Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


lunes, 3 de febrero de 2020

Encuentro sorpresivo


Otoño en mi vida




Otoño en mi vida con sus instrumentos, con su orquesta de lluvia y súbitas claridades traes el amor esperado,
el que no tendrá olvido,
el que mi alma siempre reclamó
¡Ven a mí aún en mi otoño!
Mis palabras van hacia a ti,
palabras que duermen en la mano de la página.
El tiempo, oscuro visitante que como breve luz perdura
no nos alejará nunca, estaremos esperándonos siempre
en un pequeño fulgor de esperanza.
Otoño en mi vida que contigo me acerco al crepúsculo
donde el sol entre luces brillantes nos acuna,
estamos juntos, lo sé ahora que sabemos en lo que el amor nos convierte en un fuego que nunca se extingue,
transitando juntos estaciones de la vida.
Y al querer avanzar bajo la bóveda oscura y húmeda de lluvias, miedos y silencios hunden mi alma retardando mis pasos
para llegar a ti y ser tuya por siempre.
Y en una lejana algarabía del fantasma de tu ausencia
siento que tus manos desde la lejanía se refunden en los pliegues de mi cuerpo, mis pechos erguidos brotan con urgencia
por el olor de tu piel y mis labios provocados por ráfagas de besos necesitan tu presencia a mi lado .
Otoño en mi vida pero en mi alma juventud y alegría
por sentirte junto a mí, en mi recuerdo,
nunca serás olvido.
Te extraño y aún más cuando llueve ya que busco refugio en mi misma para sentir que ocupas el lugar más sensible de mi cuerpo
con manos, ojos y labios.
Y afuera la llovizna que antes erizó mi piel se desliza por dentro,
dejándome en un mar de lágrimas por no tenerte conmigo.
Tú desde lejos haces que vibren las cuerdas que afinó tu violín en mi cuerpo y alma.
¿Por qué llegaste a mí en esta etapa de mi vida?.
Tú el amor lejano, inasequible pero entrañable por siempre.

                                 Mírame partir
como un duende,
con los pies al revés
que no desea irse



Lagrimas de Júbilo




Lágrimas de Júbilo invaden mi pecho como un manto salobre, traslúcido, inquieto, dejándome en paz conmigo misma.
Mi silencio placido enardece al saber que tú quizás, Hoy, mañana, quizás en este instante te acerques a mí y entre tus brazos me entregues todo tu amor con mil te quieros.
Llegas como un barreno rápido y ardiente, horadando la noche y de repente a punto de ser luz, te apareces aquí en nuestro nido de amor que te esperaba ansioso, cálido y pleno de dulzuras leves y besos tristes, apasionados y locos.
Lágrimas de júbilo que diseñan el paisaje a la distancia.
Vienes hacia mí sin impaciencia desde la llanura distante,
no te inmuta el fragor de los aludes,
ni el aire desafiante de la altura.
Atraviesas caminos solitarios prendiendo en mi pecho una golondrina que en un aire leve sobrevuela mis lágrimas de alegría llevándolas a las alturas de un infinito orbe.
Por un instante que mendiga otro, creí verte llegar hacia mí, mi júbilo se enderezó, las rectas se cruzaban pero la eternidad en su mirar recala, es frágil,
quiébrese con un férreo tañino de campanas.
Temblamos los dos y tiembla el aire en agitada espera.
Se nos empaña la voz
Se nos quiebran las alas,
quedamos los dos exánimes mirándonos desde lejos sin derramar ni una sola lágrima de júbilo.
¿Es que todo se trastoca para unirnos en un por siempre?
Lágrimas de júbilo,
 ¿Por qué el destino o el azar deben echar raíces en el erial de nuestro mapa de la vida?
Y ¿Por qué los designios de los ángeles al rozarnos se apagan?
Son cándidas interrogantes que en mis poemas de amor se asoman, se inmiscuyen, son nimios presagios tan sólo lo suficientes para decir mucho, poco o nada.
Mi alma sobrevolaba el aire ingrávido,
sobre el gris del otoño como una fresca pincelada blanca.
Iba  y venía con alegría misteriosa,
hollando de memoria el tedio de la espera cotidiana ajena a la honda espera que en mi pecho
el tiempo riguroso sazonaba.
Y él llegó con su gris monótona sombra resurgiendo de la nada
¡Oh prodigio!
¡Oh milagro!
¡Oh cuántas lágrimas de júbilo!
Entre caprichosas señales y algún rojo encendido y algún verde sedante,
entre símbolos y escalas estabas entre mis brazos.
¡Al fin juntos, gracias al amor y al poema!

                                                                                              “En el bosque de sombras
                                                                                              abre un lucero                 
                                                                                              y el ruiseñor alerta
                                                                                              presto reclama al ángel del amor”  

Mundo ideal




Es tan sólo con pensarte que yo puedo volar muy lejos conmigo.
Quiero llevarte bien alto, lejos,
para que busquemos un mundo ideal          
donde solo juntos hagamos nuestros sueños realidad.
¿Sabes qué?
Te has convertido en aire que respiro,
en la luz que mi vida ilumina.
En esa canción que quiero cantar contigo.
Eres todo para mí,
mi sueño,
mi ilusión.
Un mundo ideal contigo es donde haya siempre
un romance cada vez que estemos juntos.
¡Cómo decirte que te quiero mío y me quiero tuya!
aún para eso que se llama eternidad.
En el mundo ideal ven conmigo,
tiende tus manos,
tiende tu cuerpo hacia el mío.
Los dos buscamos un color,
una fecha,
un pecho,
un sol.
Descansaremos juntos,
seremos una sola alma,
un solo cuerpo.
El mundo ideal hace latir mi corazón
con vivencias armónicas y emocionantes
 ya que en él estás junto a mí,
amándome con sólo mirarme.
Es un modo sagaz,
de agradecer ofrendas soterradas.
Alquimia secular de los jardines del alma,
que trueca los signos del eco
Y del silencio turbio y apagado
donde la luz poco a poco nos inunda en alturas infinitas.
En el mundo ideal nos dormiremos al fin en nuestro sueño,
ávidamente entre nuestros cuerpos se encontrarán
el reposo,
la paz,
el gozo,
la felicidad plena.
Y afanosamente en nuestro lecho tibio de amor
otra vez será la corporeidad plena
donde el amor inventa sus encantos fortuitos,
gratificantes,
plenos de nostalgia,
de soliloquios,
de mágicos y tiernos encuentros
“Ayer acaricié
el pétalo de tu sombra.
¡Qué extraño fue!”