
Furia ciega, forjada en un instante de dolor, al ser herida en mis sentimientos y de pronto se juntaron en una cadena total las emociones que lastiman y hacen llorar al alma entera dejando cicatrices que, quizás, no puedan desaparecer.
Furia ciega, el ser en el que yo creía, el amado, no era transparente ni diáfano, sólo jugaba con mi amor y con rabia y violencia como un viento alocado o un huracán tempestuoso mi alma se transformó en una roca, en un suelo impenetrable, incapaz de volver a anhelar sentimientos puros.
Furia ciega, mis labios herméticos ya no claman por ti, arrebataste mi vida, con saña ciega, dejándome en un derrumbe total, entre sombras y oscuridades, sin más preguntas y deseando olvido.
Mi ira desaparecerá por tierra firme, con ciencia de equilibrista y piruetas suspendidas, sin peligros, tendida al borde del abismo, sin caer, esperando quien cure mis heridas.
Mi alma en pedazos, lentamente vuelve a unirse en una sola, la mía y se anima a continuar soñando, esperando el amor sano, verdadero y total, tierno como tréboles en flor.
Se irá la nube negra, torva, lenta, de pedrusco, la que con frenesí me hirió en un tiempo infinito y las auroras de plata iluminarán mi mundo interior.
Furia ciega, me acosaste pero ahora me siento libre, quiero estar sola, sin que una voz suene a mi lado si no es verdadera.
Hay que seguir sabiendo que existe la fuerza que aligera y que nos libera de sentimientos falsos.
Quiero que mi alma renazca, clara y abierta, sin rencores, sí con expresiones, buscando caminos anchos y no atajos angostos que lastimen al pasar, preparé altas escalas, soñaré altos muros, guiándome para el que vendrá en mi búsqueda, un ser auténtico como una flor sin espinas
La brisa será más fresca, el cauce que estuvo seco vuelve a conducir su caudal y un gozo nunca sentido, un verdor, unas estrellas y un río que vuelve a amar son un augurio claro de que el amor volverá y la furia se esfumará para siempre en cenizas apagadas que volarán con el viento.