Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 16 de junio de 2015

Duele


Noche serena


Noche serena,
el cielo cuajado de brillantes estrellas,
me envuelve como un manto
de entretejidos hilos de luz,
inundando mi espíritu de paz.

Me guía la luna,
inventadora de sueños de amor,
perpetuados hasta el infinito.

Noche serena,
mis brazos que quitan sombras
y espinas te buscan
como lazos de ardientes narcisos
y el corazón en un palpitar
inquietante se inunda de amor.

Noche serena,
ansia de vida,
anhelos supremos de amor
en un navegar tesonero,
levando las velas de mi vida
en afanes que buscan caricias y besos.

Noche serena,
ensenada segura,
la que está a salvo del  tiempo,
pleno de amor puro
de sueños indescriptibles,
mensajeros alados
de crepúsculos a albas.

Noche serena,
en mis horas de vigilia
de sueños sin sueños,
en mis noches oscuras,
en esas horas
donde nadie me encuentra,
te amo.

En esas horas
donde tu cuerpo juega a ser mío
poniéndole luz a mis horas serenas,
te quiero.

Y cuando tus manos me pintan
nadie nos ve,
mi alma entra en tormenta
por encontrar la tuya.

Noche serena contigo a mi lado,
nuestras almas se unen
en un paradisíaco tiempo de amor.

Soy feliz en el aire,
dejándome en tus brazos volar,
donde ellos vuelen
a su rumbos sin signos,
solo con ternuras del tacto.

Y tan puro es nuestro amor
que nos en vuelve
y nos lleva al descanso del alma.

Noche serena,
plena de risas y palabras de amor
que anuncia
las mas hermosas auroras.

Tiempo divino
que llegó a ser tiempo poco a poco,
estío que se junta con el otoño,
camino sobre anhelos
en las noches lentas y ardorosas
que en la alta madrugada
nos une aun mas.

Noche serena,
donde dos amantes noveles,
tendidos bajo las estrellas se aman,
despacio,
muy despacio,
mirándose entre susurros ondulantes
plenos de sonidos y silencios,
entre caricias suaves,
mágicas.

Tres llaves


Tres llaves que han abierto
las puertas de mi vida
junto a la luz,
cantando la tristeza de lo que nace,
la llave de tu corazón palpitante,
la llave que permite entrar a tu alma,
la llave silenciosa de tu vida.

Estas son las versiones maravillosas
a las que me enfrento,
temblando de amor y cuidándome
de la silenciosa sombra
que en algún encuentro de mi viaje eterno
me lleve a un lugar lejano
y no pueda estar contigo,
mi amor.

Tres llaves que envuelvo
en mil caricias y ternuras
entre suspiros del mar
son mi tesoro que guardo
celosamente entre canto
de cálidos sonidos
de campanarios lejanos.

Tres llaves que están dentro de mi
y por las que vale vivir
en la cueva del destino,
de tu corazón amado
de tu alma noble
de tu vida
en la que se refleja tu bravura,
tu tesón, tu valentía,
en cada instante doloroso
del todo y de la nada.

Tres llaves que entre estrellas,
nubes,
viento silente,
inundan mi alma iluminándola
con palabras como piedras preciosas.

Misterio,
magia,
tres llaves que llegaron
a mi hora inocente
en el umbral de mi mirada
sonámbula y transparente
despertándome y abriéndome
a la vida sin las cuales no podría vivir.

Tres llaves que se dejaron caer,
sin dolor,
en mi vida dejándose enlazar
de fuego y amor,
de silencio ingenuo y crédulo.

Y en mi noche eterna
forjé un sendero bordado
con piedras de cristal
donde dejé olvidada
las llaves de mi alma,
de mi corazón y de mi vida
para quien las encuentre
este deseoso de conquistar mi alma,
conquistar mi corazón
y quedarse en mi vida.

Y entre coloridas transparencias
las tres llaves se reflejan en los espejos
vigías de mis poemas de amor
que desnudan mi alma entre cantos y besos.

Alguna vez
las tres llaves se quedarán unidas
en mi vida de viajera y poeta
cuando la noche sea de los dos,
revelando al mundo
la delicia de perderse
envueltos en llaves de vida.

Sed de lo inefable


Sed de lo inefable,
de lo sublime,
del amor único y verdadero,
el que nos conmueve el alma,
del afán y anhelo de estar contigo,
junto a ti.

Sed de sentir tus besos en mis labios,
con el dulzor de una caricia,
de un frescor de agua límpida y pura.

Sed de lo inefable,
de lo indecible,
de lo impronunciable,
sed de secretos compartidos,
de abrazos íntimos,
apretados, de diálogos tiernos,
como de estrellas que vienen de otra vida.

Sed de lo inefable,
de lo inenarrable,
sin poemas de amor,
ya que cuando te marchas solamente
quedan sombras que dejaste,
de palabras invisibles,
sin labios,
escritas en papeles.

Sed de amor,
del que me vela con un tul de luna
y me transforma en un cisne que soñando vuela,
contigo muy lejos
para vagar por los caminos de luces y de sombras,
de estelas estrelladas.

Sed del sueño mío,
de estar en los brazos aquellos
a quienes entrego mi alma.

Sed de lo inefable,
de buscar donde saciar mi ansia
de sentirme amada,
sin dudas del mundo
y de tu amor como milagro insólito e inesperado
que colma ansias y deseos ocultos
como prodigios perdidos
de siempre y encontrados al fin.

Sed de ti,
de tu piel,
de tu mirada,
de las auroras compartidas
en un gran mundo de luces,
sin oscuridades y miedos.

Sed de lo inefable,
de lo perfecto,
del lugar al que tú me llevas
desde el vasto azul sobre la tierra
donde a mi alma virgen perfumas
y viertes en ella luces,
flores y un aroma vago
que la inunda de amor.

Sed de lo inefable,
de la placidez,
de la pureza,
de la tierna espera,
solamente de ti,
porque se que me voy contigo
al mundo nuestro,
pleno de signos y de señales
para que no nos perdamos
nunca más.