Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 2 de febrero de 2013

Tuya soy


Hálito de brisa


Hálito de brisa, no soy más que un soplo de nada, no soy más que nadie, sólo aliento de energía.
Hálito de brisa, no soy nada, soy el todo que desgrana mieles y amores por el azul cielo como bailan los paladines, danzarines sin fin.
Hálito de brisa, en mi retiro de nubes con leves vahos duerme el aura, en su nido de seda y tul, el aura que como soplo alegre y suave se torna brillante y puro en la nada y en el todo.
No soy nadie, sólo hálito de brisa y cuando el aliento levanta sus alas corre de flor en flor llamando como una exhalación a los frutos en sazón.
¡Oh, el aura quinta esencia del amor!
Por el rocío enjugada la brisa se hunde en el albor y perfumada e inexpugnable se eleva la ventisca e invade, duerme y apacigua al que duerme sin amor.
Hálito de brisa que vuelvo a hallar, es el mar mezclado con el sol pese a la noche solitaria y al día pleno de fulgor.
No soy nada, soy el todo, voy con el hálito de brisa en pos del amor, en las aguas profundas que acunan las estrellas flotando como un gran lirio lentamente envuelta en mil velos de tul.
Hálito de brisa, como fantasma blanco recorro los bosques lejanos murmurando tonadas en el aire nocturno y el viento cual corola de azahares me acaricia y despliega, acunándome, su velamen azul.
Hálito de brisa, salgo de un nido del que surge el temblor del amor.
Un canto en ecos misteriosos, cae del cielo oscuro entre laberintos tenebrosos que en instantes se torna brillante y puro al alcanzar el amor.
¡Qué sueño de cielo, albores, aura y amores!
En las noches estrelladas floto como un gran lis, entre flores, vuelos y ventiscas suaves.
No soy nada, soy el todo, el mundo tiene sed de amor y con esplendores de luces se va con la triunfal aurora.

Vigilia de mis noches


Vigilia de mis noches, una eterna velada, vuelta al plenilunio en mi silencio, he escrito cartas de amor.
Nunca me había sentido tan aferrada a la vida tendida junto a ti, mi amado ausente.
Vigilia de mis noches, cercanía de cuerpos y espíritus, viajamos próximos, nuestras manos se cruzan por el aire y dejan vorágines de amor en la creación.
Sin palabras, nuestras voces se entrecruzan en el infinito.
Vigilia de mis noches, eres la armonía de tu canción de amor y llevas mi alma en un vaivén sin fin a rodar sobre el eje de mi mente por no poder dejar de pensar en ti.
Escribo mis poemas de amor y dentro de cada letra que te busca, mi pensamiento sin desvelos no sabiéndolo va hacia ti.
¡Quiero estar a tu lado! ¡Yo, nada más! ¡Nada más yo!, amando el blanco mármol de tu frente, besando tus manos pálidas y buscando el amparo de tu pecho.
Vigilia de mis noches, buscaré tu figura en los ríos del tiempo para llevarla lejos a la tierra de nadie. ¿Llegan a ti las voces de mi alma?
Vigilia de mis noches, respirabas en mí, en mí, pero muy dentro, como los tiernos brotes de una planta pequeña.
El aire de tu vaho llegaba al pensamiento dándole vida al canto del pájaro que sueña.
Vigilia de mis noches, me sujetas las manos he impides que me derrumbe y no dejas que mis ojos cansados por el peso del tiempo armen espejismos pequeños.
Estás en vela siempre, me cuidas, me proteges, me envuelves en embrujos de prismas para que nada ni nadie me deje olvidada en el reino de los versos.
Vigilia de mis noches, desvelo de mis días quieres que mis minutes se hagan más anchos y estiras el tiempo en retoños pequeños para que nada me hiera, ni el más distante dolor.
Y por ti entre nosotros dos…surgió la densa nube que separa la noche de radiante mañana y nuestra cercanía creció deprisa dejándonos unidos por fin entre luces inocentes y conjuros de
pájaros trinando al aire puro de una tierra nueva y nuestra.

