Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 22 de abril de 2014

Melancolía


Somnolencia largo


Somnolencia,
instantes mágicos y fugaces
que en el amanecer me acunan,
me miman,
hacen que mil pensamientos se crucen,
se enreden,
se enlacen
como bajo los efectos de un encantamiento.

Y trazo un círculo de sueños
en torno a mi vida
para que uno tras otro se hagan realidad.

Somnolencia,
sueño semidespierta,
escapo de la realidad,
a veces fría y cruel,
fantaseo,
imagino eventos maravillosos
y momentos inolvidables.

En alas del sueño
se puede encontrar el destino.
Gracias a estos instantes imprevistos,
no buscados,
es posible encontrar objetos perdidos
y personas amadas
que se alejaron ya,
de nuestra vidas.

Somnolencia,
en la penumbra de mi cuarto
invento diálogos,
percibo hasta el más pequeño ruido
y desde mi ventana entreabierta
llega hasta mí
el murmullo del aire
al acariciar la hierba,
el canto de los grillos,
el roce de las ramas.

Quisiera tenerte a mi lado,
en silencio,
en este momento único,
en una comunicación mágica,
sin hablarnos,
entre un intrincado ovillo de pensamientos,
jamás expresados,
todo aquello que nos impide
ser espontáneos.

Somnolencia,
letargo no esperado,
siento que estoy bajo los efectos de un encantamiento
en un fugaz instante del alba,
perfumes,
luces,
formas y sonidos
me apaciguan los sentidos
en un riesgoso y repetido juego,
pero aún así, pienso en ti, amado mío.

Detrás. la espesa niebla del misterio.
En mi sopor,
mi entendimiento,
tanto más se afana
por descifrar enigmas y señales.

Somnolencia,
adormecimiento
que en las dulces horas
después del sueño
me inundan entre palabras,
poesías no escritas,
frases no dichas,
destellos de luz
que en mi mente se alzan
y me siento en esos momentos,
feliz y plena,
creo estar contigo
y no lo estoy,
siento que estoy entre tus brazos
y no lo estoy,
siento tus besos buscados
y no los encuentro.

Somnolencia,
luz cenital,
perfecta y diáfana,
fui feliz en ese lapso de sopor en el que,
ninfas del amor corrían por mi piel
en un perfecto momento
donde mi cuerpo adormecido
dormía junto al tuyo.

Somnolencia,
siento que duendes y ángeles
acogen mis sentimientos
perfeccionándolos
e inventando matrices singulares,
insertando una pizca de sangre aquí,
una gota de sueño allá
para que el mágico instante
no desaparezca
y mi felicidad al pensar en ti
no termine,
sea sólo un comienzo nuevo.

Alegre desilusión


Alegría de estar juntos.
(En nuestras manos
depositamos nuestro destino,
en nuestras alas
 cobijamos nuestro amor,
estábamos juntos
y palpitaban nuestros corazones,
naciendo poemas
pero no sabemos la causa,
la lejanía nos cercó).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(El amor con desamor candoroso
 llegó a nosotros con un pasajero
con augurios del mensajero
a la estación del olvido,
separándonos aún
sintiendo ambos una pasión encendida).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Estando juntos, mirándonos,
nos sentíamos en un paraíso
guardado más allá de virginales jardines
pero sin darnos cuenta nos marchamos,
se deshizo el abrazo,
se apartaron los ojos,
dejaron de mirarse
para buscar el mundo
donde nos encontráramos).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos hallamos tras nuestras huellas
de un vivir todo transido
entre alegrías y penas
pero amándonos
 y hoy nos encontramos solitarios,
 viendo la lejanía del pasado
con un adiós que llegó a escondidas
 cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos vimos en espejismos,
puros y diáfanos
y nuestros labios se buscaban
 para besarse en noche de encanto,
entre suspiros de noches de plenilunios,
apartándonos de a poco,
sin adioses,
en una trilogía de melancolías
que fatigó nuestros corazones).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nos esperamos en el momento exacto,
en nuestro anhelante
querer de estar juntos,
en ese día tan claro
que las presencias de siempre
no bastaban
y nuestros besos se quedaban
 a medio vivir de sus destinos
y nuestros llantos nos separaban).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Nuestro encuentro
fue un choque de materia
y materia que a fuerza de contacto
se convirtió en victoria gozosa
 de los dos en prodigioso pacto de amor
pero nos dejamos de ver
 sin entender el porqué
y quedamos los dos
con nuestras soledades sin compartir).
Desilusión compartida.

