Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


domingo, 16 de abril de 2017

Mundo ideal


Tropiezos


Tropiezos oscilantes,
ondulados,
deslizantes
que me llevan a un mundo nuevo
cada día,
exhausta de ir
tras aventuras nuevas
en mi diario vivir.

Caigo,
me levanto,
vuelvo a caer
y a empezar otra vez
la ininterrumpida danza
tras lo inesperado,
lo imprevisto
que se presenta tantas veces
sin ser buscado
e interrumpe con suavidad,
con ternura,
instantes plenos de amor.

Tropiezos que siempre me conducen
a lugares misteriosos
entre hadas mágicas
y gnomos y duendes furtivos
que me guían
para poder volverme a levantar,
bien alta mi frente
y no inclinarme ni resbalar
de a poco hacia el suelo arenoso
y oscuro
donde yace la soledad sufriente.

Tropiezos, sin tregua,
los tiré en el aire diáfano
para que vayan
en volandas por el cielo
haciéndolos agua
para que llenen los cauces del mundo
con espuma desatada y áurea.

Tropiezos,
deslices que me llevan a abandonar
mis esperanzas
pero no mis prosas poéticas de amor,
las que dejaré que llenen
miles de páginas vírgenes
como bandadas de pájaros al vuelo.

Tropiezos tambaleantes,
callados
pero sentidos,
guardados en el fondo
de lo que mis manos palpan
y mis ojos tocan.
Tropiezos vacilantes,
vulnerables,
aparecen súbitamente
en cualquier instante,
en el menos esperado
y los dejo pasar
sin resistencias ni resquemores.

Suspendidos quedan,
ingrávidos,
buscando un pequeño resquicio
para hacerme vacilar
y sentir esa opresión en el pecho
que sólo el amor puro puede hacer
que los deje atrás,
en el ayer pasado.

Tropiezos,
resbalares sin culpa,
dificultades que afloran
como cactus en el desierto
o como racimos de púrpura salvaje
que cuelgan en el ceibal.

Poco a poco
los pimpollos van apareciendo
como el amor en mi alma
y el canto suave
y sonoro
que abre el sendero
a la esperanza
sin vacilaciones turbias,
sólo con certeras creencias
de que todo, ya pasó.

Querer vivir anhelando amores
en infatigable sed de calmas sin tropiezos,
con ilusiones de vida,
sin cansancios,
tan solo con un poco de felicidad
en instantes inolvidables
plenos de ilusión,
ideas, fe,
imaginación,
creando siempre
sueños de amor.

Una mirada furtiva


Una mirada furtiva,
huidiza, escalofriante,
que me deja anonadada,
en temblores
que provocan en mi alma
desazones sin fin.
Entre los dos
el silencio se alarga y crece.

Sentidos que laten los embates
que el tiempo desafía entre cenizas y ruinas
que en una larga agonía,
se duermen en un escondite secreto.

Una mirada furtiva
que hace que cierre mis ojos
para no sentir que te he perdido
para siempre,
no siento el cercado de tus brazos
ni veo tu fuego
que en los fuegos arde.

Te llamo hasta quebrar mi voz,
por eso me derramo
en llantos y sangra mi corazón.
Una mirada furtiva, cautelosa,
siguiendo en pos de mí
 como una aparición fantasmal
para no dejarme encontrar
el camino hacia mi espiritualidad toda,
conmigo misma.

Así, en movimientos lentos
como alas de aves
en un rítmico volar
mis sueños se elevan a cielos infinitos
para perderme lejos y no sentir
sobre mis hombros cansados
tu mirada furtiva, sigilosa,
cuando tú y yo en pequeñas pláticas
hacían nacer mis suspiros de desesperación.

¿Por qué mis suspiros renacen
y vuelven entrecortados y estremecidos
desde el fondo de mi alma
cuando estamos juntos?

Hay algo en mi cuerpo
que viene de un tiempo lejano,
es una querencia,
un ansia de volverte a ver,
a verte,
de seguir contemplando tu antigua mirada brillante,
a veces triste,
nunca disimulada,
ni solapada.

