Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 22 de febrero de 2013

Mensajes sin destino


Vehemente amor


Vehemente amor, apasionado, te amo intensamente, me debía bastar con lo que ya me has dado y pido más y más, cada beso tuyo me pide otro para cumplirse a sí mismo ya que tú nunca podrás dar otra cosa de tí más perfecta. Se cierran mis ojos esperándote, límpida, impetuosa como la voz primera porque tu entrega es reconquista de ti, vuelves a mí en cada momento entusiasta, fogoso, buscando mis más íntimos secretos.
Vehemente amor, efusivo, totalmente entregado a este querer de dos, por eso no te expliques tu amor, ni me lo expliques, obedecerlo basta.
Me hundo en tu querer, llenándolo de síes de gozos, de pasiones, de deseos sin fin.
La forma de querer de tú es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes en el silencio.
Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo.
Vehemente amor, estoy abrazada a tí sin preguntarte nada, de miedo a que no sea verdad que tú vives y quieres.
Estoy abrazada a ti, sin mirar y sin tocarte, no vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, ese soledad inmensa de quererte sólo yo.
Vehemente amor, el firmamento resplandece cuando me acunas en tus brazos y me llevas las manos a tu pecho, amor, que desnudándote caminas sobre el muro que cerca mi silencio.
Mi piel se enciende con rubores de deseo y floto sobre el agua que mana mis recónditos adentros.
Sacúdanse las bases de mi sangre para que aparezca tu nombre contra el cielo.
Vehemente amor, te necesito a mi lado, cerca muy cerca, mi cuerpo enredado en el tuyo en un aire estremecido de ternura y bajado de altísimas esferas.
Tú eres para mí viola de amor que toca con sus notas cada fibra de mi cuerpo todo cincelado en nácar verde y perfil modelado en blanda cera.
Apoyada en el calor de tus hombros, enlazo las cimas de lo cielos en la tierra.
Creces hacia dentro de mis dedos y al roce y al llamado de tus ojos se alza de mi sangre un efusivo abrazo que te cobija muy dentro mío.
Vehemente amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos, quiero tu ardiente cuerpo que me entregas entre tus brazos.
Eres mi felicidad, mi dicha toda, dentro de mi te llevo porque digo tu nombre.
¡Ven y tú llegas despacio y quedo!
¡Ven a mis brazos abiertos!
¡Ven con tu amor que me ata y me desata en cada lujuria de tu mirada errante con tu alas que me envuelven toda, con tus labios de amantes ardorosos y tiernos!
Seré tu pasión, tendrás que amarme con tu brazos redentores.
Vehemente amor, ¡cómo decirte que te quiero mío y me quiero tuya por toda la eternidad!

