Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 9 de julio de 2016

Arrójate


Suspicacia


Suspicacia,
dudando con pena y dolor
ya no creo más en tu amor.

Mi reticencia me aturde.
Presiento lo que no quiero
y me atormento.

Me pierdo en el desespero
y tiemblo.

Nadie ve lo que yo veo
y la paranoia comienza a ser
mi estado natural.

Suspicacia,
que con delicadeza inunda
todos mis sentimientos.

Te busco y no estás,
te beso y no me sientes,
me miras y no me ves.

Mi suspicacia me agobia,
¿Cuándo empezó todo esto?
Puedo tocarte,
pero sé que no estás aquí.

Reticencia del amor
que hace que mis poemas
vayan manando en silencio
por las venas del tiempo.

¿Quién los bebe?
De pronto, alguien,
la sed,
¡Qué agua fresca,
sin recelos ni sospechas!

Suspicacia,
con intensa susceptibilidad,
lloro y me apeno,
el llanto como un mundo transparente
me lleva a la invisibilidad,
al otro mundo donde fui
sumamente feliz,
pero todo tiene un principio y un fin.

Para qué quiero quererte
si me dueles tanto,
si el dolor de tu amor
me ocupa todas las médulas.

Tantas palabras de tu amor andan en mi sangre
llamándome,
como si yo pudiera llegar
hasta tu sueño,
como pidiendo auxilio a mi corazón,
a mi corazón que se ha extraviado
en su propio sueño de querer quererte.

Suspicacia,
con pena y dolor,
te extraño,
eres para mí una duda eterna.

Quisiera morderte gajo a gajo,
como una dulce naranja,
besarte sin descanso,
hasta que la misma luna que nos mira
sude y sude.

Quisiera arrastrarte conmigo
hasta el fondo de mi corazón desnudo,
con verdad profunda
donde yace hace días tu amor,
como rehén prisionero de mi propio sueño.

Suspicacia,
triste está mi alma.

Escribo versos para tu corazón.

El aire guarda un sueño de tí,
hay unos ojos fijos
y una mirada húmeda esperando.

Espero,
hora a hora
se acerca tu regreso,
¿Será verdad?
¿O sólo mi imaginación galopante?
Pero mientras llegas sigo
escribiendo versos tristes
para tu corazón.

El tiempo sin tí
ha sido un río sin memoria,
una infinita ausencia discurriendo.

Desconfianza,
susceptibilidad de no encontrarte
y sufrir pisando el sueño
del mundo irreal.

Quiero acallar tu voz


Quiero acallar tu voz
en mi alma
y no quiero perder
ni una sílaba de tus frases de amor,
que aunque sea sólo una fantasía,
lo siento real.

¡Cómo suena en mi alma la idea,
que nunca será verdadera,
de una noche completa en tus brazos,
diluyéndome toda en caricias,
mientras tú me las das,
extasiado!

Quiero acallar tu voz
en mí.

Te has ido para siempre de mi lado
y sueño en las horas,
tendida en tus brazos,
sin más luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquel de tu pecho
¿Qué sucedió?
¿Por qué nos separamos?

Yo sigo amándote
y siento mi amor floreciendo
en la mística voz de tu canto,
notas tristes y hondas
que unen mi dolor por no tenerte.

Quiero acallar tu voz,
mi senda de amor vacía
es una tragedia del alma.

Hay un aire muy suave
 en cada estrella,
removiéndome el polvo de los años.

Hasta mi cara en vuelo,
las cortinas del mar se treparon
y mis ojos se unieron a los ojos
de todas las pupilas del espacio.

Quiero acallar tu voz
anudando emociones
y una larga ilusión se va rodando
y hace inclinar la sombra de mi mente,
sin el rayo de luz de tu regazo.

Como corola al viento
mi desilusión y mi pena
abrióse paso al cosmos
quedando en el pétalo
de una rosa solitaria y triste.

Despedida en silencio,
me solté a la pureza
 de un amor sin ropajes,
que cargaba mi vida
de lo irreal a lo humano
y hube verme toda
en un grito de lágrimas,
en un recuerdo añorado
de tus besos suaves y de tus abrazos íntimos.

¡Yo sentí la Vida amándote!

He de volver conmigo misma
a buscar lo perdido,
en un profundo batir de inquietas fuentes,
en inmenso río, blanco,
corriendo hacia el desierto
con esperanzas nuevas.

Un Nuevo Amanecer


Un nuevo amanecer
para el amor.
Quererte
como las amapolas al viento,
quererte
en un compás de espera incierto,
como letras de poesías
 nacidas desde mi alma.

Existe un nuevo amanecer
donde no hay lugar
para el dolor ni la mentira,
donde la armonía
se estremece con mi sentir,
donde cada momento
es una caricia.

Acércate
en este nuevo amanecer
y sentirás la paz en mi alma,
se ha iluminado mi día
con una nueva ilusión,
con mi corazón dispuesto
y libre
de temores
para volver a amar.

Mi vida
con una agitación creciente,
un festivo clamoreo de relumbres,
de fulgores,
proclama
que está queriendo otra vez,
no era aquella paz
 la última
y estoy alegremente vibrando
ante una nueva pasión,
 más perfecta,
más verdadera,
más plena.

Un nuevo amanecer
está inundando mi vida,
con colores sin fin,
con claridades repiqueteantes,
arrebatadoras,
encendidas.

El amor
es el amanecer
en la libertad del ser.
Cuando los ojos del amor
atraviesan la luna,
 los ojos de los sueños
 alcanzan el horizonte
en un nuevo amanecer
y en mi regazo algo nuevo,
más pensado,
más hermoso,
se proyecta
 hasta lo hondo de mi alma.

Un nuevo amanecer,
 ¡qué delicia tocar la hierba fresca
 en un bello amanecer otoñal!
y hasta detrás de la luz,
veladamente
secretos aguardan
por si los quiero
escuadrones de luceros.

La luz del amanecer
abre la ventana de mis sueños
y mi poesía canta alegre,
 baila con frenesí
 y con sus ágiles
y armoniosos pasos
que adentran dentro de mí
para despacito,
sin apuro,
legar a las hojas vírgenes
 que las esperaban ansiosas
para dibujarlas
con arabescos
como centellas.

La luz del amanecer nuevo
 espera al amor verdadero,
al sentido
desde lo hondo
¡qué bella sensación
riendo las dos luces unidas!.

Abro los ojos
en este nuevo amanecer
y contemplo junto a ti,
tiernamente abrazados
y unidos
el nuevo Sol
de un nuevo nacer.

Te miro,
te pienso,
te amo
y al abrir los ojos
sonrío
 a mi despertar,
 cual rocío
despierta con la sutil mirada del sol.

¡Qué gozo intenso
y resplandeciente
es este nuevo amanecer
 a tu lado!.
El amor,
igual,
igual,
 de tanto ardor
se va en sosiego.