Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 22 de marzo de 2017

Despertar a tu lado


Mi corazón te llama

 


Mi corazón te llama,
escúchalo palpitar sólo en pensar en ti.
Tristeza es que mi corazón
te llama a gritos y tú no estás aquí
para compartir su soledad.

No te escribo poesías,
te entrego poemas de amor,
no te oculto que te amo,
te lo digo en silencio con mi corazón
clamando por tu presencia a mi lado.

En el remanso de agua mansa
estoy contigo bajo la verde cabellera
de un sauce que se mueve a ratos.

Al río la imagen del cielo
viste su hermoso terciopelo,
en el centro fulgura
el agua con cristales de fraguas.

Mi corazón te llama,
respiran gozos mis anhelos,
cantos en la lira y en el alma vuelos,
sólo en pensar que estarás a mi lado
susurrándome palabras de amor.

¿Qué bien a tu bien se puede igualar?
Clamo por ti,
vibro tan sólo en pensar en ti.
En la amable brisa que besa mi frente,
oigo tu sonrisa fugaz y clemente.

Mi corazón te llama,
porque en ti todo es suave,
la luz del rocío,
el cantar del ave,
el reír del río.

El cielo tan azul que amas tú
en nuestro fragante edén
nos espera siempre.

Mi corazón te llama
al despertar la aurora
su mirada de alegre claridad,
de los campos brota un perfume de paz
y mi cuerpo ansía estar entre tus brazos,
sintiendo tus dulces caricias
sobre mi piel ansiosa
y deseosa de ellas.

Un alegre cantar de frescas notas
van despertando el campo
en la mañana de mi alma,
surgen palabras de amor
con inocente ritmo.
Mi corazón te llama,
clama por ti con desesperación,
late con cadencia inspirada
es un millar de notas que me subyugan
y un millón de arpegios que me elevan hacia ti
cuando al brillar la aurora
todo el paisaje canta.

En fantásticos pentagramas,
plenos de dicha y luz te espero
en nuestro lecho de amor.

Mi corazón te llama
y como ardiente orquesta palpita,
late,
en un alado idioma sin palabras
surgiendo estrofas en torrentes
que en sones se precipitan.

Redoblan los vibrantes tambores
en mi pecho con tan sólo pensar en ti,
son orquestas con música de mares
y como estruendosas cataratas
de alegres notas van a la lira
que los espera ansiosa.
Mi corazón te llama,
con amoroso sentimiento,
como cuando los pájaros cantan en coro
y el río ajusta a la sonata
las liras de cristal sonoro
que tañen las ondas de plata.

Contigo a mi lado amado amante,
vuelan los ritmos
entre aromas de amor y los poemas,
las prosas,
interpretan raudos y veloces
todo lo que por ti siente y arde mi alma
de poeta todo el trémulo esplendor
de estar junto a ti.

Sedúceme


Sedúceme,
conquístame con tu voz profunda y única
y tus palabras colmadas de amor
que llegan a lo profundo de mi alma
dominando mi razón y rasgando mi piel.

Aún en tus silencios tu voz me acaricia,
me subyuga,
me estremece en un letargo impreciso
que el tiempo desgrana.

Sedúceme,
sin siquiera tocarme,
haz que mi deseo tiemble entre delirios,
ilusiones,
incertidumbres.

Necesito vivir en un rincón de tu presente
y que mi imagen la guardes
atiborrada de recuerdos.

Sedúceme tan sólo con tu voz
en un aire silencioso
que como bálsamo errabundo
me busca en la oscura lejanía.

Te siento pero no te tengo,
mi cuerpo mudo de cariño
necesito ser pasión en polvo de cenizas
para que me armes con tus besos redentores.

Sedúceme,
tendrás que hacerme hoy y fuego,
vivir presente en mis formas afiebradas.
Necesito reír contigo,
escuchar con tu voz de horizonte tibias
de palpitación tus palabras de amor.

Enséñale a mi boca a que te busque
en la intimidad del silencio,
en la compañía del pensamiento.

Sedúceme poco a poco,
despierta todo lo que en ti provoco
que me hace pensar que necesito tu risa y alegría
cada vez que me llamas.

Estás lejos,
lo sé,
pero te siento tan cerca
que me llega tu sabor a gloria de tu alma
y tus coqueteos me hacen estremecer de placer.

Sedúceme con tacto
como si fuera seduciendo al viento
o como desojando una rosa
y dime como enredarías tus dedos entre mis cabellos,
hoy los he peinado con perfume de sándalo.

Dime lo que quieres
con mezcla de ternura y de ansias locas
que penetren en mi alma
que te está esperando.

Sedúceme como distraído,
respira profundo,
acércate a mí con tu voz serena,
con tus palabras que como caricias
hacen vibrar mi cuerpo y sentir ese tu aroma
de flor de azahar sobre mi cara.

Quiero sentir cerca tu aliento cálido y dulce,
que no se apague la débil flama
de este amor febril recién iniciado.

Sedúceme con tu encanto,
átame con tus deseos desde tan lejos,
confiésame tus anhelos y déjame vivir en tus sueños.

Te nombraré en mis suspiros,
te dibujaré en el pensamiento,
te querré con los sentidos
y te entregaré mis sentimientos.

Sedúceme hasta en mis sueños,
que tus dulces palabras de amor repiquen
como ecos en mi alma que te espera ansiosa
con deseos de compartir contigo
todos esos distantes de estar juntos
con gozo y placer.

Magia de un día


Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu mirada.

Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.

Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.

Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu resbala.

Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y caricias.

¿Cómo apresar la sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?

Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla enamorada.

Se pierde en la enigmática y secreta zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.

Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.

Mágico es este momento cuando respiro tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.

Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.

Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando
hermana de la muerta o muerte misma.

Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.

Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.

Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…