Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 4 de diciembre de 2015

Caminemos


Cuántas veces...


Cuántas veces
el amor habrá golpeado
las puertas en mi vida.
Cuántas otras
las abrí de par en par,
lo invité a pasar
y ni siquiera volteó a ver
que yo estaba ahí
esperando su llegada.

Cuántas veces
entró sin previa invitación
y se marchó sin dar explicación.

¡Cuántas veces!
¡Cuántas!
¿Quién es el amor?
¿Acaso un forastero
que va de puerto en puerto?

No se presenta,
no da su nombre
llega y se va
sin que nadie lo detenga.

Cuántas veces e visto sus ojos
y me ha confesado que es el amor.
¡Cuántas veces!
No lo sé.

Cuántas veces
ha escrito en las páginas
en blanco de mi alma
y cuantas más páginas
se han borrado
y el corazón ha llorado
y derramado lágrimas
que se han volcado
inundándolo de dolor.

Cuántas veces
ráfagas transparentes
paralizaron mis sentidos
y atrapada en sus latidos
muero poco a poco,
queriendo vivir.

Cuántas veces
sus rayos de amor de doble filo
atravesaron la brisa nocturna
hundiendo su daga ardiente
sobre mi lánguido suspiro yacente.

¡Cuántas veces!
¡Cuántas!,
sus arrebatados vértigos
arrancaron hasta el cuajo
los nidos suaves de mi pecho
dejando inertes mis raíces
y vanas todas mis esperanzas.

Cuántas veces
soñé contigo amor desconocido,
te ame sin verte
y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada,
sin mirarte,
eras sólo el aroma
de todo lo que amo.

Cuántas veces he pensado,
he soñado,
he sentido estar junto
al amor por siempre
¡Cuántas veces!

A través de mi ventana


Cae el agua
a través de mi ventana
 y se desliza suavemente por el vidrio.
 Quieta e inmóvil estoy…
esperándote,
amor de mi destino.

La húmeda neblina
 borra toda la gala matutina
 ni un árbol,
 ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que entristece y no ilumina,
 la luz de mi alma eres tú,
eres mi amor crepuscular,
que renace más profundamente
 al escuchar las gotas de lluvia
repiquetear en el techo
de nuestro nido de amor.

A través de mi ventana,
 el jardín con suspiradas glorietas
 me hace soñar contigo
y tu postergada visita.
Cae el agua lentamente
en esta mañana gris,
tu ausencia siento a cada instante
 y mis lágrimas corren por mis mejillas
 queriendo jugar como las hadas.

A través de mi ventana
 pura y cristalina
el agua repiquetea
como el amor que mi corazón
 por ti derrama…
 he de esperarte
¿vendrás mañana?

Agua que limpias
 mis tristezas y calmas
mis horas largas,
él es mi amor imposible…
que mi sensible corazón,
sólo ama…

A través de mi ventana
 observo el recuerdo que pasa
y aún a pesar del tiempo
 no ha podido borrarte
 de mi pensamiento.

A través de mi ventana
 escuchando las gotas de lluvia,
observo como la tristeza me embarga
y como las eternas noches
 no han podido olvidar
lo que has dejado marcado
en lo más profundo de mis sentimientos.

A través de mi ventana,
veo como mis añoranzas pasan,
mis gritos acallan,
mi soledad se aplaca.
Sin embargo,
me rehúso a entender
que a pesar de este letargo
 de triste agonía,
algún día,
 otro amor vendrá a mi vida.

Sola estoy ahora,
reencontrándome con el dulce sentimiento
más íntimo de mi ser,
conmigo misma.

A través de mi ventana,
 aquí y ahora tantas luchas he pasado,
 tantos afanes en vela,
tantos bordes de fracaso,
 pero ya no son nada,
 junto a este esplendor de la lluvia,
se olvidaron,
 es un final asombrado.
Ahora me alumbran
 las claridades de la esperanza,
en transparencias del nuevo amor
esperado como un sencillo gran milagro.

A través de mi ventana
 y ya en claridad diáfana
vienen buscándome las luces
 de las palabras,
los poemas no escritos,
las prosas vestidas de color
entre ondas sucesivas,
entre luces en formas turbias,
el amor en sílabas
 deslumbrantes se anuncia,
viene en secreto,
despacio pero seguro.

A través de mi ventana
mi vida pasa entre sueños,
entre alfabetos y palabras.
¡Soñando vivo amando!

Mil historias


Contaré mil historias vacías
cuando te bese en contra del Universo
y perderé mi habla a lo largo del día
a cambio de una melodía con mis versos.

Mil historias de insólitos
cortejos de palabras
en los momentos perfectos
del vivir que liberan
y fascinan nuestros nombres
en noches de luna y estrellas.

Mil historias
que dejamos en el pasado,
perdiendo algunas,
casi todas,
en el olvido.

Así que contaré mil historias vacías
pero te tendré en lo hondo
de mi ser porque tú,
amado mío
vas en torno a lo que escribo,
eres mi inspiración,
eres mi todo.

Y por que tú,
mi luz de cada día,
llenas con devociones infinitas
todo lo que escribo,
mis frases,
mis palabras,
sobre vastos contornos a la deriva
de toda mi existencia.

Nueva forma,
misma historia,
mil historias,
llegó el momento de escribir
llena de pasión
y conocimientos ocultos en mi mente,
en mi alma y en mi corazón.

Llegó el momento
de desvanecer mis sentidos
en un cuento sin final,
en una historia que mi vida cambiará,
que la vida de todos cambiará.

Mil historias de amor
llenas de pasión y de ilusión
con mensajes
con ansias de vivir a pleno.

Mil historias que nos hacen
desaparecer y entregar
mis sentimientos a estos momentos,
que con su manto de colores,
rencores y dolores,
los han escondido.

Llegó el momento
de hablar con el corazón y de escribir
sintiéndome poeta en momentos
breves y de paz.

Mil historias que calaron
en ondas sucesivas cruzando
concéntricas tinieblas,
forjando mis días,
mis años,
en formas turbias en sucesión
de vivires en escenarios
de falsas pasiones y tedios infinitos.

Mil historias que desaparecen
por fin en la nada y vuelve la soledad,
toda desnuda,
inmaculada,
ajena a las maldades,
blanca,
muy blanca,
sin quejas ni llantos,
¿adónde se han ido?
No lo sé,
sí comprendo que se entrecruzaron,
se enredaron,
se deshilacharon en pedacitos de vida,
de minutos,
de segundos,
de un palpitar del ayer
que me trajo hasta el hoy.

Mil historias en las que voces en tropel
repican en mi mente
y parecen que vienen de otro lado,
de un dónde sin encuentros
de quienes las forjaron
entre giros de hilos de encaje,
entre nubes de sílabas,
frases,
palabras que marcan
el rumbo de un nuevo existir.