Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 6 de junio de 2014

Alma vagabunda


Sigo siendo


Sigo siendo tuya,
cuanta falta me haces,
escúchame,
búscame para volver
a creer en el amor.
Tengo para ti
besos y caricias dulces.

Sigo siendo tuya
aunque tengo mis manos vacías
y vacío de tu amor
está mi corazón
aunque siempre en mi mente
estás presente
en cada lar que busco.

Sigo siendo
ese ser
que siempre buscaste,
libre, sensible,
pura y casta,
que escribe poemas de amor
que tú inspiras sin saberlo,
tú renaces al amante
y haces que sólo sepa hablar
con el corazón primero.

Sigo siendo
la luz que te ilumina,
los brazos que te arropan,
tu luz y tu paz,
la que vela por tus sueños
la que te guía
en tus momentos de duda.

Sigo siendo
la que sin condiciones
ni obsesiones
pinta en tu cara sonrisas
porque la mayor de mis pasiones
eres tú.

Sigo siendo
la que espera que me emociones
con tus vaivenes de sosiego
y arrumacos de gozo y felicidad
porque tu amor
me hace libre
y a tu amor me entrego.

Sigo siendo
un ser sin sombras
ya que desde que llegaste a mi
me has iluminado,
has colmado mis días
de risas y alegrías
y has alejado las tristes
melancolías de mi alma.

Tu amor impulsa mi pluma,
escribo para ti,
sigo estando cerca de ti
en cada milésimo
de mi segundo de vida
y por ti triunfa
lo cierto en mí.

Sigo siendo
como nube,
luna de misterio,
sin vaguedades indistintas,
sólo yo para ti,
sin inquietudes ni desapegos.

De virginidad me ceñí
para guardarme
para cuando me encuentres,
me cerqué de niebla
en mis sueños,
me quité mis formas
y voy y vengo,
ingrávida de blancura
en suspenso para esperarte
y seguir siendo tuya.

Esclava dulce
que acepta su entorno
porque el amor
es el que la apresó en su cautiverio
y quedó esperando para salir
entre los aires volando
cuando me encuentres.

Mar de lágrimas


Mar de lágrimas,
inunda mi rostro frío colmado de sal,
tristeza infinita que se arraiga en mi alma
porque tú no estás a mi lado.

¿Cuál es la razón de llorarte tanto amor?
La desazón de mi espíritu
me lleva a llorar a orillas del mar
en noches serenas y cálidas.

Y lloré un río de lágrimas
hasta quedar exhausta y sin sollozos.
Mis heridas y dolor
se han ido ya con las lágrimas,
me siento vacía esperando el mañana
que me traerá un nuevo amor verdadero
pleno de cariño y ternura.

Mar de lágrimas,
en mi corazón todo lo que existe
ahora es sólo el dolor del duelo
basado en la nostalgia de un amor pasado
como humo en el viento
por el amor perdido.

Mar de lágrimas
que como gotas de sangre migran a mi corazón
fluyendo a través de la ventana del alma
con mis rotas emociones.
Son sollozos de un sueño de un amor perdido
y que nunca pude encontrar
en una búsqueda eterna de ti,
mi amado,
mi pasión única.

Mar de lágrimas,
mensajes silenciosos de esta vida,
columpiándose en un dulce retraso
de un morir que no perdona.
El destino se estremece en la punta de una rama
cuando al pesar de la gota
hace inclinarse a la hoja ya casi rendida.

Mar de lágrimas en un puro silencio
se deslizan suavemente con su gran menuda carga,
de tanto y tanto cristal celeste,
de gotitas de dolor y aflicción.
Mas no me doblego,
no me rindo,
me yergo y me alzo entre luces de diamantes
en volandas me voy en búsqueda del amor soñado.

Morir,
vivir,
equilibrio estremecido,
son pausas entre vida y muerte
creando en mi entorno hondas de calma.
Tantas lágrimas perdidas,
tantas huellas en mi piel,
ya no rompes mi silencio,
nada es igual que ayer.

Mar de lágrimas no puedo permitir
que el mundo gire en el recuerdo,
puedo desafiar la oscuridad
y vivir entregando mi corazón roto
a quien no cree en el amor.
Volveré a pensar en el sueño que por ti abandoné,
en un renovar de alegrías y gozos
mi vida se tornará feliz y placentera
entre soplos de aires cálidos
en torno a ondas de calma.

Mar de lágrimas entre brisas frescas,
el alma siente que pasa por ella algo nuevo,
es el sendero a un nuevo cauce
con un gozo nunca sentido,
un verdor,
una alegría,
unas estrellas y un río
que me lleva a un nuevo mundo de amor.

La noche triste


La noche triste,
 quejumbrosa,
galopa entre las oscuras nubes
tras un rayo,
 un trueno,
dejando en el horizonte
cenizas de penas.

La noche galopa dando brincos,
luces de estrellas
en sus cascos negros.

Me interno en ella,
el miedo me rodea,
busco entre luces
alguna luz que me guíe
hacia el sendero,
ese, el que vi en sueños,
que entre árboles ralos
me llevaba hacia la luz.

La noche triste,
 entre golpes de resplandores rojos,
crepusculares,
da vida, sin quererlo,
a pequeños brotes de bambú,
de caléndulas,
de siempre hermosas amapolas,
dando a mi alma
resquicios de calma,
de serenidad,
de fe.

La noche triste
sigue en su galope sin fin,
levanta al cruzar mares,
cielos,
 horizontes,
un sinfín de sueños truncos,
rotos, resquebrajados
por brujas malvadas
y duendes traviesos.

Es un potro salvaje y negro
con crines al viento,
con cascos de plata
y arneses de estrellas.

Galopa en extensa llanura
donde en los confines del tiempo
su trotar eterno descansa
cuando aparece la esclarecida aurora
con sus haces dorados
de atrapante misterio.

Entonces, ese potro
hondo y negro
se desvanece poco a poco
para seguir renaciendo.

La noche triste
envuelta en niebla
da sinsabores a mi corazón.

Una sutil muselina rodea
la luna.

La suave luz de opalina
 esmerila la laguna.

La noche de negra esclavina
se desgarra en espinas de tunas.

Una luz peregrina reina
en alba bruma.