Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 5 de noviembre de 2017

Sueño que estamos juntos


Volver el tiempo atrás


Volver el tiempo atrás,
nunca más , no quiero sufrir con tu presencia a mi lado,
ni un solo pensamiento de lo que fue mi vida contigo.
Te despediste sin un adiós,
el adiós viene de lejos, de muy antes,
largo, claro, lo sentíamos venir.
Mi cabeza esta inclinada,
pensando en el sufrimiento pasado.
Sin amor,  ¿ilusión, sueño?
Quieta ya, estás contigo misma.
Me desarmo como una nave deshilachada,
en penas.
Quiero volver al pasado, pero debo estar acá,
buscando escribir poesías de amor,
cartas sobre mi dolor y pasión,
frases que te erizan la piel.
Por su amargura y pensamiento sin forma.

Volver el tiempo atrás,
y estas cartas deshacían como telas en desuso,
como cenizas de la hoguera apagada.
El amor nunca perdona a quienes saben amar.
Se cobra su tributo, le pago sin demora,
con el dolor de la distancia… Y ahora.
La luna es una espada en cuyo filo duerme el amor,
ese amor ya perdido, al cual no buscaré más,
tu sombra de fuego enloquecido es ahora un fantasma,
sin asideros,
horizontes sin llegada.
Si éramos nubes yo volaré más lejos a las altas y grises,
tú volaras en remolinos a los algodones sin rumbo.
No quiero ni debo volver al pasado,
esté ya olvidado del todo.

Volver el tiempo atrás,
La tarde reclinada en el poniente,
cuelga en los bordes de la blanca nueve,
llevando mis plegarias y mi lloro.
Siento pena por tantos sueños muertos a mis espaldas,
Siento un dejo de lástima por ti,
mi amor ya ido a otros lares donde la maldad te rodea.
Tú ya no eres más mi respaldo, mi derecho,
eres el fin, mi revés, acabemos con esto por última vez.
No quiero saber más tu derecho y tú revés.
¡adiós! marcha a tu paso.
Yo iré al mío.
Trota mapas de tersa cartulina,
que yo galoparé mi desvarío,
para trocar un ya por un acaso.
¡adiós por siempre amado ausente!
me causaste mucha aflicción y pena,
pero ahora basta ya,
¡vete de mi vida!
¡vete de mis pensamientos que ya locos,
aun lloran por ti!

Daño irreversible


Daño irreversible,
me hiciste sufrir, me heriste,
al irte si despedirte a buscar otro lar,
ya no me amas.
El amor que tú sentías por mí se ha muerto lentamente.
Larga ha sido la agonía pero ahora mi vida es diferente.
Lo que te regalé una mañana de noviembre,
estoy segura que nadie te lo volverá a dar,
esas dos rosas espero que en tu cuerpo siembren la semilla.
Para que tú no me puedas olvidar.

Daño irreversible,
¿regalo, don, entrega?
Símbolo puro, definitivo, invariable,
signo de que me quiero dar.
¡qué dolor!
 separarme de aquello que te entrego
y que te pertenece sin más destino
ya de ser tuyo, de ti,
mientras que yo me quedo en la otra orilla,
sola,  pero todavía te siento tan mío.
¡Cómo quisiera ser eso que yo te doy
Y no quien te lo da ahora!
Cuando te decía “Soy tuya,
Sólo tuya”
Tengo miedo a una nueva que te lleve,
en un minuto al amor entero y nuevo a ti debido.

Daño irreversible,
un ayer no se olvida,
acunado ayer era amor.
No se olvida a una flor aunque cause  una herida
y sin un adiós en partida.
causa inmenso dolor, pero es daño peor,
si no se acepta la huída
y con el alma abatida se va el mudo en rencor
y no hay salvación ni esperanza florida
y una idea indebida ve una puerta y salida
y yo con grito y clamores te pido que,
no me olvides jamás.
¡ah! Si fuera la rosa que te di,
la que estuvo en riesgo de ser otra y no para tus manos,
mientras no llegue yo, tú la ascenderás al irte,
deshojándola para que no recuerdes,
ya todo a salvo de otro amor u otra vida
que viviste conmigo.

Daño irreversible,
Y ahora te espero a ti, lo soñado,
flotantes marchando sobre el mudo, tratando de encontrarme
y darme todo su amor, sus caricias, sus tibios abrazos,
Sus besos sin fin
¡al fin desapareció el daño irreversible!
ahora puedo ser feliz, colmada de dicha,
enlazada en segundos en un cuerpo viril y fuerte,
que me estrechara con pasión.

Miedo a perderte


Miedo a perderte
Ahora que te nombro y te reclamo,
Se aleja un rudo embarazo de silencios
Entre tu cuerpo y mi presencia.
No te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres mis sentidos sin orillas.

Miedo a perderte
Eres en mi otoño un viento adolescente en primavera
En la estupre de mis cantos se levanta
Y la sangre convoca en apetencia.
Te nombro a cada instante
Y te invoco con pasión y deseo, no me dejes.

Miedo a perderte
En las duros biseles del silencio
El calor de tus hombros enlazaba
La cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al roce, y al llamado de tus ojos…
Se alzaba de mí siempre este poema.

Miedo a perderte
No me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en fresco temblor de tu rocío,
Reposaré la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare el río e indagaré por el mar, por mi cantado.

Miedo a perderte
No te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del árbol donde pierdo mi albedrío
Ni en el viento caliente del estío
Ni en la orilla del mar enamorado.

Miedo a perderte
Y así voy por verdes de la tarde perdida
Por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra mi corazón y te derramas alejándote
Sin sequia con una palabra de amor.

Miedo a perderte
Si regresas a mí, amado ausente,
El sol iluminara nuestro amor,
Y nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose en el fuego.
Están fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos verdes que cierran mi sueño
Y torpe seré por siempre.