Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


sábado, 25 de junio de 2016

Quizás


Tormenta de Amor


Tormenta de amor,
llega una noche sin astros
 y entre las sombras la lluvia avanza,
rodeada de misteriosos nubarrones.
De pronto,
 el viento silba más agudo
y todo se llena de visiones misteriosas.

Tú y yo,
 estamos viviendo una tormenta de amor
y yo busco un salvador escudo
que me permita acurrucarme en tus brazos.

Ya los truenos errantes
retumban con salvajes estampidos,
en tropel se suceden los relámpagos
a cuyo parpadeo te busco y te abrazo
y así me siento protegida, amparada,
contemplando a hurtadillas
el elástico jadeo de fiera de las nubes
que nos rondan como buscándonos.

Tormenta de amor,
nos protegemos en nuestro nido cálido,
la tormenta arrecia,
chocan los truenos entre sí
y estallan y nos amamos con gozo
y placer unido por besos húmedos,
profundos y apasionados.

Hay minutos de horror en que parece
 que el firmamento cruje,
se desquicia
y en bloques gigantescos se desploma
pero nosotros en nuestra barrera de amor
nos protegemos amándonos intensamente.

Tormenta de amor,
la tempestad en sus furores crece,
es más viva la lumbre del relámpago
y es el tronar más bronco
y más nutrido
pero no sentimos temores ni dudas,
nuestro amor es más fuerte que la tormenta.
Tormenta de amor
que con su rugir hace que las campanas
repiquen por todo el horizonte conmovidas
y en sus voces publican la dicha,
el placer, el gozo que inundan nuestros cuerpos y almas.

Cuando se apaga la lumbre de un relámpago,
se puebla la noche de una sombra tan oscura
que se pega a nuestros ojos la tiniebla
y nuestras manos, nuestros brazos,
se buscan y se acarician.
Una onda de fuego arde en mi espíritu,
 es el amor que por ti siento.

Mi corazón se agita,
 siente la tormenta de amor
en sus espacios ocultos
 llenando los espacios infinitos de mi alma sedienta de ti.
Tormenta de amor,
se desata la lluvia,
bajo el soplo de un viento huracanado
que sacude los árboles,
 diluvia y sordamente crujen bajo el agua
los truenos y los vientos,
nos cobijamos bajo nuestro manto,
 cálido de amor,
temblorosos y apasionados.

De nuevo el rayo
 entre las nubes vibra,
su fiera luz,
los truenos corren de nuevo
y en tumulto braman y tú y yo ocultos
en nuestro nido celebramos el amor
que reina en nuestros corazones.
¡Por fin, desde la altura,
 de un cielo profundo,
 las estrellas con compasión y ternura,
dejan caer sus luces sobre el mundo!
Tormenta de amor,
 ¡qué felicidad inolvidable
vivimos tú y yo, juntos, muy juntos!

Preguntas sin respuestas


A la noche
empiezan a encenderse
desde recónditos lugares,
las preguntas.
Las hay distantes,
quietas,
inmensas,
misteriosas,
distraídas,
como astros que preguntan
desde allá siempre lo mismo:
¿cómo eres?.

Otras, fugaces,
diáfanas,
menudas,
querían saber
cosas leves de ti y exactas:
nombres,
lugares,
esquinas,
viajes donde juntos estaríamos.

Tú no las puedes ver,
pero tienes el sueño cercado,
todo él por interrogaciones mías.
Preguntas sin respuestas,
tú, dormido o semidormido,
alguna vez soñando,
dirás que sí, que no,
respuestas sin tino,
al azar y de milagro
a preguntas que no entiendes,
ignoras la mayoría,
que no ves, que no sabes.

Porque ignoras todo en tu dormir,
absoluto y profundo
y cuando te despiertas,
ellas se esconden,
ya invisibles, misteriosas,
escabulléndose en mi mundo,
se apagan.

Preguntas sin respuestas,
seguirás viviendo alegre
sin saber que en media vida tuya,
la del sueño,
estás siempre cercado
de ansiedades,
de afanes,
de anhelos,
sin cesar,
preguntándose eso que tú ves
y no puedes contestar.