Daga hiriente


Daga hiriente, atravesó mi corazón y traspasó los límites de mi cuerpo en mi mundo frágil, me hirió muy dentro, lastimando mi Yo íntimo.
Hemos vivido juntos, el tiempo se contaba apenas por minutos, un minuto era un siglo, una vida, un instante de amor.
Nos cobijaban techos, menos que techos, nubes, menos que nubes, cielos, aún menos, aire, nada.
Daga de dolor, inmenso océano de lágrimas inundó mares y ríos.
Galerías enormes de congojas, pesares, tristezas, sin pisadas de dos, ni estelas recordadas.
Daga hiriente como punzantes flechas afiladas cursaron el aire y traspasaron mi pecho dejando heridas punzantes en el alma y las manos vacías y yertas de amor.
Mi lecho de nubes, nido de amor quedó vacío, sangrante, frío, solo.
¿Será este minuto próximo o mañana o en el borde mismo ya del jamás donde tu carne y la mía, mi nombre y el tuyo no se encontrarán?
Daga hiriente, de pesar, de un latiente sufrir que hace brotar lluvia de llanto entre mantos de niebla, húmeda de cristales, de hielos lacerantes que se hunden en mi espíritu, sin fecha y sin nombre.
Hoy, nuestros besos están solos en el nido vacío y sangrante.
No queda nada, absolutamente nada del ayer vivido entre cantos, poemas, músicas, sólo queda este dolor agudo, lacerante, tétrico que reboza y agita mi espíritu sintiendo la vida como un sueño trémulo, no vivido.
Daga hiriente, estoy al otro lado de los sueños que soñaba a ese lado que se llama la vida que se cumplió.
Y ahora de tanto haber realizado nuestro soñar, nuestro cuerpo está en dos  cuerpos.
El mío herido, cuajado de orlas negras. Mi espíritu desdichado, acongojado, no puede volar alto, las tinieblas lo rodean, le impiden ascender a lo alto buscando la paz imprescindible para nuestro existir.
Daga hiriente que por milagro me escapa de tantas agonías soslayando en laberintos del alma fugitiva, lugares secretos donde me lastiman y hieren.
Me refugio en cuevas oscurísimas para no sufrir sin sentir mi cuerpo en el que el dolor pueda dolerle buscando lugares sin espinas entre tinieblas con luces esquivas.
Mi mundo interior lleno de esperanzas marchitas, sufre entre ilusiones perdidas y sin tocarme apenas rozan mi frente alas de profecías.
Me siento herida de muerte sin heridas, me abandonaste, ya soy parte del tiempo de tu olvido.
Necesito que mis dudas se disipen, ver la aurora en fiestas nacarinas, en rosas, en albores, el tiempo que perdí sufriendo.
¡Desaparezcan palabras vividas!
¡Encuéntrenme mañanas sin neblinas!
¡Que se acerquen dichosas tardes otoñales entre frondas verdicientas!
¡El amor me espera, con nuevas pasiones y ardores sin fin!

Cenizas de amor


Cenizas de amor, ¿qué guardó mi corazón, palpitante y crujiente del intenso amor que por ti sentí?
Se siente tu ausencia, no te he olvidado, aún te sigo amando entre las cenizas de amor que me envuelven, te siento dentro de mí y en las sombras nocturnas del éter, en la inmensidad, aún bajo la luna triste y taciturna, vago en pálida soledad como vagabunda del cielo y la tierra con la perenne inquietud de encontrarte y encerrarme en tus cálidos brazos.
Cenizas de amor, he pasado por la senda estrecha de los grandes zarzales de la vida, desgarrando mis blancas vestiduras entre dolores y penas.
Sentí tu desdén y tu abandono, tu olvido y yo como perdida en mí, no dejé ni un instante de sentirme tuya, siempre tuya.
¡Qué dolor, es como arrancar la luz del alma!
Cenizas de amor, sólo quedan resquicios de un fuego apagado, te fuiste de mi lado para siempre y sigues en lo hondo de mi sangre y yo como escudo que resguarda mi pecho te enlazo en las venas abiertas de mi sangre.
La muerte tiene silencio y olvido piadoso, la traición, la mentira, se hace ortiga sobre el corazón despierto y algo de mi luz en el polvo se ha perdido.
Cenizas de amor, tantas noches con sueños desvelados entre sombríos y tristes pensamientos, con llantos, quejidos y penas de dolor acrecentadas.
Cenizas de amor, el pecho malherido sufre y el luto cierra todas mis ventanas.
¿Hasta cuándo esta pena inundará mi alma?
No quiero más el llanto en la noche pegado a mi piel como tul de agua, no quiero más tristezas oscuras frente a las tinieblas.
Quiero gritar mi dolor fuertemente en el aire para despertar limpia y serena en mi nueva aurora única y calma.
Cenizas de amor, que caigan en un valle de nieblas para no sentirlas más en mi triste sangre, para poder recorrer el océano de verdes amapolas angustiadas.
Sufre mi alma estremecida por no tenerte, quiero alcanzar y gozar de la paz anhelada como fanal de luz para que se agote mi devorante sed de no sentirme amada por ti.
Cenizas de amor, necesito hundirme en el mar tras los corales liberadores del tedio y salir airosa, pura, limpia y casta, llegando a aquellos lugares donde jamás cruzan las crueles aves del tiempo y sentir mi cuerpo y mi espíritu liberados, llevándome a un mundo nuevo.
Quiero ahora seguir la travesía de las nubes entre redes de hojas perfumadas y entre brazos del mar que asaltan, impacientes la serena dulzura de una espera que hace cantar el alma toda. 

