Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 28 de enero de 2019

Búscame siempre


Estoy Triste


Estoy triste, aturdida, melancólica,
escuchando la lluvia a través de mi ventana.
Añoro al amor que aún no me ha tocado,
¿Existirá para mi algún día?
No lo sé, mi esperanza es como el agua que atraviesa arroyos, ríos y mares.
Ahora, enamorada del amor, tú, el que espero, eres el milagro que me produce dolor apasionado, valiente y audaz, sueños.
Estoy triste porque mi lecho está vacío
y el gran aire que me envuelve, también limpio, sin señales de que tú vendrás hacia mí.
La soledad me invade de lágrimas saladas que como un gran mar en mi pecho se derrama.
Todo lo esperado no llega, las esperanzas se truncan, entre luces distantes,
azar sin respuesta.
¡Qué desilusión tan leve y sutil, sin color, tan vaga como las sombras!
Mi tristeza me la ha robado la noche, era mía, era bien mía, pensaba decirla en versos,
darle forma como dan las lagrimas, forma tibia al dolor de adentro…
Pero, el papel esperó en vano, mis poemas de amor, quedaron dentro de mi alma guardados hasta que te encuentre.
Y mi tristeza se va lejos, en las estrellas altas, en esas brisas frescas.

“Si algún día te descubriera
todos mis cantos olvidaría
y mis versos mi gloria coronaria”

Llueven mis ojos


Llueven mis ojos,
la lluvia desgrana
el gris celeste de mi mirada.
Mi angustia se prende
en cada gota pordiosera
que me regala el recuerdo
de tus ojos plomizos y aleteantes
sin lluvia que los apague.
Tú eres para mí,
el fino aliento de la aurora
y un abrazo de sentimientos mansos.
Llueven mis ojos,
eres en mis días de tormenta
la claridad ladina que perfora nubes,
la placidez del agua que en mi piel revolotea.
Y toda esa cosquilla
que se mueve por mi sangre
te llama
y te siente mío
para siempre.
Llueven mis ojos,
tú no estás conmigo.
No somos del aire que perdura.
Somos tiempo,
raíces ocultas, encanto ajeno.
Bosques poblados de pinos y eucaliptus,
entre cuyas hojas
mi mano se despide,
extendiendo las palmas al horizonte.
Estoy triste, llueven mis ojos,
estoy en una sombra apesadumbrada y oscura.
Formas efímeras de hierba
con las que mi mano convoca
las alas del otoño
te busco,
te deseo,
con todo mi cuerpo atormentado y sin luz.

“Frente al papel en blanco
armo un rompecabezas de palabras
por colores y formas
separo las piezas
y acerco sus bordes
ya el poema reposa
quieto y en silencio.
La poesía está en todas partes
y no se deja ver”

Mientras espero


Mientras espero, el cielo se oscurece,
truenos, relámpagos
y un rayo que siempre fulgura,
llora un llanto de tempestad.
¿Qué espero?
La luz que ilumine mi alma
como una saeta brillante
que atraviese mi espíritu sin armonía, 
de amor solamente.
Escribo poemas como poeta solitaria y adolorida
por su corazón roto en mil pedazos
sin lianas que lo sostengan.
Los versos se deben corregir ya que aprendí de las aves sus trinos,
de los rumores de los ríos su canto puro
y del zumbido de las abejas su unión
 y su búsqueda de la belleza de las flores.
Mientras espero ¡Qué paseo de noche con tu ausencia a mi lado!
Me acompaña el sentir que no vienes conmigo.
Los espejos, el agua, se creen que voy sola,
se lo creen los ojos de sirenas de los cielos aun chorreando estrellas.
Y empiezan a encenderse las preguntas.
Las hay distantes,
quietas, inmensas, mudas, silabeantes, 
inmóviles, como astros que preguntan
 desde la profundidad de mi alma
siempre lo mismo.
¿Cómo eres?  
¿Qué sientes? 
Otras fugaces y menudas querrían saber cosas leves de ti
y exactas, como es tu mirar, tu lugar en el mundo
en el cual me esperarías.
Mientras espero, claridades me envuelven,
sé que estás ahí, lejos, distante, pero que existes y piensas en mí
Tú tienes el sueño cercado por interrogaciones mías.
Perdóname, no lo puedo evitar, 
la esperanza de encontrarte en este mundo o en otro orbe 
es más fuerte que yo.
mientras espero, el tiempo desteje con saña como aguja de acero
mis ilusiones,
mis esperanzas, 
mis anhelos,
de verte aunque sea una sola vez, 
tal vez en esta vida o en otra,
no importa,
mi sueño volverá hacia ti y se me volará de las manos


“Con mis cándidas interrogantes
acabase la pertinaz espera.
Todo muy nimio 
pero suficiente para decirte
poco o nada”