Alegría de estar juntos.
(Alzamos los ojos
 y nos miramos
y el amor nos unió,
iba yo hacia ti
y tú venías hacia mí
y la identidad nos unió
entre éxtasis y alegrías intensas
 que nos condujeron a separar
nuestras vidas para siempre
en tristezas profundas y agónicas).

Desilusión compartida.
Los dos sentimos ese dolor
 de adentro
 al separarnos
y ya nuestras manos
 no se aprisionan,
nuestros cuerpos no se sienten,
las sombras nos envuelven
en una tierra seca,
en una noche oscura,
entre incógnitas palabras sin sentido
en un lenguaje que no es el nuestro,
vamos rumbo a lo incognoscible,
en busca de vocablos de amor desconocido.

Secuestro furtivo


Secuestro furtivo,
¿te acuerdas tú de aquella noche
que a escondidas
y con misteriosos impulsos
me llevaste a aquel umbrío lugar desierto
donde a solas nos amamos?
La brisa nos acunó
y el mar nos arrulló
con sus ondas livianas
como una melodía
de lejanas orquestas.

Secuestro furtivo,
me retuviste entre tus brazos tibios
 y yo me deshojé lentamente
como flor de azahar
pura y virgen
y con dulzura me dejé raptar.
Me quedaría en el encierro de tu cerco,
en todo lo que estoy,
donde estamos tú y yo juntos,
quietos como el agua quieta,
retenidos en el amor sin sol.

Secuestro furtivo,
disimulado, sigiloso,
 ¡qué ansia de repetirse
esto que está siendo!
 ¡qué afán de que mañana
 sea nada más
que llenar otra vez
al tenderte ese hueco que deja,
hoy exacto
en la arena, tu cuerpo!

Secuestro furtivo, cauteloso,
para que no se sepa
ni se entere el mundo
que estamos viviendo
entre apretados y estrechos
 cercos cuerpo,
alma y mar.
Nada promete el orbe,
 ya nos lo da,
lo tenemos todo ya,
nunca más nos separaremos
ni por el viento, ni por las nubes,
juntos cantando siempre.

Secuestro furtivo,
retención deseada que despacio,
 sin prisa, sin siquiera escuchar tus pasos,
sin ver tu sombra en la fronda
me envolviste con tu mirada dulce
y tu voz pausada y lenta.

Tu risa me secuestró
y le dio colores a la noche
y yo disuelta en alma y espíritu
me entregué a ti
hasta unos cielos lejanos
en una gloria abstracta del alfabeto.

Y danzamos juntos,
 apretados entre frenesíes de pasión,
rodeados de flores
del jacarandá, azaleas, azucenas.

Secuestro furtivo, 
quemante hasta lo indecible,
hasta horizontes lejanos
donde nos podemos tocar, palpar,
en nuestros reflejos sin casi tocarnos,
en nuestras formas reales
donde se nos escapan suspiros
 hasta la muerte.

Nadie nos ve, nadie nos dice nada,
estamos en nuestro mundo propio,
sin altares de llamas
pero sí de deseos y pasiones.

Secuestro sigiloso,
nos dan formas de una geometría sin angustia
entre delicias hijas del agua,
cálidas caricias en los fríos inviernos
entre amores verticales, cristalinos y auténticos.

Mi pecho se agranda, se agita,
siente la presencia de tu amor
 en este secuestro furtivo,
nuestros corazones se unen
y en silencio nuestras manos
se entrecruzan en el aire,
en voluptuosa danza
entre sombras sin paisajes.

Y todo cambia en nuestro existir,
 los besos son únicos,
son nuestros
y como cómplices
 del delicioso amar los dos,
atónitos, vivimos el hoy,
el ayer y el mañana en un encanto
y esdrújulo sueño elegido en ondas del viento.

Arropados y somnolientos
nos elevamos al más allá,
solos con nuestras voces y sonidos,
seguros de amarnos por siempre.