Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 21 de noviembre de 2017

Cenizas de pasión


No me digas no


No me digas no.
(necesito sentirte a mi lado,
desde allá muy lejos,
la música mágica de los violines
dibujan prodigios en el aire al sentirte llegar).
Quiéreme.

No me digas no.
(el tiempo es río que huye y perdida
me siento al no estar entre tus brazos,
desde que te fuiste mi alma está triste).
Quiéreme.

No me digas no.
(en claridades de luna y brizas de jardín
elevo tu nombre por aires en vuelos
y en oraciones dulces y melancólicas
que antes no sabía brotan cada día
de mi corazón enamorado palabras de amor).
Quiéreme.

No me digas no.
(en el fulgor de la alborada
mis sueños susurran
pensamientos invocándote siempre,
quiero tenerte en mis mañanas
como no te tuve en mis ayeres).
Quiéreme.

No me digas no.
(ven en mis noches de soledad,
no me abandones,
en silencio avanza pálido el dolor
por no tenerte y ante él
la esperanza deshoja una flor).
Quiéreme.

No me digas no.
(mis suspiros necesitan estar contigo,
abrazada a ti,
inmóvil,
sólo mi profunda respiración
moja el claro cristal de la quietud
que nos une en un imperceptible chal de espuma).
Quiéreme.

No me digas no.
(mi alama clama por ti,
ondea mi canto pleno de dulzuras
y sueños y mis prosas,
mis versos,
parece que llegan de la azul inmensidad)
Quiéreme.

No me digas no.
(te busco y no logro hallarte,
te siento en horizontes lejanos,
pero te aguardo ya que presiento
que el coro de las hadas del bosque te traerán a mí,
porque ellas encuentran lo que nunca se logra hallar).
Quiéreme.

No me digas no.
(percibo la sombra de la ilusión y la sed
de lo imposible como una braza llena de fiebres locas
mi corazón atormentado y deseoso
de gozo y placer).
Quiéreme.

No me digas no.
(riamos juntos en trémulos esplendores de amor,
ven a mí y las liras de cristal sonoro
tañarán las ondas de plata de las aguas
quietas y volarán entre ritmos
los aromas de dos almas que se aman).
Quiéreme.

No me digas no.
(tú eres y serás mi inspiración de mis poemas,
de mis versos,
de mis prosas,
porque sólo tú llenas de armonías
el viento y ardes como llama brillante en mi alma).
Quiéreme.

No me digas no.
Juntos viviremos amaneceres brillantes
entre alegres cantares de frescas notas
y en fantásticos pentagramas,
plenos de dicha y luz crearemos nuestro nido
entre un pasaje que canta y cantando
nos cuenta sus misterios
en un alado idioma sin palabras.

Alba de amor


Alba de amor,
la noche cuajada de estrellas
envió desde todos sus astros
la más pura armonía de reflejos
como ofrenda nupcial a mi tálamo.

¡Cómo suena en mi alma
la clara vibración pasional de mi amado,
que se abrió todo en círculos inmensos
donde anduvo mi amor de su brazo!

Alba de amor,
la luz áurea va inundando
nuestras almas y cuerpos,
la ternura de todos los surcos
se ha quedado enredada en mis pasos
y los dulces instantes vividos
siguen tenues en mi alma soñando.

La emoción que brotó de nuestras vidas
ha tornado la ruta del alba
y ahora vuela por todos los prados.

Ya la noche se fue,
queda el velo que al recuerdo
se enlaza apretado y nos mira
en estrellas dormidas
desde el cielo en nosotros rondando.

Alba de amor,
ya la noche se fue
y las nuevas emociones del alba
se han atado.
Todo sabe
a canciones y frutos.

Se ha quedado tu vida en mi vida
como el alba se queda en los campos
y hay mil pájaros vivos
en mi alma de esta noche
de amor entre cantos.

Quisiera guardar en secreto
esta noche larga pero mi alma
no puede alcanzar el silencio del poema
sin palabras y saltan y juguetean
entre mis labios los versos de amor
como vibraciones íntimas.

Alba de amor,
vivimos una noche colmada de sueños,
lo saben nuestras almas
más allá de las islas
y más allá del sol.

El trópico,
en sandalias de luz,
prestó las alas y tu sueño
y mi sueño se encendieron juntos.

Esta noche se ha ido,
casi aurora,
casi ronda de luna entre montañas,
como una sensación de golondrinas
al picar su ilusión en una rama.

Alba de amor,
noche rasgada con claridades
de esencias altas circundadas
de emociones intensas
y me surgen canciones con palabras
y en mi pulso laten mis poemas andando trémula
por los astros como si yo no fuese por la tierra.

Alba de amor,
que noche de hojas suaves y de sombras,
palpitante de aromas y gozos
con cántico de vientos
entre embelesos de luces mágicas.

Noche larga con cantares dulces y poemas,
frases,
prosas de amor que cruzan y se van
a lo lejos a horizontes lejanos,
vibrando con su eco las palabras
temblorosas y ávidas que tú,
mi amado,
no me dejes ir de tu lado
y me tengas abrazada
como una cadena de flores perfumadas.

No sé quién eres


No sé quién eres,
ser anónimo,
desconocido,
que quiere entrar por resquicios
 de mi entreabierta vida
 para escudriñar mi alma
que como alba nube se eleva hacia el infinito.

En los duros biseles del silencio,
 inmóvil como águila señera
no permitiré que hurgues mis deseos
 ni roces el llamado de mi voz.

No sé quién eres,
 te desconozco,
 tu voz es extraña para mí,
te desconozco en mis miradas,
desnuda o disfrazada.

Eres el desconocido
por estas tierras de mi hoy
 y de mi mañana.

No quiero tener cerca el aire
que te cerca la garganta ni despertar
 en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el aire.

Tus llamadas son nada para mí,
 tú no estás en el verde levantado del árbol
donde pierdo mi albedrío
 y en el viento caliente del estío,
 ni en la orilla del mar enamorado.

No sé quién eres,
tú estás contra un muro hablando
y mis sentidos crecen a tu espalda,
 flamígero cipreses en hilera
y por los aires un círculo amarillo
 huye demudando mi casta y pura alma.

Quieres hurgar la raíz de mis sentidos
 vedando con tu figura con un cerco de jóvenes olmos
 mis poemas de amor que se esconden de ti,
el desconocido.

No sé quién eres,
muda su verdura el monte nuevo
 con un temblor tocado de rocío
 y tú el anónimo como un árbol doncel
quieres irrumpir en mi vida
con un viento por vientos perseguidos.

Crece en mí una hiedra pálida
de dudas ahogando en desazón al pensamiento
 y buscas de tener las horas de la espera
en la ramazón elástica del viento.
No sé quién eres,
sólo sé que estás rezagando mi camino
como cruz que aprieta las nubes
contra el cielo.

Es inútil que me busques me persigas con tu voz,
 tú pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu anhelo,
 yo soy vagabunda del cielo,
 tú un vagabundo de la tierra.

No sé quién eres,
no me busques,
no me podrás hallar,
la luna es una nota errante
que se extravió de su cantar
y con su luz agonizante me esconde
 y entre secretos me cobija
para que tú no me encuentres jamás.

No sé quién eres
y prefiero no saberlo.