Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 31 de marzo de 2020

Otoño de amor


Sed de ti


Sed de ti,
de tus besos dulces
y de tus caricias aterciopeladas,
de tus abrazos abiertos y afectivos.

Cuando pienso en ti,
mi rostro recupera perfil y mirada
y mi alma encendida y liviana
vuela con lazos azules
saltando árboles
en una rápida salva de pájaros.

Sed de ti,
de tu cuerpo desnudo junto al mío
entre rumores de palabras de amor.

Y en el filo de la madrugada,
mi sed se acrecienta
con partituras distintas
que emplazan casi siempre,
renovando el diseño.
la textura,
el color de la trama de mi sed por ti,
ahora que te nombro y te reclamo.

Sed de ti,
cuando el cielo se afina,
al conjunto de un sutil cosquilleo de flautas
la última estrella remisa,
abandona su puesto de guardia,
me gusta perderme en ti,
en todo tu cuerpo,
en tus ojos,
en tus brazos,
en tus dedos entrelazados.

Sed de ti,
me gusta sentir tu sabor,
tu aroma,
tu olor a bosque umbrío,
tu mirada intensa
que me traspasa el alma.

Tu eres mi hombre,
o el espejo y tu rostro,
donde se refleja la historia,
el aledaño del amor,
sin sombras furtivas y rumorosas
que crucen como un galopa antiguo
el umbral de mi cuerpo esperándote.

Sed de ti,
grito,
clamo,
sostengo mi mirada entre fulgores de ira
por no tenerte.

Sed de ti,
mi boca te busca
con un ansia certera e increíble.

Contigo soy feliz


Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado
y en mi duermevela
busco tu alma clara
y abierta
por caminos anchos
y altos muros
para guardarlo,
escondida sólo para mí).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás,
si tú no estás ausente
te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina,
voz como en humo la llama,
en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos
que abren las alas
y vuelan levantando un tembloroso remolino
de cadencias
que nacen de mi amor por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas
que lentas pasan
al pensar en ti).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace llegar
a lo profundo en nuestras almas
quebrando surtidores delicados,
en la tierra de lluvia recién mojada
llamándonos con su húmeda voz
desde un mundo muy remoto
a otro mundo muy lejano
siempre unidos).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer las flores acaban en rimas,
versos que empezaron tallos
hasta el jardín más quedo
van floreciendo por el amor insólito
 que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me hiere tu abrazo,
se gastarán tus caricias en días
y noches blandas
y poco a poco
te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil
cuando los cristales
duplican el blanco disco de marfil de la luna,
nos unimos
y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad
y muchas veces,
misteriosas frases de amor
vuelan como visiones
que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
 tiene saber a poco,
siempre que estoy a tu lado
cada día quiero más de ti,
eres mi silencio azul
en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
a las aguas turbulentas y profundas
que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso
nos lleva en plena noche
por el campo abierto.
Los astros nos observan
con tenue empeño
y las lomas echadas de bruces
nos miran en silencio).
Juntos somos uno,
aspiramos la calma que nos une,
con perfume a trébol
mientras se alborozan todos los recuerdos
de nuestra vida juntos
y la luz nos ilumina de puntillas,
en el alba,
lanzándonos a las nubes
para amarnos siempre,
como voces.

La vida es...


La vida es,
mi existir en un sueño hecho realidad,
un himno que canto a cada instante,
una aventura en la que arriesgo
 todos mis sentimientos.

La vida es un desafío continuo
que enfrento cada día dominando penas,
luchas, tristezas, envidias;
 es un himno que canto con alegría y gozo,
es bienaventuranza que la saboreo
en cada amanecer
y en cada crepúsculo.

La vida es puro volar sin hora quieta,
es la salvación por querer salvarnos,
 es amor para disfrutar en cada segundo,
en cada instante.

La vida es una mariposa de abril
que revolotea feliz en mi jardín florecido
y ahora en mi otoño
 fugazmente miro sus colores brillantes al sol.

La vida es una gota de rocío al amanecer
que se desvanece en el cielo
al mediodía de mi existir.
Cae en lluvia al atardecer
para fundirse con el mar al anochecer.

La vida es color en la música del viento,
leve en extensión
 pero intensa de dicha y amor
en su breve tiempo
en esta reencarnación.

Mantendré con aguas descendidas
por las fieles veredas de mi pecho
el esplendor del alabastro
de mi amor sentido siempre.

La vida es cornisa y ornamento de mi cielo,
sangre del buen amor,
 amor callado,
firme hiedra de amor en mí plantada.

Estoy en mi existir soñando semidespierta
 en un sol desmayado
y en un musgo amaneciendo
y tiendo puentes con mis flechas
 bajando sombras de amor a mi tierra.

La vida es también
 dudas que ahogan
en desazón el pensamiento
 y detiene las horas de la espera
 en la ramazón elástica del viento.

A cada hora recorre
 mis sentidos sin orillas
el deseo de ser amada por ti
y un remolino adolescente de primavera
 atraviesa mi cuerpo
 y la estirpe de mis cantos se levanta
 y mi sangre convoca
la apetencia de estar
entre tus brazos acurrucada.

La vida es amor,
 ¡bendita sea!,
con felicidad e infelicidad,
es un camino a seguir
con momentos gratos e ingratos
y un destino a cumplir.

Si se aquieta la sangre
o ya niveles desborda
consumiéndose en fuego toda mi piel,
 están prontas mis manos a mi ruego
 pidiéndote que vengas a mí,
 ya que eres tú el solar de mi vivir coronando
 los vientos serenados hacia el río
 donde bogan los besos no dados de tu sol
 y mis cánticos unánimes
le dan brillo a mis bienes ya logrados
para que el aire en su vuelo
 te traiga hacia mí.