Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 4 de diciembre de 2012

Un poema sin final


Frescura de vertiente


Frescura de vertiente eres tú, dueño de la flor del alba, que juega con la brisa y da el goce de la mirada en el sortilegio del sol.
Frescura de vertiente, espuma nacarada, eres semilla, flor, fruto en mi vida a la que llenas de canto y haces brotar mis palabras que vuelas raudamente hacia ti.
Yo estaba detenida en el grave concierto del otoño, escuchando como los violines y las violas agitaban un mar de hojas y tú llegaste con tu sonrisa fresca y pura, disipando las neblinas que envolvían mi espíritu.
Frescura de vertiente, abro mi alma a ti y suspiro notas musicales de vida en el manantial maravilloso de lo vivido.
Frescura de vertiente, eres mi inspiración encendida y con total armonía, del cielo me traes mieles para que nutran las dulces melodías que hacen brotar mis poemas del alma.
No sé que tienes de sortilegio y de embrujos amorosos pero me entrego por entero a ti al vuelo armonioso de Eros.
Frescura de vertiente, en el rojo silencio de tus ríos interiores, bien oculta duerme la esencia de tu ser y me llevas contigo en una fugaz luz de tus ojos a un remanso de paz donde se reflejan nuestros corazones.
Frescura de vertiente, que brotas alegre, festiva y ligera entre las rocas de mi vida, recibiendo de la brisa fresca y el sol mañanero la inspiración, númen de mis poemas.
Frescura de vertiente, eres el agua cantarina que refleja las estrellas y mi corazón llevas al nacarado cielo a un remanso de paz.
Entre los dos ha surgido una ola trascendente de comunicación interior que nos lleva suave por la acariciante frescura de la ¡esperanza!.
Frescura de vertiente, canto de pájaros, caminos de tréboles, naturaleza viva que nos lleva a respirar savia y pura la vida entre los dos.

Volver a ser feliz

 
Poder acariciarte, calmar la sed de ti, buscarte en el infinito, saciar en tu dulzura, mirarme en tus pupilas, penetrar en tu alma, perderme en tu paisaje, volver a ser feliz.
¡Amar! Volver a ser feliz, emoción maravillosa que me lleva en mi interior a una pasión desbordada, a un juego que da momentos de indescriptible regocijo y me da la felicidad de sentirme viva.
Volver a ser feliz, a tu lado siempre, mi ternura jamás cerrará su puerta y mi dulzura es y será tuya plenamente.
Volver a ser feliz, penetra en mi alma ansiosa de mirarse en tus pupilas y poder desnudar mi alma toda en ti.
Te recuerdo a la luz pura de los vitrales, en cada lugar por donde paso o cruzo.
Volver a ser feliz, que la risa franca y luminosa inunde todo mi ser y tú amor secarás las fuentes de mi llanto y harás arder con tu secreta lumbre mi alma, llevándome hacia los misterios de la blanca luna que iluminará nuestro amor,
Volver a ser feliz, no importa que te alejes por mares o el tiempo te aparte de mi lado, sé que volverás, a dar los carismas divinos de la luz y del canto.
Volver a ser feliz, todo me lleva hacia ti y tu sonrisa flota cual nube de rosas, entregadas al viento, rodeándome toda en un mar de aromas de amor y sobre el heliotropo del crepúsculo te acercarás despacio abrazándome en un solo sentir
Volver a ser feliz, que crezcan tulipanes de libre espuma en mis recuerdos futuros y te recordaré siempre bajo la esmeralda temblorosa de los parrales y el nardo de
tus manos me guiará a las cumbres rojas del lucero.
¡Sólo vale vivir volviendo a ser feliz!

Dos sendas paralelas


Dos sendas tu vida y la mía, geométrica ironía de nuestra realidad, espíritu y materia unísona ansiedad de un hondo sentimiento y cálida armonía.
Fue punto nuestro, encuentro de rectas paralelas, tus ojos me llamaron, los míos respondieron, nuestros cuerpos se vieron en un impetuoso aliento, jamás se unen las vidas paralelas pero cuando trazan geométricas figuras mi corazón se agita evocándote a ti, pues veo en nuestras vidas seguir equidistantes por el recto camino ahogando las dulzuras del idilio sublime.
Lo ha querido el destino tú y yo, dos caminantes de sendas paralelas pero siempre equidistantes.
La vida muchas veces no nos da lo que queremos o si lo hace nos lo quita pronto, quizás en otras vida, en otro tiempo Tú y ese Yo vivan su historia de amor en la misma senda.
Dos sendas paralelas, vidas que van por bálsamos de humo, no pueden regresar al origen, sus lámparas de arena no las podrán iluminar.
Son trampas que nos pone la vida, ¡el destino así lo decidió!, vivimos en un paralelismo que por más que lo soñemos y nuestra imaginación quiera unir no podemos ir en contra de lo establecido, cada paralela la formamos tú y yo.
Muchas veces algún obstáculo en el camino nos separa aún más y volvemos a la senda viviendo esta realidad que nos toca sabiendo que jamás podemos abrazarnos en esta máxima e inviolable lejanía.
Hoy somos peregrinos en sendas paralelas, los estrechos caminos de los sueños perdidos. Dos sendas paralelas que se bifurcan en la vida, nos envolvemos con versos apasionados e intensos, buscándonos por toda la eternidad.