Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 5 de agosto de 2018

Sueño contigo


Contra viento y marea


Mi vida se mece entre rencores,
falsedades,
 traiciones,
saliendo airosa,
 flotando sobre el mar
limpio y puro,
derramando con ansias
y anhelos,
 amor por doquier.

Me siento vapuleada,
zarandeada,
movida
a lugares siniestros
donde los celos,
las envidias,
los terribles males de espíritus torvos
 quieren hundirme en la oscuridad
 pero contra viento y marea
saliendo a la luz de horizontes rojizos,
me elevo
 colmada de amor
 a mundos lejanos
donde la esperanza
y la felicidad
me esperan.

Contra viento y marea,
 vivo deshilachando dolores,
furias,
desamores.
¿Por qué vivir
sembrando amor por doquier,
desafiando la sombra de una idea
con el alma encendida
por anhelos y esperanzas?.

Contra viento y marea,
voy hacia ti
en volandas de luz,
entre las luces brillantes
de las luciérnagas
que iluminan el sendero
donde nos encontraremos para mecernos,
acariciarnos,
amarnos.

La pasión y el deseo
 surgen como llamaradas vivientes
con chispazos rojizos
que nos unen
y vertiginosamente
nos conducen a un mundo mágico
e irreal,
donde el amor imperioso
y exuberante,
escribe en el cielo azul
y abierto:
¡Vivir amando contra viento y marea!

Ya no nos separan
distancias ni falsedades,
ni envidia,
inagotables fuentes
que sin poder no nos rozan,
sólo nos acechan
 para desunirnos pero no lo logran.

Contra viento y marea,
nuestro amor abre sus alas
y se une en el lejano horizonte,
allá,
muy lejos,
 en un impactante vuelo de amor
 que con nuestra imaginación
recorre cielos recónditos
unidos en un abrazo sin fin.

Contra viento y marea
nos mimamos abrazados
en un profundo intercambio
de energía pura,
casta,
imprescindible
para nuestro existir,
nos recorren bailando
una danza inesperada,
leve,
ingrávida
 que nos deja exhaustos
 uno en brazos de los otros,
 como dos seres
en uno solo.

Contra viento y marea
 plenos de vida,
recorremos el mundo entre risas,
cantos
y lágrimas de amor.

Temor fugaz


Temor fugaz, breve, vacilante,
me enfrenté a él
reconcentrada y penetrante,
sola, muda, predestinada, esclarecida,
en mi aislamiento profundo, en mi hondo centro.

Mi sueño errante y mi soledad hundida
se dilataban por lo no existente,
hasta que vacilé
cuando la duda oscureció mi alma por dentro.

Temor fugaz,
que entre dos tinieblas me perdió
y me cobijó entre turbas alas,
sin riesgos ni desafíos
en una lejanía sin memoria
de encantamiento,
sin una presencia de deseo
 alejándome por un instante de ti.

Temor fugaz,
como un aterciopelado telón
se entreabre y deja pasar
una sombra oscura, de duda, de inquietud.
¿Por qué aparece de esta manera
misteriosa y solapada?

No quiero sentirlo,
trato de no sentirlo,
tengo la leve sospecha
de que me avisa
que en mi vida el amor se alejó despacio,
dejando tan sólo un rastro de recuerdos,
 un indicio de imposibles
que me fustigan la piel
con una impaciencia dominante,
con un hervor que calcina
 mi corazón desenfrenado
a encender nuevas fogatas
de amores renacidos
como las estrellas cuando brillan
con intensidad en el azul cielo.

Temor fugaz, me hace perder
en el medio de palabras diferentes.
No deseo dentro de mí, la ilusión
de la incertidumbre, la inconsistencia.

Deseo una nueva estación en mi vida,
 el viento del amor
 golpea a mi puerta
pero la pasividad me impide abrir.

La prevención
de un torbellino de emociones
 como una tormenta
puede lavar las heridas más profundas.

Temor fugaz,
pasó y no dejó huellas,
ahora revivo, canto,
creo en el amor que me espera
renaciendo en mi vida
 la alegría de vivir
con emoción, desorden, ligereza.

Necesito todos esos sentimientos
que vienen con sabor,
con una cierta mezcla
de un pedazo de soledad
sediento de amor.

Temor fugaz, 
se que nunca será demasiado tarde,
el dolor y el miedo,
 nunca serán mortales,
hasta la herida más profunda
se cura en el mismo lugar
 donde una nueva piel se formó.

El amor puede tocar en cualquier momento.
¡Estoy aquí!
 ¡Siempre voy a estar aquí,
esperándote, amor,
sin dudas ni sombras titubeantes!

Surgió la luz y me elevó
al cenital esplendor
donde todo está claro,
 no hay dudas ni temores.
Ya no estoy dentro de la niebla,
el tiempo eleva las anclas,
el silencio pleno de amor
echa al vuelo enmudecidas campanas
 y cumplen su juramento
los horizontes del alba,
la vida toda de día, pura,
 flota en el agua,
en el aire, en la nada.

El secreto de los siglos


El secreto de los siglos,
raíces en el tiempo,
 eres el árbol
 que enredas mi espesura
entre ecos de los hombres,
del reino del detalle.

¿Cuál es el secreto
de los siglos
entre muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra
o tiempo guardián de voces,
 y de pasados no encontrados?

Breve instante de la vida,
una hora siquiera,
somos seres
que como hojas desprendidas
donde una ilusión
su nido encuentra agonizando.

Esta hoja fugaz,
pálida vena del destino,
deseos de ser un soplo vivo
en el secreto de los siglos.

Fulgor contra destello,
el hombre abate,
espejo frente a espejo,
reina el mundo
y en el sentir de la hoja
y de su árbol,
árbol y hoja se confunden
en el secreto escondido de los siglos
pasados y por venir.

El secreto de los siglos
suspendido en el aire volátil
del orbe eleva e amor
como puente de cristal
a lugares misteriosos,
donde en momentos preciosos
 la felicidad renace.

Las voces del mundo
han levantado sus soles
en el interminable
 laberinto de la tierra
y nadie ha podido aún
 encontrar la esencialidad de su luz
porque habita
en el invisible corazón
 de la eternidad.

El secreto de los siglos,
de fuegos en las manos del arco iris,
 deshojado,
desdibujado,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz.

En esta vibración de latidos
que se agitan,
se entremezclan,
el amor sueña libre
en su soledad de siglos
y las cruces desnudas
diluyen su lenguaje de espumas,
recibiendo la sencilla
y límpida vibración
de corazones puros.

El amor en el secreto de los siglos
cae en cataratas silentes
día a día,
hoy,
ayer,
 ayer de ayeres,
por las curvas sencillas del viento,
desplazando su caudal de perfume
en el tiempo,
sin más banderas
que el acento claro de la paz.

El amor es el secreto
de los siglos en receso,
que va dibujando
su invisible rocío cósmico
en los atardeceres
temporales del espíritu
y abraza en silencio
 nuestros mundos
profundos y luminosos.

El secreto de los siglos
que se quiere dilucidar
aunque sea sólo
en la oscuridad
o entre tinieblas
que como tules
envuelven el amor,
 lo esconden 
para que sólo
en la esperanza del silencio oscuro
 la luz lo ilumine
por instantes
 para trocar al mundo
sin prisa
en el paraíso
donde se palpen soledades
o nuevas ofrendas
de luz y amor.