Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 28 de mayo de 2014

No creo más en ti

Invadiendo mi silencio


Invadiendo mi silencio,
tú el que intentas murmurar,
constantemente,
tus palabras sentidas de amor
no dejando que me encuentre
a solas conmigo misma
para borrar de mi mundo interior,
antiguas desolaciones.

Quiero mi silencio mudo
 incluso hasta en el viento que toca mi oído,
o el eco que se asoma a burlar mi voz.
Hoy necesito soledad,
el cielo está oscuro,
la luna se ha ido,
 las flores no tienen la esencia de ayer.

Las aves volaron dejando su nido,
me siento sola,
pero sé que tú vendrás
al grito desesperado de
¡vuelve a mí, no me abandones,
necesito tu amor!

Invadiendo mi silencio,
estoy en penumbras con todo mi hastío
 y en cada suspiro lloro una oración
que clamo en silencio
porque sé que todo fue pasado
y que tú vendrás a mí,
dejando en tinieblas, dolores ya idos.

Invade el silencio todos mis espacios,
mi vida marchita navega sin ti,
en un triste andar
 se mueren mis pasos,
 te buscan sin tregua
para que me traigas al hoy
donde tú me esperas.

Invadiendo mi silencio,
sin ningún encuentro, sé mi amor,
 vigía de esta silenciosa
que quiere regresar
de su viaje interminable
en el desierto de su alma
y que su corazón,
de la mano dulce de la brisa,
llegue hasta ti.

En la caricia de tu voz,
yo era el umbral de tu presencia,
yo estaba en la sombra de tu nombre,
yo habitaba en ti,
 pero en mi mundo de silencio,
no te encuentro
y un profundo dolor invade mi corazón.

No me dejes estar en el completo olvido,
hazme llegar sólo una caricia leve,
el recuerdo de una sonrisa,
 la mano dulce de la brisa
y acércate con ternura
a mi mundo de silencio.

Invadiendo mi silencio,
 tú, sin prisa, despacio, lentamente,
te vas adentrando en mi mundo
 para hacerme beber
la fuente de la vida,
aquella que dejé
sin casi darme cuenta.

¡Ven! ¡Entra en mi alma y hazla renacer!
Que poco a poco
tu magia invada mi ser
despertando sus deseos
 de gozar y amar
y así lograrás detener el tiempo
entrando al silencio de mi alma
para vivir contigo
suspiros leves y caricias cercanas.

No quiero que seas
en mi mundo de silencio
un simple reflejo
en mi imaginación
y que al despertar mis ojos no te lloren.

Invadiendo mi silencio
con tu presencia en mi cuerpo
para darme la flor del amor de la vida
que hoy desvela mis pensamientos
con silencio de olvido.

Entre Flores Y Aromas


Entre flores y aromas
he abierto las ventanas de mi alma
para que tú navegues
entre mis flores.

Hoy mi vida huele a manzanas
y a frescura de naranjas
recién cortadas,
creo que desde siempre te amé
más que a cualquier cosa que yo amaba.

¿Es tu amor?
¿Es tu piel?
¿Es tu nombre?
Eres tú amor,
el que todo el tiempo me acompañas.
El aroma de flores vive en mi corazón,
con suavidad, fortaleza,
florece dejando un sabor dulce
 abriéndolo con delicados pétalos.

Los suspiros por ti,
llevan aire de aroma.
Aroma de flores esparcidas de mil colores,
colores de diferentes rosas, alelíes,
tulipanes, girasoles,
que hacen de tu rostro un idioma,
idioma que de mis letras
las escribo para ti
 como los mejores tulipanes
 tempraneros y en flor.

Entre flores y aromas te amo,
 entre esplendores que iluminan
 las noches románticas de pasión.
Hoy escribo letras
en cada pétalo de flores,
 escribo poemas, prosas, versos
 y a él se los dedico,
a mi inspiración
 que hace de mis versos rosas perfumadas
salpicando mis poemas
con dulce miradas y tiernos besos de amor.