¿Por qué amor mío,
tu antigua mirada
no es la misma en mi presente mirando?
Me reconozco y la extraño.
¿Dónde está?,
 ¿Vivo en ella?
¿O ella en mí?
Mirada furtiva,
cae sobre mí como una fuerza
que me invade y enajena mis sentidos.

¡Vete ya de mi vida!
¡No te quiero frente a mí, me desespero!
Sin sintonía, mi cuerpo se marchita,
mi mente se obstruye, mi corazón se agita.
Quiero sentirme capaz
de ser mi propio apoyo,
de ser mi tránsito en esta vida mía.

Mirada furtiva,
oculta en tus ojos negros,
me lleva al submundo del resto de la Creación.
¡Déjame vivir libre,
con sentimientos claros y preciados!
No deseo sentir ningún vínculo con tu vida,
¡Haz la tuya!
Tengo sed de visiones nuevas,
 las que me proyectan a un nuevo mundo,
azules tenues
que me llevan a azules perfectos,
lejos de tu mirada furtiva,
ajena a mí,
en un callado empuje
que me eleve por aires alados
a horizontes plenos de luz y de amor.

Dame mi libertad,
mi espacio abierto
en campos de amapolas y alelíes
entre bandadas de visiones
con mis ojos cerrados
que me llevan
a mis lugares íntimos y secretos.

Infinita Espera


Infinita espera,
si no me tienes,
si no estás a mi lado,
mi sonrisa es fría
y sólo queda
un abrazo triste.

Inútil que te busque
y te persiga
 debajo de la piel de mis sentidos,
se mueven tus distancias como alas,
 ¿por qué no vuelven
tus labios a los míos?
Infinita espera
de amorosos recuerdos,
 tristezas lejanas,
cariñosas memorias
que vibraban cual sones de un esperar.

Añoro la presión de tus manos,
las noches de fiesta
a tu lado.
Infinita espera,
 ¡cuán larga es esta desesperada nostalgia!
Días que brotan
 llenos de tu ausencia
en la esencia de mi vida
pasando a mi lado indiferente.

Infinita espera
de luna plateada
como espada en cuyo filo
duerme el amor,
me duele el alma
donde anida el trueno
 cuando tu cuerpo
se va
como un rayo
que no hiere,
mata.
Mi melancolía se llena
de añoranzas de pensar
en tu voz dulce y armoniosa.

Infinita espera,
 tu mirada que añoro
en mis noches solitarias,
 erizaba mi piel
de claros reflejos
de luces cálidas y tenues.

Me niego a despertar
y no tenerte a mi lado
detrás de tu perfume
que se negó a partir.

En oleadas de vientos
y humos
renace la esperanza
 de que esta infinita espera
llegue a su fin,
tú vienes…

Y yo sueño que Hoy…
tal vez mañana…
quizás un día
yo estaré en tu destino,
abrazada a ti
como tu amada amante.

Infinita espera,
 llega de improviso
 el idilio esperado
de vida sonriente
al sentir tus pasos
nuevamente.

Enséñale a mi boca
que te nombra
que has escuchado mis llamados
para apoyar mi amor
sobre tus hombros
en la luz matinal
que brilla de claros surtidores
en la espuma de la esperanza
de que la espera
llegó a su fin
y con sus nubes
el poniente fragua
y otro cielo rosado
y verde oscuro
en los espejos trémulos
del agua
 nos reflejó a los dos.

El pálido rocío de tus ojos
se encendió por altísimas veredas
 y al dar tu corazón
el primer impulso
volcó por mis sentidos
sangre nueva.

Infinita espera,
ya no existe,
tu estás apoyado
en la mañana
llenándome de luz,
de primavera
mi alma ascendiendo
 la vida por tus hombros
y en tus manos
temblando una estrella,
un aire estremecido de ternura
llena mi mundo interior
con tu presencia.

¡Vibrad liras sonoras del espíritu!
La infinita espera ha terminado.
¡Álzate inspiración,
 la mujer poeta canta!