Recordándote


La desconocida


La desconocida, la que desapareció tras sus huellas, a su lugar escondido y misterioso.
¿Quién es ella, la innombrable, la sin nombre, la que huye del mundo disipándose en las tinieblas vagas y temblorosas?
¿A dónde se dirige con su paso cansino y torpe?¿Por qué sus hombros se inclinan hacia el suelo y sus ojos no se vuelven a mirar el cielo?
La desconocida, la que un día se sintió vencida, la que no encontraba escape de su laberinto de amor, que no comprendía nada por tener tanto temor.
Vuelve sin pronunciar palabra alguna, es aquella, la que viste llorar, en su mirada se ve que no cree en nada, su corazón de tanto sufrir se tornó de hierro fuerte.
¿Cuál fue la razón de su cambio, de su soberbia figura ahora cabizbaja y apocada?
La desconocida, la que sólo conoce la noche,  con sus ropajes oscuros, negros y grises, su rostro oculto con un manto de enredaderas mustias, se acerca despacio, con su paso cansino, buscando lo que dejó atrás, sus amores ahora ya ocultos, su felicidad perdida en mil vericuetos hondos y secretos.
Su alma fría la atormenta con hondos dolores de nostalgias ya idas.
Camina sin saber adonde dirigirse y a veces, fugazmente, en un breve instante, distingue una luz que la lleva a su destino perdido del cual ya no tiene memoria.
Se desliza entre dos mundos, regresa del submundo donde estaba sumergida para encontrar su yo perdido.
La desconocida, para salvar su mundo y limpiarlo de espadas viene en busca de la antigua luz, de la lámpara olvidada, envuelta en la noche cruel de sus pensamientos.
En una túnica de lentos llantos, donde nadie la ve, se envuelve en sus ropajes y camina sin cesar, asoman a sus ojos recuerdos de amores pasados y sus brazos se mueven como ramas del agua y entre sus dedos largos aprieta sus puños, su bastón como báculo la guía hacia el sendero que busca, que se le escapa y se aleja de la luz avizorada entre el aire y los sones en que arden las cañas.
¡Aprieta su cuerpo envejecido y leve! ¡Qué hambre de soles a su frente asalta!
¡Aprieta y no sueltes, palmera alta, con hojas secas y raídas, que el alma y la carne se van con la vida yerta y desolada!
La desconocida, de sus dolidos huesos y la raíz de su pasado se va consumiendo.
¡Álzate de tus escombros, que la vida vale vivirla con amor y esperanza! ¡Espera el nacimiento del nuevo día desde el polvo de tus muertos, déjalos ir a los vientos entregados!
¡Quítate ahora, desconocida, los disfraces oscuros del ayer, de los días amargos y recupera la vida que quedó flotando bajo tus párpados!
¡Vive, respira, canta, nada de fuera debe preocupar tus sentidos!
¡Todo se pierde en nieblas de humo y de incienso! No recuerdes nada de tus tristes y pasadas jornadas, vive el presente, la fuente de la eterna luz, el futuro mañana caminará hacia ti.