Nos rodean aromas, flores y velas,
 estamos unidos a la tenue luz
que brilla sombreando
nuestros cuerpos en éxtasis de amor.
Son las flores manantiales de sueños
y de ilusiones y de sus tallos
vemos florecer nuestros corazones.

Las prosas poéticas
que mi numen me inspira
van en busca de las flores,
los frutos, los aromas y sabores,
van para no volver
o para volver con ellos.

Unos van a los jardines,
otros al nido de amor cálido y latiente,
 el perfume y el color
misteriosamente los elevan
 por cielos azules y claros
 hacia el amor que los espera
entre mil frutas y aromas dulces.
Un pájaro y una flor,
 un jilguero y una rosa,
habitan en lo interior del ideal del poeta.

Entre flores y aromas
 vivimos tú y yo
y las prosas poéticas de nuestro amor
nos envuelven con ímpetu alado
y nos ascienden
entre nubes de algodón
 desde el paraíso florecido,
 entre risas y lloros en flor.

El perfume y el color
 misteriosamente elevan
nuestras almas de poetas
cruzando el éter
para beber luz en las estrellas,
dormitando en el silencio blanco
de la luna llena.
Volamos juntos
 al espacio entre flores y aromas,
 con las alas de todas nuestras canciones
irradiando ilusiones por doquier,
ebrios de luz
 como una estrella errante…

El secreto de los siglos


El secreto de los siglos,
raíces en el tiempo,
 eres el árbol
 que enredas mi espesura
entre ecos de los hombres,
del reino del detalle.

¿Cuál es el secreto
de los siglos
entre muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra
o tiempo guardián de voces,
 y de pasados no encontrados?

Breve instante de la vida,
una hora siquiera,
somos seres
que como hojas desprendidas
donde una ilusión
su nido encuentra agonizando.

Esta hoja fugaz,
pálida vena del destino,
deseos de ser un soplo vivo
en el secreto de los siglos.

Fulgor contra destello,
el hombre abate,
espejo frente a espejo,
reina el mundo
y en el sentir de la hoja
y de su árbol,
árbol y hoja se confunden
en el secreto escondido de los siglos
pasados y por venir.

El secreto de los siglos
suspendido en el aire volátil
del orbe eleva e amor
como puente de cristal
a lugares misteriosos,
donde en momentos preciosos
 la felicidad renace.

Las voces del mundo
han levantado sus soles
en el interminable
 laberinto de la tierra
y nadie ha podido aún
 encontrar la esencialidad de su luz
porque habita
en el invisible corazón
 de la eternidad.

El secreto de los siglos,
de fuegos en las manos del arco iris,
 deshojado,
desdibujado,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz.

En esta vibración de latidos
que se agitan,
se entremezclan,
el amor sueña libre
en su soledad de siglos
y las cruces desnudas
diluyen su lenguaje de espumas,
recibiendo la sencilla
y límpida vibración
de corazones puros.

El amor en el secreto de los siglos
cae en cataratas silentes
día a día,
hoy,
ayer,
 ayer de ayeres,
por las curvas sencillas del viento,
desplazando su caudal de perfume
en el tiempo,
sin más banderas
que el acento claro de la paz.

El amor es el secreto
de los siglos en receso,
que va dibujando
su invisible rocío cósmico
en los atardeceres
temporales del espíritu
y abraza en silencio
 nuestros mundos
profundos y luminosos.

El secreto de los siglos
que se quiere dilucidar
aunque sea sólo
en la oscuridad
o entre tinieblas
que como tules
envuelven el amor,
 lo esconden 
para que sólo
en la esperanza del silencio oscuro
 la luz lo ilumine
por instantes
 para trocar al mundo
sin prisa
en el paraíso
donde se palpen soledades
o nuevas ofrendas
de luz y amor.