que toda la Tierra pueblan.

No estar contigo
es sentirme
como colmena vacía,
sin zumbidos
ni latidos
 ya que mi alma está seca,
es como hundirme
en un mar de dolorosas tragedias,
me hiciste mal,
me hiciste bajar
a un abismo
donde la luz
no penetra.

No estar contigo
es sentirme atrapada
en un laberinto
de verdes follajes
donde los pájaros
 no responden
 y en un intangible ensueño
lejano
donde las flores
se esconden.

Y así
 dejaste mi alma triste
y abatida
viviendo
sólo en la bruma
donde mis ilusiones
se pierden.

Te pienso
y te retrato fiel
sobre el heliotropo
del crepúsculo
 idealizándote
con ímpetu alado.

Sólo eres ahora
 un triste recuerdo,
 un tesoro no conquistado,
un espejo
donde no se reflejan
 nuestras imágenes.

¡Vete ya!
 ¡No regreses!
No me encontrarás
en la inmensidad del tiempo,
ya eres una saeta
que se perdió
en el azul cielo.

Para ti
escribí los versos de amor
que no llegaron nunca al papel
 que los esperaba
con ansias
entre el olor de tomillos
y de madreselvas.

¡Qué dolor a mi pecho se derramó!
 Voy en busca
de la lluvia que limpia
y rejuvenece mi alma
e ilumina mi rostro
con una sonrisa
para el nuevo amor
que se acerca.