Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 17 de septiembre de 2015

Despechada


La lluvia y el desamor


La lluvia y el desamor,
miro a través de la ventana,
como cae gota a gota la lluvia,
que insignificante es una,
pero que apabullante son todas a la vez.
Pero en mí, cada lágrima que sale,
es más que toda la lluvia.
Son torrentes de emociones,
que caen cuando avivo tu recuerdo en mí.
Te fuiste, desapareciste de improviso,
a lo desconocido.
Una lágrima a la par de una sonrisa,
pues aún no se esfuma la dulzura de tu ser.

La lluvia y el desamor,
quien se tomó lejano a mi querer,
aunque te tengo a mi lado tu cercanía,
que muestra lo lejos que estamos,
caminamos juntos de la mano,
aunque con destinos diferentes.
Hoy la lluvia me recuerda lo frio
y tormentoso que es dejarte ir.
Cae la lluvia rompiendo el silencio,
el céfiro que anuncia el amanecer nocturno.
Cae la lluvia distante y dolorosa,
mojando la huella que espera, de tu planta.

La lluvia y el desamor,
la lluvia disuelta en besos incinerados,
promesas incumplidas.
Y tu recuerdo ahora, una herida blanca,
desangra el alma…
De mis labios borre tus besos,
tus palabras he olvidado.
Más mi corazón triste…
Te sigue amando,
siento mi deseo en una brizna de tu cuerpo.
Cae la lluvia, me gusta caminar en la lluvia,
para disfrazar mis lágrimas que brotan sin cesar,
un alma que llora y sufre la distancia, la ausencia…
La cruel tortura.
Hoy las gotas de lluvia resbalan por mi cara,
limpian el dolor que hay en mí,
quisiera quedarme aquí y recordarte siempre,
mi dulce amor del alma,
tú que diste luz y ahora me dejas olvidos de escarcha.
Viento, dile que me duele su distancia,
dile que mi alma llora, que se queda vacía y sin nada,
dile que su amor es todo para mi,
que sin él no tengo nada.
Bajo la lluvia dejaré que el agua me desgaste,
para volverme parte de algo. 

La inútil búsqueda


La inútil búsqueda,
es esta la vía que recorro día a día para encontrarte,
y ni tu huella hallo,
¿Dónde te escondiste?
corro anhelosa de existir,
siento la trágica fatalidad, ser no más que una marca,
en tu viril cuerpo que huyo.
Sabes ya que no eres hoy, aquí, en este presente,
nada,
sino el recuerdo leve de tu planta que un día,
sobra la arena dejaste lo que llamamos tiempo.
Hoy tu sólo eres huella de tu huella.
Tu anhelado futuro para mí tiene,
tan sólo la forma exacta de una huella.

La inútil búsqueda,
En mí no sufre memoria,
como sufren las fechas, los nombres o la líneas,
nada, nunca más estarás en mi recuerdo,
porque el recuerdo es la pena de sí mismo,
el dolor del tamaño del tiempo y todo es eternidad: relámpago.
Si quiero recordar no sirve, solo vale vivir de cara,
hacia donde, queriéndolo, buscándolo.
Me sucede lo que el mundo quiere,
te marchaste escapándote al ayer,
o al mañana, no lo sé.
¿Ya te cansa mundo, ser enorme sueño indistinto?
¡tantos espacios, ofreces, invitación a los signos!
mi vida ahora se encamina hacia la búsqueda de la felicidad,
gotitas de momentos especiales,
junto al nuevo amor,
que me brindará todo lo que creí que me ibas a proporcionar tú,
me equivoqué no volverá a suceder. 

Acepto tu partida


Acepto tu partida,
en esta carta que sé que nunca leerás,
te digo que eres libre, este nuestro amor,
se ha marchitado,
lánzate y vuela con el viento,
no te molestes por estar a mi lado.
voy detrás tuyo borrando tu recuerdo en olvido.
te dejo ir aun deseando tu regreso,
al igual que a tus besos, tu piel y mis lágrimas de felicidad,
sobre tu pecho.

La pérdida de tu amor,
hoy te dejo ir porque de nada me sirve retenerte,
si tú estarás lejos de mí
y aunque decidas quedarte es mejor decir adiós,
cuando se va el amor.
Hoy te dejo ir, no de mis manos ni de mi vida,
te dejo ir a la deriva quizás porque es un poema,
que escribí hace minutos,
voy detrás de ti borrado este recuerdo en olvido.

La pérdida de tu amor,
te dejo ir aun deseando el retrato del ayer,
tus besos tus caricias, tus manos sobre
mis senos y mis lágrimas de amor sobre tu pecho.
te dejo ir pero algún día nos vamos a encontrar,
juntos con el límite de este tiempo.
Te dejo ir, tu partida es inevitable,
pero no olvides todos los momentos maravillosos que vivimos juntos.
Abrazados, muy juntos, en nuestro nido de amor,
cuerpo contra cuerpo,
besos por doquier, caricias por toda nuestra piel,
dejando como plumas doradas un corazón
brillante en instantes inolvidables.
Hoy te dejo ir con el calor de mi amor
en tu corazón,
vientos levemente soplaran,
mientras en mi interior tus recuerdos arderán.

La pérdida de tu amor,
hoy lo acepto sin olvidar lo que vivimos,
seco mis lágrimas y miro tu vuelo,
estrella fugaz en el límpido cielo.
Bendita libertad ya que me tenías atada a ti siempre,
ahora soy libre y por eso te dejo ir como el viento,
sin latitud fija, como el rio entre las rocas,
como las palabras al aire,
no te preocupes mas no te buscaré.
No se busca lo que ya se tiene
y aunque decidiste alejarte sé que me recordarás de por vida.
No olvidarás mis apasionados besos, mis dulces caricias,
de nuestras noches de amor y placer,
de nuestros encuentros en nuestro lecho,
que ya te extrañan,
me conformaré con tu olor impregnado en cada lugar
y en cada sábana,
olvidarás tu retirada por un momento,
pero recordarás esta alma que has llevado
contigo.