Sinfonía en no


Sinfonía en no, romance trunco, deshilachado entre acordes sin fin, dormitando en el silencio sin ecos, como fuegos en llamear cabalgando con los cometas.
Sinfonía en no, amor que se hundió en el mar, buscando la obertura perfecta que lo hiciera renacer de entre pavorosas tristezas, volviendo las superficies, engalanado de preludios.
Sinfonía en no, en instantes breves, casi sin darnos cuenta, bajamos al abismo donde la luz no penetra y donde millones de ojos nos sorprenden y contemplan como en un acorde no alcanzado, sin notas afinadas en músicas sin armonías.
Sinfonía en no, su punto de encanto se astilló en mil cuerdas de liras y laúdes que se consumieron en el aire todo sin que una frase musical la inspirara a escribirla.
La composición toda de las alas de los sueños, frotó en cada estrofa en una nube de grises partituras y sólo con ímpetu alado al ideal asciende en un concierto de risas y lloros en flor.
Sinfonía en no, en pentagramas sin notas, vacíos e ignorados, se buscan y no se encuentran, sus notas ciertas se reconocen apenas en el sonido leve de un viento suave.
Pero las notas no responden, ni en ninguna parte aparecen, ¿en qué lejanía se encuentran?¿bajo qué frondas se guarecen?
Sinfonía en no, encubierta, no se encuentra en este mundo ni está en claves, ni en signos, tallados en visiones que la están buscando.
Sinfonía en no, no se escribió aún, inútilmente noticias de sus acordes se buscan en el viento, en las aves, en las flores, en el agua de las fuentes, en los astros del firmamento.
Sinfonía en no, aparecerá improvisada surgiendo en un violín entre acordes flotando, en sus líricas composiciones.
Las notas claras, redondas, tibias, despacio se van a su destino, se van a la nada, son eso no más, su curso en preludio perdido, una huella a lo largo que se borra enseguida.
Sinfonía en no, maravilla, milagros, desde lejos se oye el trepidar de sonidos y en los sueños resuenan graves, bajas y sin tonos.
Sinfonía en no, vuelve invariablemente, exacta a ti misma, deshaciéndose en tiempo, polvo, dejando sólo vagos rastros fugaces, recuerdos de armonías escuchadas en leves recuerdos que por el aire vuelan, portadoras de fusas, semifusas, corcheas que se entrecruzan sosteniéndose solas en pentagramas vacíos.

Amor compartido


Amor compartido
¿Cómo podemos vivir compartiendo nuestro amor sin esperar nada a cambio? ¿O tan solo instantes breves de felicidad para luego sumergirnos en nuestra soledad íntima?
Amor compartido
¿Podemos recibir, tan solo una pizca de ternura en fugaces instantes, sin sonrojarnos o sentir culpa? ¿Por qué, como una marca de la vida, el amor traspasa mis umbrales, hurgando la raíz de mis sentidos?
Amor compartido
¿Cómo hacer para olvidar que tu amor no es todo mío, que muchas de tus miradas no se encuentran con las mías, que parte de ti se haya en otro lar y que no llegas a encontrarte con mi luz que te espera ansiosamente?
Amor compartido
¿Por qué llegar a sentir que la felicidad de haber sido dos no se logra siendo uno?¿Cómo lo ha logrado alguien, portador de sueños mudos, germinados bajo el dulce sabor de besos húmedos que ya no se acercan, sólo distantes llegan sus reflejos?
Amor compartido
¿Aceptado o no?¿Cómo soslayar la infelicidad que nos hace llegar a libar de la tortura su crecida ira desatada en la corriente de la vida?
Amor compartido
¿Cómo ascender por los peldaños del deseo hasta alcanzar la cumbre de tu nombre en un grito sólo, desgarrador y único sin morir en el dolor y su agonía logrando la paz y bonanza?
Amor compartido
¿Podré estar ya siempre pensando en tus labios, en tu voz, en tu cuerpo, que yo misma te arranqué para poder, ya sin ellos quererte?
Amor compartido
¿Por qué este afán mío de hacer posible lo que tú no serás nunca: mi amor entero y único?¿Podré vivir sin tenerte a mi lado, en tu cuerpo todo mío o es sólo el gran deseo inútil de tenerte conmigo, a mi lado, en todo lo que haces, verdadero, visible?
Amor compartido
¿Te seguiré esperando por siempre, con mi corazón de poeta, después de volar por todo el universo, regresando con las flores inmortales que dejaré caer en tu regazo en presencias de lo imposible, de tu querer vivir conmigo, siempre?
Amor compartido
¿Te encontraré entre las dudas inciertas, calando en lo más hondo para ver si, al fin, estabas entre la angustia desgarradora, hiriéndome sin dolor, sólo por señas y sentir que me perdiste en las últimas tinieblas del olvido?
Sé que estarás en las cimas de mis besos, sin dudas y sin mañanas, en el vértice puro de la alegría alta, entre júbilos y risas, por placeres y gozos, apuntando el aire nuestro.