Melodía de prodigio


Señales de prodigio, entre mil asombros está sonando tu canción, sus acordes acarician mis sentidos y sus letras, con hermosas alas van alegremente…dulcemente entrando en mi vida.
Moldeando con su bella afinación matices que adjudican galas, exaltados en gloriosa melodía. Que entre versos de amor y notas han fluido como por milagro y comienzo suavemente a tararear, a entonarla, frase a frase procurando seguir su compás, degustando sus aires y tonadas.
Melodía de prodigio, con mi voz…intentando corear un jolgorio, que entre estrofas nace y me cubren con su ritmo más y más, y su melodía me envuelve con su garbo y cantar.
Es saeta con gracia modulada, es su voz maravillosa con mágica dulzura que en el aire vuela suavemente.
Es presencia en recuerdo que te nombra. Es calor y sonido como en un ensueño singular que vigila en cada tono muy airoso y desplaza su imagen reposada, gentil, salpicando el todo con un alborozo que asombra.
Melodía de prodigio, que acaricia los sentidos, me fascina, se modula la emoción… Un cosmos de irresistibles sonidos, inminente consecuencia de tu voz.
Ópalo que abrillanta sus colores, me cautiva…se encandila la ilusión…
Un infinito de seductores tornasoles, inminente consecuencia de tu fulgor.
Regocijo que desboca los latidos, me convoca…se inflama la ilusión… Elixir que inmortaliza el sentimiento, me sublima la calidez de tu melodía de prodigio.
Tus notas y letras de amor son sonidos que acarician, arrebatos de emoción, aromas que iluminan, fulgores que cautivan, laberintos de ilusión.
Melodía de prodigio, un silencio nos llega y con él, el eco que ya tu melodía ha pasado, con palabras aclamando que sólo escucha mi mente. En su ahogo silente me dice que el encanto de tu melodía de prodigio y su presencia se han fugado.
Quiero seguir recordando y anhelando, escucharte y escucharte nuevamente y en mis poemas que me regala el alma, en un don de ensoñación quiero que contemples mi amado, mi mundo interior colmado por tu paz interior y tu melodía de prodigio.

No sé quién eres


Tuya soy


Tuya soy, tiéndeme tu abrazo, ¡ay!, ¡cómo te necesito, apóyame, respírame, grita que me amas!
Cascarón de hojas, vahos de campo, de vida, de viento, de lluvia.
Hueles a cuerpo húmedo, mi pasajero fugaz, necesito tus besos apasionados con sentimientos profundos y tiernos.
¿Cómo  puedo pensar o decir esto?
¿Casi sin respirar o atontada? Cada día quiero más de ti.
Tuya soy, hoy y siempre, no te pierdas en lo venidero, a ti me acerco en tu presente.
Ser es estar siendo.
Prisa, apetito de las lejanías, torpe atropello de las largas dulzuras del minuto, da tiempo al tiempo.
¿A qué darle palabras de amor al poema si lo estoy siendo?
Tuya soy, mi amor es lento.
El caudal de mi dicha eres tú y como el del agua fluyen parejos, lo que ellos hablan y la espuma dice suenan de acuerdo.
Tuya soy, tan sencillo es quererte que a veces se me olvida que vivo de milagro el amor fabuloso que al cargar sobre ti ingrávido se torna y como lo redimes de sangre o de tormento, por fuerza de tu pecho, con corazón de magia, siento la ilusión de que estás conmigo, muy cerca, a mi lado.
Tuya soy encuentro la ternura en que se injerta el color de tu piel que me soborna y adoro tu palabra que trastorna y apura mis sentidos buscándote siempre.
Pienso en acariciar tu pecho al descubierto y todo lo invisible que te rodea, me complazco en la luz que te contorna, muerta de amor en lecho enfebrecido, pasto de celo en huerto clausurado, corazón por tus flechas percutido.
Tuya soy, hambrienta de amor soy una llama que por ti clama.
Un agua no pausada sí cantada, se allega por tus manos a mi pecho, ¡oh ríos sin espuma, tan alzado, que moja las puertas de mi cielo!
Tuya soy, los signos de tu grave y dulce voz me reclaman a cada instante y despiertas mi ternura y mis requiebros.
¡Qué umbría en verde valle, qué collados!, ¡qué rama sumergida en niebla y cielo!
Tuya soy, tú eres la música de mi vida en todo mi tiempo. ¡Te ansío ya!

