Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 23 de septiembre de 2019

El amor en la oscuridad


Entre Flores Y Aromas


Entre flores y aromas
he abierto las ventanas de mi alma
para que tú navegues
entre mis flores.

Hoy mi vida huele a manzanas
y a frescura de naranjas
recién cortadas,
creo que desde siempre te amé
más que a cualquier cosa que yo amaba.

¿Es tu amor?
¿Es tu piel?
¿Es tu nombre?
Eres tú amor,
el que todo el tiempo me acompañas.
El aroma de flores vive en mi corazón,
con suavidad, fortaleza,
florece dejando un sabor dulce
 abriéndolo con delicados pétalos.

Los suspiros por ti,
llevan aire de aroma.
Aroma de flores esparcidas de mil colores,
colores de diferentes rosas, alelíes,
tulipanes, girasoles,
que hacen de tu rostro un idioma,
idioma que de mis letras
las escribo para ti
 como los mejores tulipanes
 tempraneros y en flor.

Entre flores y aromas te amo,
 entre esplendores que iluminan
 las noches románticas de pasión.
Hoy escribo letras
en cada pétalo de flores,
 escribo poemas, prosas, versos
 y a él se los dedico,
a mi inspiración
 que hace de mis versos rosas perfumadas
salpicando mis poemas
con dulce miradas y tiernos besos de amor.

Nos rodean aromas, flores y velas,
 estamos unidos a la tenue luz
que brilla sombreando
nuestros cuerpos en éxtasis de amor.
Son las flores manantiales de sueños
y de ilusiones y de sus tallos
vemos florecer nuestros corazones.

Las prosas poéticas
que mi numen me inspira
van en busca de las flores,
los frutos, los aromas y sabores,
van para no volver
o para volver con ellos.

Unos van a los jardines,
otros al nido de amor cálido y latiente,
 el perfume y el color
misteriosamente los elevan
 por cielos azules y claros
 hacia el amor que los espera
entre mil frutas y aromas dulces.
Un pájaro y una flor,
 un jilguero y una rosa,
habitan en lo interior del ideal del poeta.

Entre flores y aromas
 vivimos tú y yo
y las prosas poéticas de nuestro amor
nos envuelven con ímpetu alado
y nos ascienden
entre nubes de algodón
 desde el paraíso florecido,
 entre risas y lloros en flor.

El perfume y el color
 misteriosamente elevan
nuestras almas de poetas
cruzando el éter
para beber luz en las estrellas,
dormitando en el silencio blanco
de la luna llena.
Volamos juntos
 al espacio entre flores y aromas,
 con las alas de todas nuestras canciones
irradiando ilusiones por doquier,
ebrios de luz
 como una estrella errante…

Fuiste tú


Fuiste tú,
me dejaste en el mundo irreal de la poesía,
mundo mágico donde estoy sola,
 en otra dimensión,
viviendo momentos únicos conmigo misma.

Mis poesías de amor,
son paradisíacas,
tiernas, dulces, a veces severas, duras,
despiadadas, adoloridas
y ¿cuál es la razón que me insta
 a estar jugando con las palabras,
 saboreándolas,
deleitándome con ellas?
 ¿Es que existe una razón verdadera?

No, es irreal,
 es del otro mundo,
 de otros cielos, de otros horizontes
y vienen despacio, sin apuro,
sin prisas a buscarme
y a llevarme a lugares lejanos y secretos.

Fuiste tú…
mi inspiración, mi numen,
 mi amor consagrado
hasta el último anhelo de mi alma.

Me haces vivir
en nostálgicos y melancólicos suspiros
que desde mi mundo interior
surgen aún más allá de la nada,
del no existir
en esta realidad sin amor verdadero.

Fuiste tú…
me transformaste,
soy y seré un ser diferente
desde el instante
en que apareciste en mi vida,
 me enamoré del AMOR,
me diste el todo
que siento que soy hoy.

Entre metáforas,
 sílabas, letras, frases, sinónimos,
 mi mente se va sola
con ellas a danzar,
 a disfrutar de la música,
 a amar la vida con total intensidad.
Sin saber por qué, las poesías,
 con prisas, con prioridades inusitadas
quieren ir a las páginas en blanco.

