Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 2 de diciembre de 2017

Revelación


¿Cómo será?


¿Será esto,
amor,
lo que siento?
Dímelo tú,
mi amado.

¿Será
o sólo es cuestión de tiempo?
Quererte tanto sin saber
si te quiero
¡vivir! ¡morir!
en un momento.

Como si nada más existiera,
sólo tú y yo
en este eterno
tormento de supuesta felicidad
mezclada con la soledad
que no me deja en paz.

La necesidad de no sentir tu vacío.
¿Será esto,
amor,
lo que siento?
o sólo un instante fugaz
que desaparecerá cuando caigas tú,
mi dulce amor,
en el tiempo.

¿Cómo será mi vida
sin que tú llenes mi universo
de brillantes estrellas?
estrellas que nublan mi razón
y de cometas que caen
a veces de golpe
y me devuelven a la realidad.

Pero,
¿qué es la vida
si tú no estás?

¿Será esto amor
lo que siento cuando te extraño
y estás lejos y siento
como si fuera a morir
si no te tengo?

¿Cómo será vivir sin ti?

¿Será esto,
amor,
lo que siento?
O más una tortura,
un sufrimiento,
un espejismo,
obra del destino
este sentimiento tan intenso,
a veces frágil,
incierto,
que me hace dudar
y pensar si será esto lo que siento.

¿Cómo será separarnos?
Lo distinto se alza,
nos pone en pie,
nos llama otra vez
a vencernos por las minas oscuras.

¿Cómo serán
las tempestades amantes
igual que las celestes,
desembocando en fúlgidas sorpresas,
en más luz,
en la cándida novedad de lo mismo?

¿Cómo será
cuando nuestras almas dedicadas,
ardientes,
se buscan como por un camino
que no tiene despedidas?

¿Cómo será
el verso que inunda mi espíritu
en noches solitarias,
misteriosas,
en tinieblas?

¿Cómo serán
las estrofas inspiradas por ti,
mi amado,
mi corazón se asombra
de cómo llevan todas mis ilusiones,
volando como insectos de luz
en sus canciones?

Quiero a mis poemas por ingenuos,
piensan que vuelas,
sólo porque mi frente roza
tus alas de jilguero.

Los quiero por audaces,
yo sé que en sus anhelos
hay horizontes para los mundos
y los cielos.

¿Y cómo será,
amor,
cuando no pueda volcar en mi papel,
en versos todo el amor
que por ti siento
ya que siempre tendrán
en mi laúd cantares
y en el rosal de mi cariño,
flores brillando en el fondo
de mis noches las alas de mi númen.

Poemas que viajan


Poemas que viajan,
vuelan lejos,
muy lejos,
en instantes,
apenas,
recorren el cielo cruzando vastos océanos,
llevando su mensaje de amor
a los corazones que los reciben
palpitando de emoción
en invisibles instantes de felicidad plena.

Poemas que viajan
sembrando amor ya que el mundo,
desesperadamente establece
a través del vínculo de la vida
una alianza considerada.

Cumplen su misión de amor
para lo que fueron creados:
inundar las almas de sentimientos puros
y en forma sencilla,
no extensa,
clara,
entendible para que cada uno
las interprete en su búsqueda de la paz
y del amor deseado.

Están en el aire,
el sol les da triunfales signos de libertad,
se apoyan en el agua,
sin guijarros,
sin cuestas y ya libres
se vuelcan en páginas en blanco
que los espera con ansias y alegrías
al saber que no se marcharán.

Poemas que viajan,
como tibios presagios con rumbos conocidos,
corren pero sin prisas,
disfrazados de ardores,
sin motivo a dejar su amor
inolvidable y perdurable en papeles,
a veces lisos y brillantes,
otras en trozos desmenuzados
que no se pierden nunca.

Poemas que viajan,
en tiempos de paz y de ventura,
como dulces recuerdos
que se elevan al infinito
para desvanecerse donde los esperan
con ansias los llamados de las almas
que necesitan encontrar fuerza y alegría de vida.

Poemas que viajan,
vuelan en las serenas tardes
o en las oscuras noches
y sienten el llamado
¡vengan!
los necesitamos,
los estamos esperando
con deseos de inundarnos de amor,
buscando ese sueño que sí,
¡existe!

