Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 22 de agosto de 2018

Estas en mi


Soñadora


Soñadora,
me envuelven los sueños de amor
como suave manto levísimo,
buscándote, amado,
sin saber donde encontrarte
con miles de palabras invisibles,
gritando tu nombre en el espacio infinito.

Soñadora peregrina,
sobre el balcón de mi vida,
veo obnubilarse la aurora
por cenizas de estrellas apagadas
y necesito tenerte a mi lado.

Como soñadora fiel,
bañé con luz de luna mis poemas de amor,
esculpidos para ti en papel por ríos de sueño,
por siempre.

Soñadora,
que escribe en el terciopelo de mis versos,
mi amor,
que la musa inspira cuando me encuentra
y se irá al alba entre perladas brumas del recuerdo.

Soñadora,
busco la raíz de los quebrantos
para hacerlos desaparecer,
para siempre y poder encontrar el amor cálido,
el que me espera y entregarme al goce perfecto.

Soñadora,
voy a los ayeares sin angustias desoladas,
con el anhelo de evadirme por fin,
de frustraciones y vivir soñando
en el aire llenos de memorias,
plenos de luces,
de felicidades e ilusiones de afanes de amar
y de ser amada.

Soñadora de tibios presagios sin rumbo,
que corren tras ardores de amores,
sin soledades en sus labios,
en búsqueda de tu cercanía,
presentida ya muy cerca.

Soñadora que vive buscando con los ojos,
penetrantes, avisores,
en las altas madrugadas
tus vagos rasgos imprecisos,
tu cuerpo fuerte,
tu inventada figura,
imaginando donde tú estarás.
Allí en la oscura noche
donde el silencio lo puebla todo.

Soñadora que muy despacio,
con suspiros en eco,
en lentas claridades,
encuentra tu cuerpo y vamos corriendo juntos
entre orillas que se llaman
los días más felices.

El final no empieza hoy


El final,
¿es el fin o el principio?
¿es el hoy cuando empieza?
¿o es el ayer que fue?
¿o quizás el mañana que vendrá?.

El final no empieza hoy,
termina al desandarse
el camino del amor recorrido,
pero si es verdadero y profundo
ese final no ha de llegar.

Paso a paso,
nuestras almas se unen a través de la poesía
y el amor renace cada día.

El final no empieza hoy,
al tomar mis manos
entre tus manos
nos invade la tibieza de nuestra esencia
que nos hace andar los recodos
y vericuetos que la vida nos depara
con un soplo imperceptible de amor.

El final no empieza hoy,
aunque estén contra nosotros
el aire y la soledad,
la distancia y la lejanía,
las pruebas y el tiempo,
debemos querer
y seguir queriéndonos.

El final no empieza hoy,
porque el aire está lleno
de esperanzas en vuelo
y el amor las encuentra
y las traspasa con alas temblorosas
y como saeta las dispara
sobre su alegría victoriosa
ganando el cielo.

El final no empieza hoy,
en la blancura de la nada,
nuestros corazones palpitan,
gozan,
aman y se encuentran
prolongando su florecer sin fin
por los anchos espacios
de todos los crepúsculos
en los espejos del mundo,
en el silencio,
de los azares de la vida.

Hoy estamos juntos,
somos dos separados
en la lejanía pero cerca,
muy cerca,
en el querer de los besos,
en el estar queriéndonos
que nos encontramos sin buscarnos
en el borde mismo de nuestros sueños.

En la orilla del mundo
se paran las ansias
y los gozos esperan
ya sin prisa el mirarnos recorriendo
nuestras almas.

El final no empieza hoy,
para nosotros,
sosegadamente toco lo inanimado
y nuestras almas trascienden
el mas allá
como suaves goces de nubes
con cánticos dulces de amor.

El abrazo de la Luna


El abrazo de la luna en el cielo,
ya clareando,
se dibuja finita,
la luna que ilumina
todo mi amor por ti.

Claro de luna,
me haces tuya
en las praderas vírgenes
de tu armonioso amparo.

Con tu abrazo cierro
la poesía de mis ojos,
te revelas en mis sedas blancas,
sonata de primavera,
bálsamo de fineza.

El abrazo de la luna que se refleja
en las quietas aguas del mar
con plateados brillos
llevándonos al mundo del amor.

Desde el vacío
tú y yo
flotamos en una nube mágica,
en un apretado abrazo
cobijándonos bajo las estrellas.

La luna,
amante del mar,
nos lleva con su serenidad y armonía
a amarnos más cada instante
y nos hace ver en el espejo
eterno de la felicidad
y el cielo nos cubre
con su manto regocijante
de luz amanecida.

El abrazo de la luna,
imprevisto e inesperado,
sin saber por dónde asomará
para llevarnos de improviso
al día del amor,
ilusión antiquísima,
pero lúcida y transparente
de todos los amantes.

El abrazo de la luna
tan sabio e inocente
como en un cerco de aire
nos absorbe en una red
para ser cómplices de las promesas
que nos hicimos
en inmensos momentos de afecto.

El abrazo de la luna,
nos lleva a vivir completamente
en un idilio que el tiempo no ha de olvidar,
ni ha de borrar
las huellas del amor.

La luna,
en la playa,
cubre la arena que ha de ser nuestro
lecho de pasión
y de no vanas esperanzas.

¡Cantemos alborozados
nuestro himno al amor,
con nuestros cuerpos amando
en noches de impulsos
y de secretos!.

El abrazo de la luna,
tímido y a la vez audaz,
nos lleva a conocer
los más escondidos secretos
que habitan en nuestro interior.