Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 8 de junio de 2013

Tal vez


Néctares y efluvios

Néctares y efluvios que llegan a inundar de maravillosos colores mi mirada, la de los ojos inquietos y hienden el aire con aromas tiernos de deseos ansiosos de degustar con amor su mezcla de sabores, olores, pinturas de rojos, amarillos, verdes que entre brillantes compuestos se unen para crear la belleza perfecta de la creación.
Como tejidos por manos aladas colmadas de tesoros, misterios y luces que como débiles rayos de sol son para mi amado como rosas y lirios sembrados para su deleite y goce.
¡Oh! tus labios se endulzan con la miel y la canela y el aroma de la menta nos envuelven como copos de delicias jamás imaginadas.
Néctares y efluvios nos llegan porque nos amamos y vivimos en el sol de nuestros ojos novios, como el sol del verano, del goce perfecto y entre almíbares de agua de rosas o de azahar, entre el zumaque y las nueces, manzanas y limones, nuestro amor crece y sentimos en nuestra piel el rocío dulce de pasas y piñones que nos hacen abrazarnos y besarnos en una total plenitud.
Néctares y efluvios del comino, del cilantro, la pimienta, la cúrcuma amarillo naranja, el azafrán de color vivo, nos atrapan en aromas de intenso poder que nos hacen vibrar como ímpetus únicos este amor cobijado y total.
Y el dulce sabor de la vainilla, del pistacho, del sésamo, del azúcar, nos hacen desear arrumacos, besos en la frente, abrazos ligeros y tiernos a la vez.
Néctar de albaricoques, dulces de color suave, pistachos finos que como red nos hechizan en una macedonia de colores con agua de azar o agua de flor de rosa y en este gran taller del gozo, detrás de la luz incierta, llegan a nosotros tibias por los ríos las nieves de la lejanía para unirnos como corriendo en crestas de amor con espumas deslumbrantes que rutilan por el agua con júbilos y festejos.
Néctares y efluvios que hacen una plena consumación de nuestro amor entre jugos de uva, leches de coco y tierra plena de citrus acidulantes flotamos sobre el agua, hecha y deshecha por luces sucesivas, todo en un lecho de amor entre olas, nubes, horizontes y orillas.
Néctares y efluvios que de a poco, espontáneamente nos transportaron a lugares secretos, nuestros, donde nadie nos encontrará ya que nos perdimos en fiestas nacarinas, en albores, en celajes, sin prisa, pero dispuestos a amarnos más.

Alegre desilusión

Alegría de estar juntos.
(En nuestras manos depositamos nuestro destino, en nuestras alas cobijamos nuestro amor, estábamos juntos y palpitaban nuestros corazones, naciendo poemas pero no sabemos la causa, la lejanía nos cercó).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(El amor con desamor candoroso llegó a nosotros con un pasajero con augurios del mensajero a la estación del olvido, separándonos aún sintiendo ambos una pasión encendida).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Estando juntos, mirándonos, nos sentíamos en un paraíso guardado más allá de virginales jardines pero sin darnos cuenta nos marchamos, se deshizo el abrazo, se apartaron los ojos, dejaron de mirarse para buscar el mundo donde nos encontráramos).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos hallamos tras nuestras huellas de un vivir todo transido entre alegrías y penas pero amándonos y hoy nos encontramos solitarios, viendo la lejanía del pasado con un adiós que llegó a ocultas cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos vimos en espejismos, puros y diáfanos y nuestros labios se buscaban para besarse en noche de encanto, entre suspiros de noches de plenilunios, apartándonos de a poco, sin adioses, en una trilogía de melancolías que fatigó nuestros corazones).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos esperamos en el momento exacto, en nuestro anhelante querer de estar juntos, en ese día tan claro que las presencias de siempre no bastaban y nuestros besos se quedaban a medio vivir de sus destinos y nuestros llantos nos separaron).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nuestro encuentro fue un choque de materia y materia que a fuerza de contacto se convirtió en victoria gozosa de los dos en prodigioso pacto de amor pero nos dejamos de ver sin entender el porqué y quedamos los dos con nuestras soledades sin compartir).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Alzamos los ojos y nos miramos y el amor nos unió, iba yo hacia ti y tú venías hacia mí y la identidad nos unió entre éxtasis y alegrías intensas que nos condujeron a separar nuestras vidas para siempre en tristezas profundas y agónicas).
Desilusión compartida.
Los dos sentimos ese dolor de adentro al separarnos y ya nuestras manos no se aprisionan, nuestros cuerpos no se sienten, las sombras nos envuelven en una tierra seca, en una noche oscura, entre incógnitas palabras sin sentido en un lenguaje que no es el nuestro, vamos rumbo a lo incognoscible, en busca de vocablos de amor desconocido.

Secuestro furtivo

Secuestro furtivo, ¿te acuerdas tú de aquella noche que a escondidas y con misteriosos impulsos me llevaste a aquel umbrío lugar desierto donde a solas nos amamos?
La brisa nos acunó y el mar nos arrulló con sus ondas livianas como una melodía de lejanas orquestas.
Secuestro furtivo, me retuviste entre tus brazos tibios y yo me deshojé lentamente como flor de azahar pura y virgen y con dulzura me dejé raptar.
Me quedaría en el encierro de tu cerco, en todo lo que estoy, donde estamos tú y yo juntos, quietos como el agua quieta, retenidos en el amor sin sol.
Secuestro furtivo, disimulado, sigiloso, ¡qué ansia de repetirse esto que está siendo! ¡qué afán de que mañana sea nada más que llenar otra vez al tenderte ese hueco que deja, hoy exacto en la arena, tu cuerpo!
Secuestro furtivo, cauteloso, para que no se sepa ni se entere el mundo que estamos viviendo entre apretados y estrechos cercos cuerpo, alma y mar.
Nada promete el orbe, ya nos lo da, lo tenemos todo ya, nunca más nos separaremos ni por el viento, ni por las nubes, juntos cantando siempre.
Secuestro furtivo, retención deseada que despacio, sin prisa, sin siquiera escuchar tus pasos, sin ver tu sombra en la fronda me envolviste con tu mirada dulce y tu voz pausada y lenta.
Tu risa me secuestró y le dio colores a la noche y yo disuelta en alma y espíritu me entregué a ti hasta unos cielos lejanos en una gloria abstracta del alfabeto.
Y danzamos juntos, apretados entre frenesíes de pasión, rodeados de flores del jacarandá, azaleas, azucenas.
Secuestro furtivo,  quemante hasta lo indecible, hasta horizontes lejanos donde nos podemos tocar, palpar, en nuestros reflejos sin casi tocarnos, en nuestras formas reales donde se nos escapan suspiros hasta la muerte.
Nadie nos ve, nadie nos dice nada, estamos en nuestro mundo propio, sin altares de llamas pero sí de deseos y pasiones.
Secuestro sigiloso, nos dan formas de una geometría sin angustia entre delicias hijas del agua, cálidas caricias en los fríos inviernos entre amores verticales, cristalinos y auténticos.
Mi pecho se agranda, se agita, siente la presencia de tu amor en este secuestro furtivo, nuestros corazones se unen y en silencio nuestras manos se entrecruzan en el aire, en voluptuosa danza entre sombras sin paisajes.
Y todo cambia en nuestro existir, los besos son únicos, son nuestros y como cómplices del delicioso amar los dos, atónitos, vivimos el hoy, el ayer y el mañana en un encanto y esdrújulo sueño elegido en ondas del viento.
Arropados y somnolientos nos elevamos al más allá, solos con nuestras voces y sonidos, seguros de amarnos por siempre.