Preguntas sin respuestas,
y mientras te duermes a mi lado,
¡qué paseo de noche
con tu ausencia a mi lado!
Me acompaña el sentir
que no vienes conmigo,
estoy sola,
cavilando qué otras preguntas
pueden surgir de mi mente,
atiborrada de dudas,
temores,
ansiedades.
Los espejos,
el agua,
el viento,
se creen que voy sola,
se lo creen los ojos de la luna,
sirenas de los cielos,
aún titilando estrellas.

Tú, antes de dormirte me dijiste:
!No te vayas!
Fueron tus tres palabras últimas.
Yo sigo aquí a tu lado,
estrechada a ti,
dentro de ti,
hablando contigo.

Otras voces
me contestan sin cesar,
son espectros,
sombras,
fantasmas,
sueños,
amores de otras veces,
compadecidos de mí,
quieren estar conmigo,
van a darme sus manos
pero no se dan cuenta que yo llevo,
estrellada,
cálida,
tierna,
viva,
la forma de una mano amada
palpitando en la mía.

Y entonces me dejan sola
con el beso
que en mis comisuras
tú dejaste antes de dormir.

Sorpresa inesperada


Sorpresa inesperada,
¿qué viene por el sendero blanco
como papeles de rocío,
revoloteando el aire hacia mi?
Buscan mi nombre,
hurgan entre miles de huecos
de arcones con cerrojos
y llaves entreveradas en un ovillo metálico
que es imposible desatar.

Sorpresa inesperada,
como en un combate
con carcaj en nubes urdidas,
sueño que despierto
entre murmullos desnudos
donde la luz en mis pupilas congrega
la sangre en los sentidos y una tibia memoria
sin contornos descubre lo que esperaba ansiosa.

Sorpresa inesperada,
se mueve la distancia hacia ella
como alas batientes detrás de mi alma,
inútil que te busque y te persiga,
vendrás por el aire burilada
por el talón de arcángeles invictos.

Sorpresa inesperada,
mi corazón tiembla,
la duda me inunda,
¿es que acaso llegará a mí,
a pesar de todas las murallas que me envuelven
y me aprisionan en castillos de cristal?

Un miedo tibio padece lentamente mi alma
pero la esperanza lo cubre con mantos verdes
haciendo que el aire húmedo
me lleve a cielos de alamedas de cristal,
esperando en paz y sosiego.

Sorpresa inesperada,
se acerca despacio,
sin prisa,
sobornando las dudas que me acechan
que me quitan el hechizo de mis sueños.

¿Será verdad que me encuentra lo que más espero?
Mis manos se agitan,
angustiándose en el aire
en un largo alumbrar del movimiento.

Cae el pulso agitado de la sangre
sobre el plato sonoro del silencio,
quema la llama hirsuta de mi frente,
un ave de marfil en primer vuelo.

Sorpresa inesperada,
¿Vendrás a mí?
¿Me encontrarás en el instante preciso
en el que más te necesito?
Crece en mí,
una hiedra pálida de dudas,
ahogando en desazón el pensamiento
y deteniendo las horas de la espera
la ramazón elástica del viento.

¿Cuál es la sorpresa inesperada?
La que agita mi alma,
la que levanta la estirpe de mis cantos
y mi sangre convoca con apetencia
haciendo brotar de mi interior
las palabras con sonidos,
las frases de amor,
la que despiertan mis sentimientos más íntimos,
los secretos guardados con celo y artimañas
para que nadie los encuentre en el nunca jamás.

Sorpresa inesperada,
te reclamo,
te nombro para que me halles
y me sumerjas fija en este mundo
entre alegrías y cantos,
hacia mi interior donde el deseo reverdece.

Queda la incógnita,
lo no sabido,
lo imposible de anunciar,
el misterio no develado,
el ruego no escuchado,
la quietud inmóvil,
la soledad sin amor.

Sorpresa inesperada,
eres el solar de mi vida,
el deseo consumado aún sin serlo,
coronas los vientos serenados de mi vida
y haces surgir los cánticos unánimes
de mi frágil existencia.

Ya se acerca,
notas suben en números concordes,
el mañana me espera y con sones de oro
te proclamo dueña y señora del existir
en esta vida donde la sorpresa inesperada
nos conduce a dichas sin sonrojos
corriendo por la cifra de mi nombre
hacia el cuenco sellado de mi vida.