Augurio misterioso


Augurio misterioso, en este día largo y mío como siempre, pienso en ti y me palpa con destellos de sol que glorifica y me ofrece el misterio de llevarte en mi mente escondiéndote dentro mío para que no te vayas.
Y como augurio misterioso empiezo a escribir mis versos naturales siguiendo el rastro de tu dulce aroma que cada tarde trepa la luna blanca que nos esconde.
Vaticinio claro, profecía llegada desde lejos, se que estaremos juntos, la magia de tu afecto le ha costado a mi vida perderse en el ensueño que tiene todo lejos.
Augurio misterioso, presagio de tu aparición en ardorosa noche que llegara con aroma y sabor a dulces manzanas, mangos, aguacates, papayas, guanábanas y naranjas, y el verso crecerá largo como pestaña joven vibrando con la fuerza de un asombro de alas.
Augurio misterioso, presentimiento triste y doloroso que los planes que forjamos juntos ninguno fue posible, cual memoria de un sueño se borró la esperanza.
Fuimos un centelleo, por nuevo, poco fuimos perdidos entre las altas olas de la playa en este mar que ahoga un llanto de magnolia y el verso de amor brota triste de esta alma acongojada y rota.
Augurio misterioso, volveré por ti, te encontraré, interrumpiré con una fuerte lluvia de palabras quebrando en mil pedazos todo lo que nos desune y distancia.
Volveré por ti sin escuchar presagios que auguran fracasos y dolores a tu lado.
Augurio misterioso, déjame ir con sílabas y acentos a matizar la magia en
mis palabras, palabras que vuelan en el polvo grisáceo y claro de las almas.
Y en el destello de papeles antiguos que no acaban, uso plumas que proyectan poemas de amor que me llevan a distantes albas.
Y la madrugada es hacedora luz de inspiración, creando para ti en un augurio misterioso mensajes de amor que nos unan en una extensa comunión.

Flechas en el corazón


Flechas en el corazón, son como lanzas filosas, cortas, agudas, que despacio, lentamente, se incrustan de a poco en mi pecho sintiendo inquietud, dolor y angustia.
Flechas en el corazón, dañinas y molestas, debo arrancarlas sin apuro, de a poco, para que no arranquen ni un trozo de mi alma que busca el amor.
Espero a Eros con sus flechas de amor, entregadas por Cupido en un momento inesperado, en un devenir del tiempo.
Y de pronto, en un momento de mi vida, surgieron como fleches perfumadas y dardos nacarados con mieles, mis palabras en un poema de amor viajaron hasta tu alma.
Dulce estrella de la pasión, ojos de luna, corazón suave y tierno de mi locura.
Primero fue un poema de amor, luego otro y luego otro.
Sobre las costas de tu espíritu se fueron amontonando mis versos.
Flechas en el corazón que atravesaron tu voluntad, que fue cediendo como una ciudad asediada y las venas de tus sentimientos se abrieron como flores.
Flechas en el corazón que me llevaron hasta tus brazos, la increíble recompensa de los cielos y de todos los dioses, tus párpados entornados mirando hacia el infinito en un apretado abrazo de dos que se aman, tu calmo aliento rodándome el cuello.
Los poemas son mágicos y enamorar es cosa de magos, el amor que nos trajo Cupido entre cielos celestes, lunas llenas, mares en calma, nos colmó de felicidad, flechó nuestros corazones con la flecha de la ilusión y ésta se expandió sin control dentro de nosotros dos.
Flechas en el corazón desde mi arco de amor te busco y casi sin aliento quedo porque a tu lado no puedo estar, la distancia es inexpugnable y larga.
Pero existe la esperanza de que quizás al menos en otra vida nuestras almas se encuentren enamoradas en un tiempo tan fugaz y eterno, punto de luz para que la esperanza y la ilusión de encontrarte no se escape de mí nunca más.