Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Sed de lo inefable




Sed de lo inefable, de lo sublime, del amor único y verdadero, el que nos conmueve el alma, del afán y anhelo de estar contigo, junto a ti.
Sed de sentir tus besos en mis labios, con el dulzor de una caricia, de un frescor de agua límpida y pura.
Sed de lo inefable, de lo indecible, de lo impronunciable, sed de secretos compartidos, de abrazos íntimos, apretados, de diálogos tiernos, como de estrellas que vienen de otra vida.
Sed de lo inefable, de lo inenarrable, sin poemas de amor, ya que cuando te marchas solamente quedan sombras que dejaste, de palabras invisibles, sin labios, escritas en papeles.
Sed de amor, del que me vela con un tul de luna y me transforma en un cisne que soñando vuela, contigo muy lejos para vagar por los caminos de luces y de sombras, de estelas estrelladas.
Sed del sueño mío, de estar en los brazos aquellos a quienes entrego mi alma.
Sed de lo inefable, de buscar donde saciar mi ansia de sentirme amada, sin dudas del mundo y de tu amor como milagro insólito e inesperado que colma ansias y deseos ocultos como prodigios perdidos de siempre y encontrados al fin.
Sed de ti, de tu piel, de tu mirada, de las auroras compartidas en un gran mundo de luces, sin oscuridades y miedos.
Sed de lo inefable, de lo perfecto, del lugar al que tú me llevas desde el vasto azul sobre la tierra donde a mi alma virgen perfumas y viertes en ella luces, flores y un aroma vago que la inunda de amor.
Sed de lo inefable, de la placidez, de la pureza, de la tierna espera, solamente de ti, porque se que me voy contigo al mundo nuestro, pleno de signos y de señales para que no nos perdamos nunca más.