Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


miércoles, 15 de febrero de 2017

Espejo mio


Déjame…


Déjame vivir como yo quiero,
 libre, en volandas al viento,
danzando entre arabescos de colores
y sentimientos íntimos.
Quiero una vida plena
de armonías de flotantes alas.

¡Ven conmigo a comulgar
el Amor único y verdadero!
Déjame amarte en silencio,
entre suspiros entrecortados,
entre gemires de placer y gozo,
entre ecos halagadores
de la eterna música de la Tierra Prometida,
 ritmo sin fin de la sagrada unión
de dos seres que se aman.

Déjame soñar
con nuevos amaneceres juntos,
frente al mar y al horizonte
 límpido y diáfano
entre besos áridos por la sal
que florecen desde los rincones del alma.

Los pesares del ayer
y los fantasmas de la duda
se han escondido, lejos,
en el infinito ocaso
porque nubes de calma
dan fuerza a nuestro amor.

Déjame gozar plenamente
y serenamente
de una vida plácida a tu lado,
no cercenada por pesares ni heridas,
sólo, tan sólo,
plena en un oasis de júbilos y alegrías
como cascadas de aguas
estruendosas y brillantes.

Déjame seguir mi manso camino
perfumado con el gris de tus ojos
que son aromo en flor.
Me siento como un azahar
del naranjal en flor,
purificada y virgen.
Tus labios son para mí una flor,
su perfume es mi dicha,
su presencia mi tenaz redención.

Déjame ser una flecha alada
que dispara el arco piadoso de la vida,
ser Cupido para ti
con una espada
en cuyo filo duerme el amor.
Déjame llorar con lágrimas de sal,
brumosas, calmas
que enciendan tu noche procaz
con música blanca en plenilunio.

Ser como una madreselva,
beso de plata con esmeraldas para ti.
Déjame encender velas de colores
 donde el viento sacuda
 la negra soledad ya ida
 e iluminar tu rostro, tu cuerpo
que acariciaré
como el pétalo de la sombra
y sentir caer la lluvia
donde los dos vivimos
la eternidad del gozo y del placer.

Déjame prevenir el mañana
donde no existan culpas
ni se acepten dudas,
donde no se enferme el silencio
y el deseo se encienda
 sin saber, en tan solo un instante.
Déjame descansar junto a ti,
amurallados en un resplandor
 estático de paz y quietud, sin pasos
y sin alas, solos tú y yo,
sobre el espacio blanco de los días
huyendo de ruidos y sombras.

Déjame estar frente a ti,
besar tu boca con mis manos
sobre tu pecho,
envuelta en la gracia divina
de sentir tu calor,
negándome a las telas,
en nuestra desnudez total.

La dicha está segura ahí,
a tu lado, eres el elegido,
como el agua más clara,
más perfecta,
en la mínima esfera de la gota
que no en infinitudes de océano.
Déjame ser yo,
tu amante,
totalmente tuya.

Lluvia de amor


Lluvia de amor
que va cayendo en mi corazón,
 lluvia que resbala por los cristales
en gotas de agua dulce
que recorren hasta el último de los rincones,
provocando divinas sensaciones
que se estancan
en mil sentimientos interminables.

Se convierten en un vuelo
de palabras blancas que mojan,
 lentamente, el alma.

Lluvia de amor,
eres el espíritu de mis amores,
eres esperanza y razón,
eres lluvia fresca en mis manos,
eres quien busca los sueños
vestido de estrella,
 eres lluvia frondosa del cielo,
 sol que irrumpe detrás de las montañas,
aire que levanta,
que da fuerza y vida al amor.

Tan convencida estoy
de tu gran transparencia,
en la que vivo,
de que la luz, la lluvia, el cielo,
son formas en que te esquivas,
vaga interposición entre tú y tú.

Nunca estoy sola
mientras la luz del día ilumina tu alma
 o cuando al encenderse las estrellas
me van diciendo palabras que tú piensas.

Esa gota de lluvia
que cae sobre el papel es
como una difusa flor de azahar
que tú me envías
 desde donde vives.

Eres esas pequeñas gotas
de sentires y relámpagos
que poco a poco va calmando
 en finos diamantes
la tormenta del alma,
 empapando cada espacio
de los corazones enamorados.

Eres agua pura
cuya presencia engalana,
caricia divina salpicada de sonrisas.
¡Qué siempre llueva, lluvia fresca del alma
y al final deje un arco iris!
Lluvia de amor para el corazón,
 lluvia fresca de brisas y amores,
en besos ardientes y caricias suaves.

Lluvia frondosa convertida en amor.
A través de la lluvia
me llegas tú,
entre gotas frías
que acarician mi rostro,
llenas de armonías las siento,
cierro mis ojos
mientras lentamente te pienso
y lentamente te siento.

Románticos pensamientos
 llueven en mi mente,
atrapando la lluvia un sinfín de sensaciones.
Yo sólo te sueño, amor mío
y te siento conmigo
mientras la lluvia cae…
en su húmedo y romántico velo
que me suaviza…
como brisa de terciopelo
recordándote y haciéndome feliz
en este ensueño bello
como las gotas que caen
 en el cristal de mi ventana.

Comienzo y final


Comienzo…
Cuando yo alcé los ojos,
con una mirada dulce y tierna
 para mirarte
(Comienzo y final)

Tú alzaste tus ojos
para mirarme
hasta lo hondo de mi alma.
(Comienzo y final)

Surgió esa palabra
que iba yo a decirte
de todos nuestros recuerdos vagos.
(Comienzo y final)

Se te asomó a tus labios
 como una bendición de amor
sin siquiera pronunciarla.
(Comienzo y final)

Nunca fui primera yo
 en confesar mis hondos sentimientos,
ceñida en mi silencio secreto y misterioso.
(Comienzo y final)

Tú no fuiste el último,
 los dos exactamente a un tiempo mismo,
 juntos, gozamos de nuestros abrazos,
nunca truncos.
(Comienzo y final)

Y así fui yo hacia ti,
en cada instante nuestro
que nos unía
entre nuestras manos
 temblorosas e impacientes.
(Comienzo y final)

Venías tú hacia mí
con una arrolladora fuerza
en una identidad
que nos unía salvados
de perdernos en la nada,
temeroso de no encontrarme.
(Comienzo y final)

Te abracé al verte sin moverme,
sintiendo la felicidad
como un huracán de besos
con una misión de fuego puro.
(Comienzo y final)

Me hiciste llegar frases de amor
repetidas siempre
pero que no son nunca las mismas,
brillando en tu pecho
 infinitas estrellas
a las que un mismo sol
 les presta luz a todas.
(Comienzo y final)

Vienes a mis brazos,
despertando a la vida virgen y pura
 y con un monosílabo: “sí”,
tiembla el aire de amor
en nuestro día único,
eternamente duradero.
(Comienzo y final)

Me buscas en el gran horizonte solo,
para poder contemplarme,
 feliz de encontrarme,
atónita de sentirte amado.
(Comienzo y final)

Busco tu rostro amado,
 tu voz tierna y suave,
tus manos sabias,
 te busco a ti en todos los rincones,
 en mi sed de infinitud.
(Comienzo y final)

Vas tú por el aire
en vuelo de pájaros sin nidos,
 oteando a lo lejos
los colores del arco iris
para encontrarme y amarme.
(Comienzo y final)

Los dos, tú y yo, como dos en uno,
en el comienzo labramos nuestro destino,
caminando juntos bajo cielos altos
que prometen todo lo que se necesita
para vivir sin despedidas ni finales.