Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 29 de noviembre de 2016

Luna


Espero y desespero


Espero.
En las noches silenciosas y oscuras,
 pienso en ti que te has ido a hurtadillas
entre secreteos malsanos y tristes
 a otros amores que te buscaban sin cesar.
Me olvidaste,
yo no te olvidé,
recuerdo cada instante de nuestro estar juntos,
amándonos con tal intensidad
que el día se volvía de noche y la noche día.

Desespero.
Sí,
 desespero por no haberte podido decirte
 ¡adiós!,
todo sucedió en silencios prolongados y dolorosos,
 sin una palabra aún fingida de falsos sentimientos,
dejándome adolorida y triste,
 mi corazón sangrante y las estrellas fugaces lo traspasaban
 llevándome a ese mar interminable de lágrimas tristes.

Espero.
Siempre te llevaré dentro de mí,
 recordaré los dolores y las alegrías
 mientras el mundo se me hace nada,
 te busco en mis recuerdos mientras te amo en mi soledad
y acuno las canciones
 que me cantabas despacito haciéndome sentir amada.

Desespero.
Y sueño que todas las noches vienes a poseerme
 y te pido que me digas donde acaba el hilo negro
y donde empieza el blanco
y para olvidarte aprieto los dos hilos con las manos
 en espera de que el negro se vuelva blanco
 y tú desaparezcas de mi vida
y poder reponerme de este dolor sofocante que me asfixia
y no me permite amar otra vez
sanado mis heridas aún sangrantes.

Espero.
Mientras espero nuevas ilusiones,
esperanzas,
amores nuevos,
escribo versos,
poesías,
prosas que desgarran mi alma,
 en intentos imprecisos,
 versos que simulan estrofas,
como el primer verso que tú inspiraste,
pero sin ti,
 mi numen vaga por altos horizontes
 porque tú eres la poesía que se perdió.

Desesperó.
Amor,
entre la magia y el misterio de la vida,
vuelo hacia ese pasado del cual ya estamos alejados,
deseo parar el tiempo,
me fundo con la oscuridad y no la veo,
 te imagino conmigo buscándome.

Espero.
Ya no con anhelos e ilusiones que vuelvas a mí,
 sólo espero con infinita paciencia
 que poco a poco te olvide,
te vayas de mí y así poder amar otra vez
con calidez de alma pura
y podré mirar el cielo llevando dentro de mí el silencio del mar,
el fragor de la tierra, la música del aire.

Mi pensamiento me llevará lejos,
 hacia litorales desconocidos, horizontes iluminados.
Percibiré el leve crujido de la naturaleza que me rodea,
 amaré y buscaré la paz
 como única esperanza y fuerza en mi vida
y te encontraré a ti,
la estrella que brillaba en el cielo para mí,
 la que yo no veía pese a que la noche era clara
y traía la luz a mi alma con un amor verdadero y único.

Mi corazón te llama


Mi corazón te llama,
escúchalo palpitar sólo en pensar en ti.
Tristeza es que mi corazón
te llama a gritos y tú no estás aquí
para compartir su soledad.

No te escribo poesías,
te entrego poemas de amor,
no te oculto que te amo,
te lo digo en silencio con mi corazón
clamando por tu presencia a mi lado.

En el remanso de agua mansa
estoy contigo bajo la verde cabellera
de un sauce que se mueve a ratos.

Al río la imagen del cielo
viste su hermoso terciopelo,
en el centro fulgura
el agua con cristales de fraguas.

Mi corazón te llama,
respiran gozos mis anhelos,
cantos en la lira y en el alma vuelos,
sólo en pensar que estarás a mi lado
susurrándome palabras de amor.

¿Qué bien a tu bien se puede igualar?
Clamo por ti,
vibro tan sólo en pensar en ti.
En la amable brisa que besa mi frente,
oigo tu sonrisa fugaz y clemente.

Mi corazón te llama,
porque en ti todo es suave,
la luz del rocío,
el cantar del ave,
el reír del río.

El cielo tan azul que amas tú
en nuestro fragante edén
nos espera siempre.

Mi corazón te llama
al despertar la aurora
su mirada de alegre claridad,
de los campos brota un perfume de paz
y mi cuerpo ansía estar entre tus brazos,
sintiendo tus dulces caricias
sobre mi piel ansiosa
y deseosa de ellas.

Un alegre cantar de frescas notas
van despertando el campo
en la mañana de mi alma,
surgen palabras de amor
con inocente ritmo.
Mi corazón te llama,
clama por ti con desesperación,
late con cadencia inspirada
es un millar de notas que me subyugan
y un millón de arpegios que me elevan hacia ti
cuando al brillar la aurora
todo el paisaje canta.

En fantásticos pentagramas,
plenos de dicha y luz te espero
en nuestro lecho de amor.

Mi corazón te llama
y como ardiente orquesta palpita,
late,
en un alado idioma sin palabras
surgiendo estrofas en torrentes
que en sones se precipitan.

Redoblan los vibrantes tambores
en mi pecho con tan sólo pensar en ti,
son orquestas con música de mares
y como estruendosas cataratas
de alegres notas van a la lira
que los espera ansiosa.
Mi corazón te llama,
con amoroso sentimiento,
como cuando los pájaros cantan en coro
y el río ajusta a la sonata
las liras de cristal sonoro
que tañen las ondas de plata.

Contigo a mi lado amado amante,
vuelan los ritmos
entre aromas de amor y los poemas,
las prosas,
interpretan raudos y veloces
todo lo que por ti siente y arde mi alma
de poeta todo el trémulo esplendor
de estar junto a ti.

Déjame a solas


Déjame a solas
con mi alma triste y taciturna,
buscando en mi interior
la paz y el amor dormido.

Déjame llorar la pena de no verte,
exhalar un suspiro de amargura,
refugiarme en los brazos de la muerte
para no sufrir ya tanta tortura.

Déjame a solas
para acariciar sólo el recuerdo
de los besos que me dabas con pasión,
déjame para ver
si es que me pierdo
en un profundo mar
de oscuras aguas.

Déjame recordar
que una mañana me brindaste
 el rosal de tu ternura
y que bebimos del azul fontana
la excelencia del sol y de la luna.

Déjame enloquecer,
pues eso quiero,
hundirme en el rincón del desconsuelo.

Déjame navegar como velero
que no tiene timón ni timonero.

Déjame a solas
en un desierto,
acompañada tan sólo de mi pena,
para pensar que vives
y que no has muerto,
porque no mueren las personas buenas.

Déjame trasladar a otros lugares,
quiero tomar la senda que cogiste
para ver si te encuentro en otros lares,
y me quieres como antes me quisiste.

Déjame a solas,
más breve flota la esencia de la carne,
más breve el viento devorando el llanto,
nada se agolpa y todo es un rastro
nada es inédito dentro del aire.

Tú debes saber
que mi edad invisible rueda triste,
emergen los recuerdos
de nuestras noches de amor
como el aire que respiro.

Entonces te diré,
como flor sangrando desde mi hoja,
venciendo el papel que voy llenando
Poesía es Soledad,
solamente una palabra contra el mundo.

Déjame a solas
para pensar eternamente en ti,
mi amado ausente,
decir que el vacío sopla la razón
aquí en los huesos donde existo
no habría nada que el alma despierte,
solo tú lo podrías hacer,
solo tú, el amor que hace que las palabras ardan.