Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 22 de octubre de 2016

La voz del alma


Por un solo beso tuyo


Besos húmedos
¡oh!
Sorpresa sin darme cuenta
me besaste por vez primera,
mi cuerpo vibró y mi mente se nubló,
entró en mi corazón,
llegó el amor.

Ese primer beso de mi mayor anhelo,
un beso grande, un beso inmenso,
un beso cálido,
húmedo y tierno.

Por un beso tuyo…
caminaría en el desierto,
inundaría los cerros,
cruzaría el mar en corcel de plata.

Te entregaría mi calma.

Araría en el desierto
 para sembrar en tu alma
la semilla de tu estirpe,
que vería crecer con ansia.

Por un solo beso tuyo…
arriesgaría mi historia,
vendería mi alma
y contemplaría la gloria.

Por un solo beso tuyo,
regresaría mi historia
desde donde siempre te he buscado
y desde siempre te he esperado,
y ahora que te he hallado
apretaré con denuedo
tan sublimes recuerdos.

Pues la flor que he cultivado
llena ahora con su perfume
el jardín que he tanto cuidado.

No alcanzas a imaginarte
lo que es capaz tu embeleso.

A mi arte entregaría
sólo por saberte mío.

Por un beso tuyo
daría mi vida entera,
despreciaría todo el oro del mundo
y lo cambiaría por un beso tuyo.

Con un beso de tus labios
encontraría la cura de mis males
con el toque de tus manos
acabarían todos mis pesares.

Primer beso de amantes insipientes,
¡Júbilo! ¡Felicidad!
¿Podrán los labios repetirlo?

Por un beso tuyo
yo no sé qué daría,
si la luz del cielo
o un diamante entero.

Por una caricia tiraría al viento
al mejor te quiero
despertando el tiempo.

Por un beso tuyo yo no sé qué diera,
si mi alma entera
o mi corazón enamorado.

Gritaría al mundo,
llena de alegría,
el amor que siento por tener tu cuerpo,
por probar tus besos y
tu dulce aliento.

Por un beso tuyo bajaría el sol,
la luna plateada,
mil palomas blancas,
yo no sé qué diera
loca de contenta
si mi alma entera
colmara mi corazón sin frenos.

Besos de tu boca,
caricias te daría,
abrazos que demostrarían
mil veces mi alegría.

La sinfonía de mi pensamiento,
a veces te diría
 las letras de un te quiero
porque a veces por ti vivo
y a veces por ti muero.

Espejuelos del amor


Espejuelos del amor
nos miramos sin vernos
nos amamos a través
de la nada del espejo.

Te amo como aman los poetas,
con palabras dulces,
con caricias prohibidas,
con metáforas inventadas
de un corazón que ama
con lágrimas derramadas a través de espejuelos
guarnecidos de oro y plata
donde solo nosotros sabemos que existen.

Escribo porque nací escribiendo sin saberlo,
porque me sale del alma
y cada verso es mi vida
reflejada en nuestros espejuelos
ya que mi vida es la palabra.

Sin mis poemas estoy muerta,
sin mis versos no soy nada,
soy como una sombra perdida
que por el silencio vaga.

Espejuelos del amor
escribo lo que me dicta el corazón
y mi alma expresa lo que tú sientes
sin melodías vibrantes y altisonantes.

Espero pacientemente
que penetres en mi ambiente
con tu mirada independiente
la cual se grava en mi corazón.

Espejuelos del amor
en los que mi deseo
es estar sin tocarnos ni vernos
en un continuo sentir queriendo
volar a tu cama,
arroparte con mis brazos,
queriendo darte mi todo,
arrullarte en mi canción,
alimentando con mis besos
imaginarios a través de los espejuelos,
El hambre de tu pasión.

A través de los espejuelos,
los besos y el pecho se conquistan,
en afanosas lides entre gozos,
parecidos a juegos,
días,
tierras,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción
que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.

Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.

Ni en el llegar ni en hallazgo,
tiene el amor su cima,
es en la resistencia a separarnos
en donde se le siente desnudo,
altísimo,
temblando entre los espejos de jade.

Murmullos en la noche


Murmullos en la noche,
colmada de cálidas palabras
encendiendo velas donde el viento
sacude negra soledad.

Ayer en la noche,
entre los silbidos del viento
acaricié el pétalo de tu sombra.
¡Qué extraño fue!

Murmullos en la noche,
los dos quietos,
abrazados en un solo cuerpo,
sentimos en oleadas
de viento y agua
que la esperanza viene a nosotros.

Murmullos en la noche,
somos dos,
sólo dos,
con miedo a ser uno.

Miedo a amar y a dejarse amar
miedo a pasión desbocada,
 miedos a besos furtivos y deseados,
miedo a vivir entrelazados
bajo las ramas confundidas y anhelantes
de los ligustros.
Miedo de ser naturaleza,
viva,
en la naturaleza.

Murmullos en la noche,
delirios alucinantes
de saborear la paz
serena de tu amor
y cada mañana tu aliento
de cigarra anida
mis ojos abiertos
en la penumbra quieta.

Murmullos en la noche,
que mi alma juglaresca escucha
como fondo apabullado,
son murmullos que
como arrullos de horas muertas
nos nombran,
para unirnos con mil ojos
confundidos de caricias
en un viento indiferente
que juguetea con nuestros cuerpos
plenos de amor.

Murmullos en la noche,
quiero que tú
 con tus palabras y gemidos de amor
aturdas todos mis sentidos.

Comúlgate conmigo,
apagan los murmullos que deliran
desboca los temores indefensos
y sólo
¡ámame!
y será, entonces, el mundo nuestro.

¡Ámame!
Seré la sal de tu camino
y el verde de tu sombra acogedora,
seré tu cuerpo de perfumes
y aromas dulces,
brazos de estatuas,
esculpidas por la pasión fresca
de mis formas tuyas.