Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 8 de julio de 2013

Por siempre en mí


Umbrales de voces

Umbrales de voces
secretos, en dinteles ocultos
que me conducen
sólo a pensar en ti.

Quieren saber de mis pensamientos,
de mis amores
no lo sabrán
son voces que debo desechar.

Son entradas a un inframundo
misterioso, oscuro,
sin principio ni fin,
sin origen, sin acceso,
sólo son portales a un más allá.

Más borrosos que un velo
tramados por la lluvia
sobre los ojos de la lejanía,
confusos como un fardo.

Umbrales de voces
me conducen con prisa
a pensar en ti, en ser tuya,
solamente tuya
errante como un médano indeciso
en la tierra de nadie.

Umbrales de voces
me elevan por las rendijas de mi pasado
sin consistencia, sin aire,
ni molduras para que
en mi porvenir no aparezcas tú.

Sin embargo detrás hay
un taller que fragua
sin cesar un muestrario de máscaras.

Y allí busco y rebusco
buscándote en un recinto
que absorbe todo
y retrocede el paisaje.

Allí en algún rincón
estás tú entre esas voces
que pretenden separarnos,
y tienes entre tus manos pálidas
las imágenes de ayer
y aún los espejismos
que nos condensaron.

Cambia, cambia de vuelo, mi amor,
que las voces no te alcancen
como la ráfaga del enjambre
bajo la tormenta.

Vira amor de un día a otro
fulgor de una noche a otra sombría
y no vuelvas a partir
aunque te quedes de nuevo.

Aspirado por luz,
boca del viento

aléjate de los umbrales de voces.

Estoy acá

Estoy acá
cerca de ti
muy cerca,
mi vida en tu vida
y tú me desconoces
no sabes quien soy

Camino por las orillas del mar
y la espuma me acompaña
se creen que voy sola,
no, estoy contigo.

Los espejos,
el agua quieta
sombrean un solo cuerpo
pero en el alma hay dos sombras
unidas por lazos indisolubles.

Estoy acá
me debía bastar
con lo que ya me has dado
y pido más y más,
tú nunca podrías dar
otra cosa de ti
más perfecta.

Se cierran sin misión, ya, los ojos
a una luz, ya, sobrante.

Estoy acá
tal como me la diste
la vida está completa:
tú, terminado ya.

Pero de pronto te entregas a mí
es reconquista de ti
vuelta hacia dentro.

Estoy acá,
pidiéndote que me quieras
decirte que vivas,
que vayas más allá todavía
por los recovecos últimos de tu ser.

Estoy acá,
pidiéndote,
implorándote a ti, la vida,
inagotable,
alumbrada por el amor
al pedírtela.

Y no te acabaré
por mucho que te pida.

Estoy acá, acompáñame,
protégeme,
ampárame,
eres el amante de mi amor
y así puedo vivir en ti,
sin temor a lo que yo más deseo,
a tu beso,
a tus abrazos,


Estar ya,
siempre pensando,
en los labios,
en tu voz,
en tu cuerpo,
en tus brazos
y poder estrecharte sin fin
sin penas,
mientras se va inhacedera
con mi gran amor por detrás
tu solo cuerpo posible
tu dulce cuerpo pensado.

Te beso,
¿es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los labios repetidos
hacer que vuele a mi el segundo beso?
Más que beso,
claridad que busca la certeza alegre
del don de hacer

milagros de amor.

Amor inesperado

Amor inesperado,
de  súbito apareció
en mi vida vacía
allí, en ese rincón de Holguín
de mi Cuba amada.

Lo sentí llegar entre rincones
con baldosas de colores
que hacían guiños al amor,
como dardos afilados
llegó a mis ojos
tu mirada ardiente
entre escondites
donde hacías llegar
tu presencia apasionada y tierna.

Amor inesperado,
tu beso trémulo e inquieto
jugaba en mis labios
como paisaje cósmico
de un horizonte perdido.

Me llamas mujer luminosa
tú, el que recorriendo
veredas de Holguín
conquistabas mujeres por doquier.

Mi corazón cadente
sólo late pensando en ti
en tu cabello alborotado
por cada nueva conquista lograda.

Soy tu musa floreciente
por ti creada,
producida,
tú afirmas que nuestras almas
se fusionaron con esa fuerza estruendosa
que es el amor.

Amor inesperado,
lejano,
distante,
perdido.

Soy, sí, esa mujer apasionada
que tú intuiste
y soy capaz de trasmitírtelo
en una sola mirada.

De mi alma fluyen,
torrentes de inspiración
sobre el papel que espera ansioso
los poemas inspirados por ti.

Todo mi cuerpo tembloroso
clama por ti,
por tus trémulos e inquietos besos
que jugaban en tus labios.

Soy una mujer que ama,
ama la vida
y todo lo que la rodea.

Soy un ser iluminado
por el amor
que me rodea por doquier.

Amor inesperado,
que con sus flechas de miradas
atravesó mi corazón
y lo hizo sangrar de amor.

Soy volátil,
leve,
dulce,
inspiradora de amores
y entreamores
pero es a ti a quien amo,
mi ser lejano
desconocido,
anónimo,
extraño,
misterioso.

Oculto entre las brumas
de amores que hacen renacer
cada día en un alma distinta.