 Corren, se entrecruzan, se vuelcan  
perdidas sin saber qué expresar,
 si es el amor el intenso
o el tranquilo dulzor
de caricias no sentidas.

Se van enhebradas en letras tejidas
con encajes de fulgores brillantes,
opacos, refulgentes
a recorrer el orbe
en mantos de amor
para envolver en redes
 las almas necesitadas
de sentimientos puros,
 inocentes y vírgenes.

Fuiste tú…
cambiaste mi entorno,
mi sensibilidad más honda, más sentida,
me elevó a bordes abismales
de remotos tiempos,
de ayeres y de presentes inesperados
con profundos deseos
de amar y ser amada.

Fuiste tú…
el que despertaste mis ansias,
mis angustias, mis puros deseos
de volar sin alas, lejos, muy lejos,
 a cielos azules entre nubes áureas
como campos de algodón,
buscando el don de la esperanza,
el deseo de vivir
volcando mi sentir
en trozos minúsculos de papel
o en hojas apergaminadas
o en caminos de arena
donde se borran con la espuma del amor.

Fuiste tú…
me diste la vida, esta vida mía
que me hace amar por sendas sin fin,
 derramando como pétalos de jazmines
sentimientos hondos, sinceros, únicos,
transferibles de un alma a otra,
tendiendo mis anhelados puentes
donde la vida renace
y el ser humano se une
entrelazando dedos, manos, brazos, mentes
para limpiar nuestro planeta
de oscuros y misteriosos sentimientos
 malvados y mezquinos.

Te recuerdo


Te recuerdo
(cuando en las noches estrelladas y brillantes
y la luz de la luna baña de plata
 las aguas tranquilas del agua,
 te pienso).
Te recuerdo.

Te añoro
(tu perfil desdibujado
bajo la pálida luz de la aurora
viene en mi búsqueda con ansias locas).
Te recuerdo.

Te añoro
(evoco los instantes preciosos
pasado juntos, muy juntos,
 en silencios prolongados y profundos,
entre suspiros de amor
y besos apasionados).

Te recuerdo.
Te añoro
(eres el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza renovada,
quisiera cercar tu aroma con mis manos
y la dulce potencia de tus brazos).

Te recuerdo.
Te añoro
(tus cantares son con sones armonizados
siguen persiguiéndome sin descanso
y tus notas suben
al igual que ayer en numerosos acordes
y son para mí tu regalo).

Te recuerdo.
Te añoro
(todo sonido en eco tuyo
me lo convierte en alma que te espera,
y tus pasos se sienten siempre
de estar viniendo por la ausencia).

Te recuerdo.
Te añoro
(tengo miedo de no poder encontrarte,
de que mis besos se pierdan
en otro cielo
como el amor que vive de ola en ola).

Te recuerdo.
Te añoro
(perdida voy en las tardes
por siempre en tu embeleso
sin sentir el cercado de tus ramas,
ni ver tu fuego que en los fuegos arde).

Te recuerdo.
Te añoro
(te llamo hasta quebrar mi voz
en cristales translúcidos,
por eso sangra mi corazón
y me derramo entre lágrimas y sollozos).

Te recuerdo.
Te añoro
(dame mi libertad,
no quiero tu fatiga,
quiero sentirte como se siente el agua,
hermosa, libre y límpida
entre tu libre albedrío y el mío).

Te recuerdo.
Te añoro
(busco tu imagen en mi cuerpo
con el frescor de la creación primera
en las densas ondas de la noche,
con afán de encontrar la luz primera).

Te recuerdo.
Te añoro
(así te hallé, sin muros ni rejas,
entre luceros y luces fugaces,
 como manojo de iluminado amor,
el que te ofrendaba,
al día que alboreaba
cuando ganaba la aurora sus matices).

Te recuerdo.
Te añoro
(quiero fundir mi figura con tu bronce,
andar entre los peldaños del deseo,
hasta alcanzar la cumbre de tu nombre).

Te recuerdo.
Te añoro.
Llévame con mi recuerdo,
mis manos a tu pecho, amor,
que desnudándome caminos
sobre el muro que cerca mi silencio,
siente mis besos en tu frente
para que de mis labios surja el verso
que encienda la sangre en tus venas
y me sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo mi nombre en tu cielo.