Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 29 de febrero de 2016

Dicha


Secretos inconfesables


Secretos inconfesables,
perdidos entre mil pétalos
blancos, amarillos y rojos
que colman mi campo
como manto entretejido
de “te quiero y no te quiero”.

Son conciertos
de notas aterciopeladas
moviendo a ratos el sauzal
y después tornándose
a la quietud hecha de amores perdidos
y hallados sin saberlo
entre cantos y sentires.

¡Oh, vientos del jardín de los recuerdos!,
desde el fondo soplad,
trayéndome los secretos inconfesables
que los quiero recordar.

Entre albas transparentes
vestidas de ilusión,
cuyos llantos sin causa
derramaron sobre las flores,
mi inocencia pasó.

Secretos inconfesables,
tengo pétalos en los labios
y palabras escarlatas
que jamás he intentado pronunciar.

Tengo secretos inconfesables,
que de tanto guardarlos,
los he perdido
entre mil pétalos blancos
que mis ojos viajeros del tiempo,
cansados de pronosticar,
se diluyen
entre este mar de añoranzas perdidas.

Tengo pétalos
pegados en mis sienes,
en mi pelo, en mis manos,
en mis yemas,
como plumillas
que escriben sueños, nácares, tesoros…

Tengo pétalos,
suaves pétalos carnosos
de mis flores preferidas,
debajo de mis pies,
recorriendo el gran sendero blanco,
amarillento, de mi nido de amor.

Invierto en el presente,
apuesto a futuro, a poesía
y floraciones perennes,
a todos los secretos inconfesables
por amor,
a los pensamientos cárdenos de la vida.

Tengo en suma
un chal de pétalos tejidos
y destejidos de flores deshojadas,
alegres, coloridas,
al que accedo una y otra vez
por éste y otros poemas
inspirados por ti, mi amor.

Secretos inconfesables,
perdidos, desperdigados
en el manto de flores mágicas
de mi lecho de ilusiones
de amor por ti,
irradian el fulgor que seca
las fuentes de mi llanto.

En sus pétalos te recuerdo
y amorosa te exalto,
mientras en la tarde
te inclinas en tus largas manos
y te envuelven como tules
que en tu pecho se derraman.


Secretos inconfesables,
manantial de dicha
que suave se extiende
entre caminos y senderos
remontando los sueños
a las nubes altas
como río de la música,
llovizna de suaves pétalos,
que serenamente,
por dentro, nos abrazan.

Mensajes de amor


Mensajes de amor,
quiero ahora, en esta hora inocente
sentarme en el umbral de tu mirada
y despertar cada día entre tus brazos
 respirando como una flor
que se abre al viento.

Lucero de la mañana
entrégame tu luz
para seguir tus pasos vida mía
y darte todo mi amor,
 dame tus manos,
 iremos juntos a gritar fuertemente
un te quiero
 mientras la luna muestra su luz
que ilumina el mar en todo su esplendor.

Mensajes de amor, los pienso
para volcarlos en páginas vírgenes,
que se enlazan, se entrecruzan,
mirándote con toda mi ternura
y ansias de estar a tu lado.

Escucho el resonar del agua
que cae en mi sueño
dibujando en mis ojos mi mirada enamorada.

Nos hemos encontrado,
fue un chispazo incandescente
de materia convertida en victoria gozosa
de los dos en prodigioso pacto.
Mensajes de amor,
son para tí,
mi amado amante.

Enamorados de vivir,
amándonos en un paraíso nuestro, claro,
donde se cruzan luces y sombras
entre besos, goces y pasiones
que movilizan brisas tiernas
y cubren con verdes esperanzas los vergeles
que súbitamente dibujan,
diestramente,
 arabescos celestes con luceros.

El silencio es la atmósfera
que el amor necesita
para que nuestras almas brillen.
El tiempo no existe en nuestras vidas
ya que nos lleva a nuestra auténtica realidad
y a nuestro destino buscado.

Mensajes de amor,
aún desde tu ausencia
no te he olvidado,
aún te sigo amando
y al son de mis deseos
como viola de amor,
el ángel que nos protege
y nos lleva persiguiéndonos,
elevándonos en el aire
disipando para siempre las neblinas
que envolvían tristemente nuestro cielo
mientras las estrellas ríen y guiñan
resplandeciendo en un cálido cielo.

Mensajes de amor, como suspiros
cuando la tarde apaga sus colores
y los astros encienden sus lumbreras
y se duermen las aves y las flores.

Mensajes de amor,
de dos almas flotando
en movimientos lentos como alas de aves
en un rítmico volar de dulces sueños,
felices sones en nuestra plática amorosa.

Mensajes de amor,
van hacia tí por los aires
desde horizontes lejanos
para que nos unamos entre frases,
palabras,
pensamientos
en un lazo estrecho y envolvente de caricias,
pasiones,
anhelos.

Te desvaneciste


Te desvaneciste,
 por no estar contigo
en este hoy,
en este ahora,
crece en mí
una hiedra pálida de dudas
que ahogan mi pensamiento
y detienen las horas de la espera
inquieta
y desazonada,
la ramazón de hiedras
que sacude el viento.

Si todo pensamiento
me sabe a tu presencia,
 no puedo dejar de extrañarte
y ya me es imposible
disimular tu ausencia
ya que de esta agonía
nada puede consolarme.

Te desvaneciste,
¿a donde están la magia
 y la fantasía de tenerte conmigo?
Nada en esta tierra
 libera a mi alma
de la inquietud
que la aprisiona
cuando me faltas,
cuando no estás…

Te desvaneciste,
debo dejarte de sentir,
de extrañar,
de pensarte
en segundos
tan sólo para que otros amores
se muevan en mi pecho,
para que sean un mar
a mis sueños y a mi olvido.

No quiero sentir más
el eco con tu nombre
 ni la agonía de tu ausencia,
 ni el manto tibio de tus manos,
anhelo y necesito
otra luz
con mirada nueva
que haga resurgir
 brioso,
salvaje,
victorioso,
un nuevo amor
que en mi pecho vibre
y que un frescor enternecido
bañe con mil caricias
mi cuerpo
que será un mármol tibio.

Te desvaneciste,
eres ahora apenas
 un recuerdo lejano,
un nuevo amanecer
hizo que la tristeza
se fuera al pasado del ayer
que sólo oscurecía mis días,
ahora comenzó una primavera ardiente
y feliz en mi ser.

Después de tu ausencia
en volandas
sueño otras mañanas de colores,
que me llevan a los fondos de mares
y de glorias
encontrando el amor verdadero,
único.
Vibro,
tiemblo
como una mariposa de fuego
y tormenta,
corazón con alas
con aleteos leves
entre latidos temblorosos
y de suaves cadencias
en ansias verdes,
azules,
en ondas y curvas
entre aromas de madreselvas.

Te desvaneciste,
no existes más,
 naufragaste
en un mar de inestable equilibrio,
 tu nombre quedó
en el agua sumergido,
 ya no volverás más
a mis pensamientos.

Ahora quiero vivir
no en un vacío eterno
sino en una creencia
de estar juntos
en el ahora
mi nuevo amor
y yo en un mundo nuestro.

Ya no más tu añorada presencia,
ahora crece
hacia dentro de mis dedos
 la suavidad de una nueva
piel cálida
 y al llamado de sus ojos
se alza de mi sangre
la poeta
y mis versos cantan
y se reflejan
 en los cielos azules
 y horizontes lejanos.