Y van, paso a paso,
llegando por la soledad
avanzando llenos de encanto y dulzuras
y entre notas musicales caen
en los corazones abiertos que los esperan,
necesitados de palabras,
colmados de risas,
júbilo,
alegría,
amores.

Poemas que viajan,
van solos,
no son llamados sin razones,
caen como aves alegres
y juguetonas y revoloteando,
luciendo su gracia,
su ilusión florecida en aquellos lugares
escondidos donde su ambrosía
es esperada con fiestas de almas.

Paisajes que viajan,
poesía inspirada en amores presentes,
entre temas de nostalgias,
como diminutas corolas puras
que se columpian en sus leves tallos,
se inclinan cual rocíos de color.

Sueños de astros
que las luces del alba volcaron en el papel,
se funden con el todo
entre anhelos de ternura en bóvedas azules
donde las nubes,
eternas mensajeras,
tejen guirnaldas de blancos copos
para que viajen por el mundo
a tierras lejanas ofreciendo
sus versos por doquier.

Dos títeres


Dos títeres,
somos dos seres que sin rostro y sin piel
 nos amamos con total intensidad,
manejados no sé por quién.

¿Quién rige nuestras vidas?
Vaga historia,
formas turbias,
 sucesión de ademanes con cadencias.

Y en nuestros escenarios de vida,
surgen de pronto,
 veloces animaciones,
 falsos besos
a través de nuestra aparente piel
y sufrimos condenados sin remedio
 a pasiones y a ilusiones vanas.

Nuestros cuerpos se acercan,
se tocan,
se llaman pero en un instante,
 sin darnos cuenta
 se paran tan sólo frente a frente
 entre enredos de hilos multicolores
 y volvemos a la soledad,
toda desnuda sin ver en nuestro interior
la tela blanca de nuestras vestiduras,
 inmaculada,
 ajenas a las maldades
que en ella pretenden,
 unos extraños, cometer.

Dos títeres,
 que entre hilos de voz,
que se oyen en la noche,
nos acercan y nos alejan,
¿Quién,
de dónde,
por qué?
 y entre luces inciertas
 nos amamos.

Juntos,
muy juntos,
de improviso,
desapareces en un telón oscuro y misterioso,
 ¿Adónde estás?
¿Por qué te alejas?
Y yo sola quedo desmadejada
y quieta en el suelo polvoriento del teatrillo.

Por mis mejillas
resbalan lágrimas de color
y esos lagrimones tristes,
 dejan manchas en mi vestido
 de estopa y algodón
como pétalos encarnados
de mil colores diferentes.

Y mi voz que sólo tú escuchas,
te dice temblando y con frío
 “soy el dolor que por donde andas,
ando.
No clames más,
 tu corazón es mío.

Títeres,
 fantoches,
 polichinelas nos llaman,
 brindamos risas por doquier
pero en nuestro interior con voces prestadas,
chillonas,
 agudas, falsas,
sufrimos por amor,
 habitamos un cuerpo que no es nuestro
y no pueden sujetar
con trenzas o lazos nuestros corazones
que están unidos por un eterno tiempo.

¿Quién nos hizo?
¿Por qué?
 Vivimos en un hoy
 que no es nuestro
y con redoblada fuerza
sacudo el silencioso corazón
de quien nos une y desune a la vez
 y sólo hay una puerta
que ni a mis golpes responde,
es inútil cambiar,
es inútil gritar,
sólo nos queda amarnos
 en esos instantes en que por milagro,
estamos juntos,
muy juntos.

El tiempo es un río que huye
y en algún momento en un arcón de madera
 nos dejarán juntos y todo quedará atrás
en las sombras de un remoto ayer
y así podremos amarnos,
reír, vivir nuestro existir,
 mirándonos a través
de nuestros ojos de cristal policromados
 y siempre abiertos.

La eternidad será nuestra casa
que al fin hemos de habitar
y no habrá hilos ni lazos
que nos puedan separar.

Dos títeres que se aman
 y que ya no temen a la muerte ni a la vida,
 sólo les queda soñar y así todo pasa,
 sin que la transparencia del mañana
se enturbie jamás.