Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 5 de junio de 2012

Te quiero junto a mí


Te quiero junto a mí, recorriendo el largo y serpenteante camino de la vida.
Aunque el cantar de los grillos, el murmullo suave del viento y destellantes astros del cielo me acompañen en estos momentos, te quiero junto a mí.
Te quiero junto a mí, alegre y apasionada nunca podré ser si tus besos en mis labios no puedo poseer.
Te quiso y no puedo dejar de quererte, no puedo olvidar tus besos ardientes.
Te quiero junto a mí, los crepúsculos danzan en el cielo, busco tu voz en todas partes y no la encuentro, pido ayuda al viento, lanzo un grito al cielo ¡te quiero!... ¡mi amor, te anhelo!
Te quiero junto a mí, te necesito, quiero que sepas que eres todo para mí, si estamos juntos, aceleradamente la noche moviliza brisas tiernas, se cubren las enredaderas de jazmines con vergeles súbitos y se dibujan, diestramente, arabescos celestes con luceros en nuestro cielo.
Te quiero junto a mí, lo fácil en el alma es lo que tiembla al sentirla venir y estar muy unidos, tú y yo sintiendo el temblor de la dicha anhelante de verse conquistada.
Quédate junto a mí, ninguna distancia podrá borrarte, no hay imposibles para los dos, toma mi mano, no te voy a soltar porque sería como romper una promesa, lazos invisibles que nos unen desde el más allá.
¡Qué sencillo el gran milagro de estar juntos, muy juntos, tú y yo!
En esta luz del poema, todo, desde el más nocturno beso al cenital esplendor, todo está mucho más claro.
Te quiero junto a mí, gran escenario, horizontal silencio que va a llenarse todo, porque unos labios se abren suavemente y nuestras voces desnudas se dicen a sí mismas, inolvidables.
Te quiero junto a mí y así surgirán de la nada, del espacio vacío las letras de nuestro cántico, autores lentos somos de alegrías de la vida que el suave viento alza y las entrega al mundo que las espera en las altas madrugadas del día.
Te quiero junto a mí, consumación feliz de tanta ruta, último paso, amantes, pies en el aire que lleva amor a donde amor espera.
¡Somos imágenes que inclina su hermosura sobre espejos que nunca las reflejan! Me dices que mis ojos brillan como la luna y que mi belleza es como el mar, eres la mujer que quiero amar, por esto te quiero junto a mí.

Tejiendo la vida


Así tejemos la vida entre nuestro diálogo de miradas atentas, sorprendidas, milagrosas, sorpresivas, consuelos y bálsamos de nuestras almas que nos unen en un alianza continua, permanente, constante y sentida.
Tejiendo la vida sin palabras mutiladas, sí, con rumores de amor en noches de espera, cantando sin tristezas ni penas.
Soy la viajera con el corazón pleno de amor y la sombra de tu sombra quien teje palabras de amor, frases, versos, entre hilos de seda y plumas haciendo un nido cálido de caricias.
Sensación de ser dos voces en la noche unidas por lazos estrechos y entretejidos de recuerdos.
Tejiendo la vida en un vivir juntos el hasta ahora esperado, trémulo y jubiloso de promesas unidas, ya que la vida es la sorpresa en que nos suelta desnudos, inocentes, en un mar inmenso.
Tejiendo la vida, los dos al unísono, para que en nuestros días de tormenta sólo haya claridad que atraviese las nubes oscuras y tristes.
Tejiendo la vida comenzaste a quererme porque me convertí, sólo para ti en ese sueño de cuento de hadas que todo lo llenó con su magia atrapando tu corazón y a la vez, haciéndolo libre.
Mi pasión fluye al recordarte, te tengo prendido en mi corazón y una catarata de gozos fluye desde mis entrañas.
Tejiendo la vida, los poemas van destilando cada día, ilusiones, rosas, fantasías, que llenan mi alma de alegría, sueños que despertarán algún día mientras vivo y respiro tu sonrisa.
Tejedora de versos y rimas, tejiendo momentos trenzo la vida.
Eres mi amor cada noche, mi eterno enamorado que calla y mira.
Tejiendo esperanzas y sueños con la madeja en mis manos, el corazón, el papel y una pluma, hilo y deshilo la ilusión de estar contigo.
Para que me sirve la vida si ya tejida en un hilo, perece, aunque de su esencia brota mi vida en un verso.
Ya no sueño con tus ojos, ahora quiero tu regreso, ya te tejí toda la vida y ahora en versos te quiero para mí, quiero estar contigo siempre.
Sueño con estar a tu lado, tendidos sobre nuestro lecho, recordar las horas pasadas en unas sábanas de tejidos blancos sobre la aguja de tu amor soñado, tejidos en letras de sueños y tiernos besos palpados sobre este gran poema de amor que es la vida.

Pienso en tí


Pienso en ti y no se si es cierto que te amo o lo sé tanto que temo que ese amor me traiga llanto.
Sólo tú haces de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante.
Pienso en ti y espero que te acerques, quisiera sentirte cercano. Todo hace el amor con el silencio que puede ser como un fuego o un templo de luces.
Pienso en ti, quiero apretar tus manos y me corre un secreto en la piel que es feliz y ansiado.
Pienso en ti, te siento y miro, lejanas, mis palabras, más que mías son tuyas y de mis manos surgen los poemas de amor que tú inspiras porque llenas mi alma toda de sortilegios mágicos y poéticos.
Quiero que los oigas, que te lleguen proféticamente puros porque voy tejiendo con todos los poemas un collar infinito para que te envuelvan y no te alejen nunca más de mí.
Pienso en ti y en el equilibrio cósmico de la noche mi voz interior me despierta, me pregunto porqué busqué en mi ser profundo para saber lo que me desconcierta.
Pienso en ti, muchos afanes de días, muchas noches sin estrellas, pondré un manto de olvido sobre este dolor que me aqueja.
Pienso en ti constantemente, construiré este poco de vida con lo poco que me queda, pero aún tu voz no se calla, me agita, me apena.
La noche está terminando, ya entra la luz primera, es una noche que pasa y ella se irá con el alba.
Si todas las noches pienso en ti y sueño contigo ¿por qué no vivo en un sueño?
Pienso en ti, imagino eres el viento, rozas mi cara, mis manos, tocas todo mi cuerpo y en su silbido apacible puedo sentir tu aliento.
Cuanto estás tú callado, pienso eres mi silencio.
Me tocas con tu mirada y me recorres toda y mi alma vuela apresurada cruzando mares, desiertos.
Pienso en ti, en nosotros no existen fronteras, tampoco tiempo, quisiera tener alas para volar y estar a tu lado acompañándote y apoyándome en tus brazos.
Pienso en ti amor, te pienso con ansias de frenesíes y pasiones, cuando me abrazas siento que tuve contra el pecho un palpitar sin tacto, cerquísimo, de estrella que viene de otra vida.
Pienso en ti, porque te alejaste y siento sobre el alma esa opresión enorme de sombras que dejaste, de palabras, sin labios, escritas en papeles que vuelan con el viento, dejándome tan solo el hueco de tu cuerpo.