Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 28 de marzo de 2017

Siento que estoy sola


El camino del silencio


El camino del silencio,
Tú,
en el alto balcón de tu silencio,
Yo,
en la barca,
sin rumbo de mi vida,
Los dos perdidos
por igual camino,
tú esperando mi voz
y yo, esperando…

Esclavo tú
del horizonte inútil,
encadenada yo
de mi pasado,
mi silueta de nave en tu pupila,
no eres más mi brújula
y timón para mis brazos.

En pie en el alto barandal marino
tú aguardarías
mi llegada en vano,
yo habría de llegar
 sobre la espuma
en el amanecer
de un día blanco.

El camino del silencio,
me perdí
en la niebla de tu encuentro,
por el alto balcón
de tu silencio.
Olvidé la señal para mi barco.

El camino del silencio,
me perdí buscándote
 como un pájaro
ciego por los años.

La voz precisa
quedó bajo el silencio sepultado.

No lo puedo decir,
el eco se fue
se fue lejos,
repitiendo mis palabras
y acaso es largo el camino
 que el daño me asegura.

No lo puedo decir,
y sin embargo
 sé que está cerca
la total negrura.

No lo puedo decir,
mis labios están sellados,
mi búsqueda se perdió
en la nada.

No lo puedo decir,
todas las penas
se van volviendo ya
como serenas soledades
que aquí
no tienen signo.

El camino del silencio,
y aunque la muerte
simplemente abra,
aunque al fin
 me arrebaten la palabra,
no me voy a callar
ni me resigno.

Mi camino buscará la luz
y las mágicas palabras
 que me den alegría
 y no pesares.

Alma vagabunda


Alma vagabunda,
levantaste vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas nubes que te hacían danzar
entre silbidos de vientos suaves
como gemidos de un amor lejano.

Alma vagabunda,
perfumes, luces, formas y sonidos
desentrañados de su cautiverio,
azuzan y apaciguan los sentidos
en un riesgoso y repetido juego.

Detrás, la espesa niebla del misterio
y más allá un Dios mudo, sordo y ciego.

Alma vagabunda,
vagabunda que el aire hace
que hienda en pos
de las campanas,
averigua el río de los cristales,
la dulce redondez de la manzana,
la cruenta hostilidad de los cardales.

Alma vagabunda,
¿cuál es el motivo que no te deja detener
en ningún lugar?,
¿qué buscas?,
¿qué signos y enigmas
vas señalando como cada minuto el reloj
desgrana con sus pinzas prolijas y puntuales?

Mi entendimiento se afana
por descifrar esa búsqueda inútil
de recalar tu alma vagabunda.

Alma vagabunda,
en tiempo diferido,
en una odisea sin fin
no puedo dejar de pensar
por qué abandonaste la mansión de tu ser.

¿Fue por desconsuelo de amor?
Te dejaron sola e incomprendida
y emprendiste el vuelo eterno.

Alma vagabunda,
pura, virgen, desamparada,
te mueve sí el pensamiento
lo más sublime e inefable energía universal
creando palabras, poesías de amor,
volátiles e inacabadas
para que nadie las descubra,
son para ti, sólo para ti
amado amante.

Alma vagabunda,
no vueles tan alto
que no puedas apreciar
la hermosura de la senda
que te conducirá hacia él,
tu enamorado de siempre,
caminando en puntas de tiempo.

La esencia de tu ser


La esencia de tu ser bien oculta
 en el rojo silencio de tus ríos interiores
duerme tu espíritu en una fugaz luz,
estalla en la mañana
como amor retenida en pimpollo.

Mi alma, cercada de tinieblas,
al infinito se alarga
 cuando tú como bálsamo tenue
me haces perder el miedo
en tus brazos que me estrechan
 poderosos y frágiles
con la fuerza de tu amor,
plena magia
que suena como dulce melodía.

La esencia de tu ser me inunda
cual hiedra de amor,
con tu sangre vibrante
que forma raíces profundas y enlazadas
en mi mundo interior.

Naciste como perfil modelado
en blanda cera en los duros biseles del silencio,
estás inmóvil como águila en espera,
con el calor de tus hombros
enlazo la cima de los cielos con la tierra.

No se cuando empezamos a conocernos,
cada mañana nos empezamos a encontrar,
cada nuevo beso es para mí,
mi primer beso,
mi verso debía decirte
lo que para mí has sido,
tú tenías la palabra exacta
con ternuras compartidas.

La esencia de tu ser,
 mi corazón palpita deseoso
de poder llegar a tenerte en mis brazos,
sentir tu sutil aroma,
con el solo anhelo
de llegar a reflejar tus ojos en lo míos
 haciendo que mi alma se sumerja
en un éxtasis infinito.

Así esta pequeña ideología tuya
provoca en mí los sentimientos más profundos
ideando tu figura
mientras nuestros corazones
siguen bebiendo de la misma fuente
como en la hora tiernísima del juego
y de la leyenda,
regalándome primaveras inagotables de tu alma.

La esencia de tu ser,
esa materia que se presenta
como un himno favorito
entre notas que suben en números acordes
de tu pecho a mi oído
y despiertan una viola celeste
 llevándome al cielo como las alas de un ángel,
armonizando su son con tus cantares y tus risas.

Siempre amparándome en tu ser
 y se asoman a mi pecho tus sentidos,
temblando mi cuerpo
al sentirte cerca de mí.
La esencia de tu ser,
 principio de un amor sin tregua,
así voy por veredas de la tarde perdida
para siempre en tu embeleso.

Mi rostro feliz,
mis brazos libres,
recorriendo mis sentidos sin orillas,
vuelvo a tu boca olorosa,
quedándome en el deseo creciente de las aguas,
 jugando con tus sueños y mis anhelos.

La esencia de tu ser,
es mi paz intacta
del manantial de mi dicha.