Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 4 de junio de 2014

Déjame a solas


Mañana del ayer


Mañana del  ayer,
vivida con intensidad total
como si fuera un Hoy
último y deseado.

Sobrevuelo como una dinastía de soles,
amo y soy amada,
estoy envuelta en hilos
de unión perdurable y recíproca.

Mañana del ayer,
ya vivida desnuda,
he soñado una noche solar
con viento y lluvia,
me borraron como a un fuego,
como a un poema
escrito en un muro.

Mañana del ayer,
más allá del olvido,
alguna vez de un costado de la luna
verás cómo caen los besos
que brillan en mí.

Las sombras sonreirán altivas
luciendo el silencio que gime vagabundo,
vendrán las hojas impávidas
que algún día fueron
lo que a mis ojos vendrán
las mustias fragancias
que innatas descendieron del alado son.

Mañana del ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de vivir las rojas alegrías
que burbujean intensas en el sol,
que redondean las armonías
equidistantes en el humo
danzante del amor nuestro.

No me abandones, mi amor,
en esta verdadera mañana del ayer.

No quiero que falte poesía,
en el Hoy del hoy,
entre ensueños rezagados.

Pido el silencio entre nosotros dos,
que nos amemos juntos,
como si fuéramos uno,
solo tú y yo.

Mañana del ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.

Vida, mi vida, déjate caer
déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo,
de piedras verdes en la noche clara,
déjate caer, ahora,
ya, mi vida.

Mañana del ayer, cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
el temor de no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces de mi memoria
una viajera fascinante,
un fuego incesante.

En un rincón de mi alma


En un rincón de mi alma, 
escondidas, apretadas, enlazadas, 
nacen mis letras, mis prosas, 
mis poemas que nuestro amor creó.

Son los versos que lloran en la lira, 
que se quedó sin cuerdas.
Son las aves de mi niñez 
que buscan y no encuentran 
un árbol protector en que posarse.

Las busco con desesperación
 pero las estrofas de amor
 se anidan en frases
que escribo como amor para ti.

En un rincón de mi alma 
donde nadie lo encuentra, 
se oculta el poema de amor, 
el que nos unió, 
poema que escribí 
con dedos de amor y llanto de cristal 
por la falta de tu presencia 
que tu ausencia se llevó.

Ausencia que se siente 
como cuando el fuego se extingue 
porque el aire ya no está.

En un rincón de mi alma, 
se guarece entre frondas de lágrimas 
el dolor de no tenerte a mi lado 
y pido noticias de ti al viento,
 al ave, a la flor, al bosque 
y a los astros del firmamento.

Mas no he de dejar de buscarte
 pues me dice una voz secreta: 
¡sigue no te canses, mujer poeta!
Él ha de venir a buscarte
 por tierras, mares y cielos, 
en su cansada fantasía.

En un rincón de mi alma, 
aturdida y desangrada
 revolotean recuerdos purificados del pasado 
y como en una tierra mullida 
danza en amores trenzados
 a mano delicada,
 intrincada filigrana 
como un gran amor donado.

En un rincón de mi alma, 
mis sueños peregrinos 
prosiguen sin tregua 
la búsqueda de tu amor, 
se afanan, luchan, 
persiguiendo al mañana 
que te traerá otra vez hacia mí.

Y como una luz como telar exangüe, 
el cielo ilumina mis tristezas 
e hilvana, enviando a mis páginas, 
letras como poesías de la noche fría.

En un rincón de mi alma, 
 te tengo guardado,
 tú, el soñador, el amor compartido,
 luz del dolor cuando mi arpa reza 
¡oh luz! ¡oh belleza blanca de ilusiones!
¡Cuánta esperanza
 irradia en mi alma
 la sombra de tu ser ausente, 
siguiendo un ideal 
y un sueño que no se alcanza!

Y hay en éste, mi otoño, 
cuando la vida empieza a declinar, 
mi corazón rebosa de amor
y mi espíritu se anega de ilusiones 
en el silencio que flota 
a nuestro alrededor, 
rodeándonos como un tapiz vaporoso
 entre hilos alados y brillantes.

El sueño de amor inunda mi alma 
y en mis versos gira 
como magia del más allá,
 inundando mi alma 
de un existir único y verdadero  
donde no existe 
el mago azul de la mentira.

Hoy te siento


Hoy te siento,
aquí cerca mío.
La ternura de tus caricias
y tu mirada
es una franja azul y verde
entre el cielo y el agua.

Es una estela dejada en la piel.
Tu ternura es energía
transformada en besos.
Es un ave coqueteando con las olas.
Es una hoja balanceada por el viento.
Es un rosal floreciendo.

Tu ternura la percibo
en el abrazo cálido y sensual,
en el poder escribirte
a través de ella las poesías,
las palabras que nacen del alma para ti.

Hoy te siento
en el gesto delicado
que sale del alma,
en la forma en que me llamas.
La ternura es el suspiro del amor.

Hoy te siento
a través de tu calma
con que has sabido llenar mi alma
y hasta el menor de mis pensamientos
inspirando hoy cada letra
de cada poema que te escribo.

Es bella y verdadera tu esencia,
le escribo a lo que tu presencia
en todo mi existir genera.
Cuando un día
mis poemas lleguen a ti
entenderás que te amé así,
por no saber amar de otra manera.

Percibo tu ternura
y mi corazón infinito
como el cielo se convierte en volcán
cuya hirviente lava,
llega hasta el alma,
es como un dulce poema
que alegro mi triste razón,
eres una luz en mi alma
me alumbra
en todos los caminos de mi vida.

Hoy te siento
en una noche muy obscura,
noche de eclipse de luna,
la estrellas a mi alrededor
tiñen el cielo de color.

Tiemblo de amor
cuando se anuncia
la inminente llegada de mi amante,
a quien espero despacio
igual que un fruto colgado
sobre el fresco de la grana.

Y viene hacia mi
desprendido y risueño,
eterno signo de bondad y ternura
y nos encontramos en el cenit,
yo inocente y pura,
él noble y único.

Hoy te siento.
Desde lejos,
ya en el umbral del encuentro
y mi voz leve como un hilo
que sale de su noche,
trémula lo llama
¡Ven!
¡Te espero!
¿Desde dónde?

Es entre ondas sucesivas
de un querer al otro,
de ternura leve,
luminosa por el sol,
purísima y diáfana,
de blancura total y mi trémula espera
avanza soñando,
se acerca y las almas
se reconocen radiantes
en el camino que las esperaba
y en el papel amanecen
unas palabras
¡Amor,
hoy te siento!