Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


sábado, 25 de noviembre de 2017

Encuentro sorpresivo


Te necesito


Te necesito,
abro mis ventanas con flores
de múltiples colores
para darte una señal,
un signo
por donde puedas encontrarme.

En mi jardín envuelta
en un manto de esperanza
mi cálida voz te llama
para encontrar tu sonrisa
 cálida y sonora
detrás de un heliotropo,
de un alelí,
de una rosa.

Te necesito,
hablaré con las mariposas,
les mencionaré mis deseos
alumbrando mis movimientos,
 buscándote con el pulso agitado
de la sangre
sobre el plato frío de mi silencio,
poblado de ecos y de sombras
como un ave de marfil en primer vuelo.

Te necesito,
recorre mis sentidos sin orillas,
un viento adolescente en primavera,
la estirpe de mis cantos se levanta
y mi sangre convoca tu presencia
y ahora que te nombro y te reclamo
floto con movimientos lentos
en el aire,
en un rítmico volar de dulces sueños.

Te necesito, amor,
te necesito más aún
cuando los astros encienden sus lumbreras,
mientras hallan trasluces en las tinieblas,
claridades en secreto,
noches que lo son apenas.

Te necesito,
ven a mis brazos que ansiosos te esperan,
que cuidan su misión de fuego puro,
un caliente perfume de cipreses
tienden un arco de paz sobre el camino,
 las nubes que sustentaban a los cielos,
sueltan al aire pájaros al vuelo.

Te necesito,
eres mi ancla de oro
y cadena de mi anhelo,
piel que adivina el pulso de mis ojos,
cruz que aprieta las nubes contra el cielo.
Quiero que bajen sombras de amor
a nuestro cielos,
circundando nuestro mundo,
sólo nuestro.

Te necesito,
estoy en tus islas encallada,
hambrienta de amor,
soy una llama que tu cuerpo reclama.
Es el capricho que risueño rompe
 la cerradura del secreto
que padece mi corazón.

Ese miedo tibio que revuela
entre alegrías e ilusiones hacia tí,
como alas batientes en el aire,
que sigue y canta.

Te necesito,
los signos de tu voz me reclaman,
despiertan mi ternura,
desparraman mi alma enternecida
toda por tus dulces palabras.

¡Te necesito!
 ¡Búscame!
¡Atrápame!
¡Conquístame!
Y dame algo que sea nuevo.

El tiempo ya no existe,
aunque exista la templanza
y la experiencia de nuestras vidas,
 a nuestra auténtica realidad y destino.

Sin tu amor


Sin tu amor,
a pesar del tiempo
y aún en la distancia te escondes
en mi memoria
creando un continuo dolor.

Pienso en verte de nuevo,
sentirte a mi lado
y mientras más lo pienso,
más difícil es dejarte ir.

Sin tu amor,
a veces una sonrisa surge de mis labios
entre mil nostalgias de ti
y me quedo permanente con tu mirada,
con tus abrazos,
con la tibieza de tu boca sobre mis labios,
me quedo con el aroma de tu piel…

Y me quedé sin ti,
sin el aliento de tu voz,
sin caricias,
sin tu latido,
sin tu existir.

Sin tu amor,
parte de mí se fue contigo
porque viví en ti,
mi sonrisa,
mi ternura,
mis latidos y mi amor.

Mi vida sin tu amor
no es más que el tibio abrazo
que no volverá,
será la soledad de estar sin ti,
yo sin tu amor
no sé vivir
y me imaginaré que sigues aquí cerca,
a mi lado y regresa
la voz que ayer no quise dar.

Mañana…
dejaré de pensar en ti…
cuando estés allá
detrás de una frágil pared de vientos,
de cielos y de años.

Sin tu amor,
será la de un amante
con un roto corazón,
mi vida sin tu amor
es barco en altamar,
sin puerto, ni ilusión.

Sin tu amor
no es más que el invierno frío
de mi soledad,
en el silencio de la inmensidad,
un alma que no encuentra su lugar.

Mi vida sin tu amor
no es más que el tibio amor,
no es más que el tibio abrazo
que no volverá,
será la soledad de estar sin ti.

Yo sin tu amor,
no sé vivir.

Mi vida sin tu amor
es nube que se va,
tu adiós se la llevó.

Tu amor fue
mi consuelo en la tristeza,
serenidad,
reposo en la fatiga,
esperanza en la desesperación.

Sin tu amor
es estar dentro de la niebla,
no te veo,
no te siento,
no te tengo,
ya no más mundo de dos.

El tercer beso


El tercer beso,
 el que se desliza sin saber a dónde,
suavemente,
como una leve caricia tibia y cálida,
lleva entre sus labios
el mensaje secreto, único,
de tu amor por mí.

Entre tu verdad más honda y yo,
me entregas siempre tus besos.
La presiento cerca,
ya, la deseo, no la alcanzo,
cuando estoy más cerca de ella,
me cierras el paso, tú,
te me ofreces en los labios
y ya no voy más allá.

Tú triunfas, olvidas,
besando tu secreto encastillado.

El tercer beso en la frente,
es más seguro,
los labios ceden, rinden
en forma al otro labio
 que lo viene a besar.
Mientras me mirabas y yo te miraba,
se detuvo el tiempo en medio instante,
el amor me llamaba y yo le obedecía.

Mientras me susurrabas
y yo te amaba
se alzaron los sentimientos,
 mandó tu voz,
el cielo se hizo visible en tus ojos
y yo renuncié el querer en tus labios.

El tercer beso,
preámbulo de una mirada,
para llegar como lluvia
a un frenesí de besos,
una lujuria de sentimientos.

Fue un instante sin fin,
 sin tiempo para soñar.

El tercer beso,
es el que trémulo y ansioso, vacilante
es el que quiere besarme en tu ausencia sin labios.
Besos me entregas,
sin ruido, esquivos a veces,
dulces otras,
como un gran fruto redondo,
 aquí en mis labios.

En el paraíso de tus ojos me pierdo
porque estoy perdida,
en la paz de tus labios,
me encuentro porque estoy contigo,
en el universo de tu alma vivo
con mil sentidos, en ti, vivo, amándote.

El tercer beso,
el que sabe a silencio y a sueños,
con melodías de ternuras
y tacto de deseo,
sabes a mi mundo,
a todo lo que anhelo,
sabes a amor, a mi amor.

Ten presente que un día el beso tuyo,
va a nacer de lo que estás escondiendo
y te saltará todo a los labios.
Y lo que tú me niegas
me lo entregas,
me lo das sin querer,
donde querías negármelo.

El tercer beso,
despacito, sonrosa la piel,
disfraza levemente
la defensa absoluta del ser último.
Besas mi rostro, mi frente
y me siento la más amada,
la más distante, la más última,
ésa que ha de durar, secreta,
cuando pasen mis labios, tus besos.

Quiero el amor, libre, suelto,
sin sombras, sin puertas
con trabas ni cerrojos
para vivir en ti sin temor
a lo que yo más deseo,
 a tu beso, a tus abrazos,
a tu solo cuerpo posible,
a tu dulce cuerpo pensado.

Dime, ¿por qué tarda tanto
en llegar ese tercer beso,
el anhelado, el sólo mío,
el que mi corazón espera
 porque sabe que hay algo en él
 que es saber que tú quieres dármelo?