Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 10 de enero de 2013

Mar de lágrimas


El intruso


El intruso, en una noche trágica, sollozante, entraste en silencio en mi vida para hacerla florecer en tu boca tempranera.
Desde ese instante mi mundo de luz se transformó en un roquedal oscuro y triste y el dolor inundó mi alma en lugar del amor verdadero y único que me colmara de felicidad, sin historias de heridas ni temores, sin fracasos traicioneros.
El amor me abandonó las caricias, los cariños, la fe, la fuerza de vida, las alegrías y las risas desaparecieron en la nada.
Mi mundo pleno de amor puro cerró las puertas al cielo al entrar tú el intruso a mi vida. ¿Por qué razón llegaste? ¿Qué querrías de mi?.
El intruso solo me dio un amor falso, insensible, egoísta y cruel.
¡Ahora basta! ¡Aléjate intruso de mi vida! No quiero sentir mas la cascada de tu risa sarcástica e irónica navegando en mi recuerdo, la cadena de tus brazos arropándome en tu pecho.
El intruso dejó su olor en mi piel, huelo a él, me persigue su olor, me persigue y me posee.
Sentir de ti, intruso, no quiero tu palabra enamorada acariciando mi lamento y la lluvia de tus montes seduciendo mis silencios.
Sentir no quiero más, intruso, tu colinas encrespadas devorando mis desiertos y el oasis de lujuria que tejías con el beso.
El intruso, sentir no quiero el halcón de tu mirada desafiando mis intentos y el amor de tu capricho galopando en mis inviernos.
Sentir no quiero el perfil de tu silueta esculpiéndose en mi huerto y ni someterme más al primer roce de tu fuego.
Sentir no quiero la agonía que se siente al sentir que no te tengo
¡Déjame sola tú el intruso, no quiero oír más tu voz!
Esta soledad no me deja en paz, si tú intruso mío no estás nada es igual.
El intruso que un día fue todo para mí en el decir claro de un te amo, sin regatear ni una sola letra, dando por completo la pasión y el corazón en una mirada.
Intruso, efímero sueño concluido, ¡qué amargo pesar ahonda la pena!

A través de mi ventana


Cae el agua a través de mi ventana y se desliza suavemente por el vidrio. Quieta e inmóvil estoy… esperándote, amor de mi destino.
La húmeda neblina borra toda la gala matutina, ni un árbol, ni una nube se destaca, en esta blanquecina cerrazón que entristece y no ilumina, la luz de mi alma eres tú, eres mi amor crepuscular, que renace más profundamente al escuchar las gotas de lluvia repiquetear en el techo de nuestro nido de amor.
A través de mi ventana, el jardín con suspiradas glorietas me hace soñar contigo y tu postergada visita. Cae el agua lentamente en esta mañana gris, tu ausencia siento a cada instante y mis lágrimas corren por mis mejillas queriendo jugar como las hadas.
A través de mi ventana pura y cristalina el agua repiquetea como el amor que mi corazón por ti derrama… he de esperarte ¿vendrás mañana?
Agua que limpias mis tristezas y calmas mis horas largas, él es mi amor imposible…que mi sensible corazón, sólo ama…
A través de mi ventana observo el recuerdo que pasa y aún a pesar del tiempo no ha podido borrarte de mi pensamiento.
A través de mi ventana escuchando las gotas de lluvia, observo como la tristeza me embarga y como las eternas noches no han podido olvidar lo que has dejado marcado en lo más profundo de mis sentimientos.
A través de mi ventana, veo como mis añoranzas pasan, mis gritos acallan, mi soledad se aplaca. Sin embargo, me rehúso a entender que a pesar de este letargo de triste agonía, algún día, otro amor vendrá a mi vida.
Sola estoy ahora, reencontrándome con el dulce sentimiento más íntimo de mi ser, conmigo misma.
A través de mi ventana, aquí y ahora tantas luchas he pasado, tantos afanes en vela, tantos bordes de fracaso, pero ya no son nada, junto a este esplendor de la lluvia, se olvidaron, es un final asombrado.
Ahora me alumbran las claridades de la esperanza, en transparencias del nuevo amor esperado como un sencillo gran milagro.
A través de mi ventana y ya en claridad diáfana vienen buscándome las luces de las palabras, los poemas no escritos, las prosas vestidas de color entre ondas sucesivas, entre luces en formas turbias, el amor en sílabas deslumbrantes se anuncia, viene en secreto, despacio pero seguro.
A través de mi ventana mi vida pasa entre sueños, entre alfabetos y palabras.
¡Soñando vivo amando!

¿Cómo será?


¿Será esto, amor, lo que siento? Dímelo tú, mi amado.
¿Será o sólo es cuestión de tiempo?
Quererte tanto sin saber si te quiero ¡vivir! ¡morir! en un momento.
Como si nada más existiera, sólo tú y yo en este eterno tormento de supuesta felicidad mezclada con la soledad que no me deja en paz.
La necesidad de no sentir tu vacío. ¿Será esto, amor, lo que siento? o sólo un instante fugaz que desaparecerá cuando caigas tú, mi dulce amor, en el tiempo.
¿Cómo será mi vida sin que tú llenes mi universo de brillantes estrellas? estrellas que nublan mi razón y de cometas que caen a veces de golpe y me devuelven a la realidad.
Pero, ¿qué es la vida si tú no estás?
¿Será esto amor lo que siento cuando te extraño y estás lejos y siento como si fuera a morir si no te tengo?
¿Cómo será vivir sin ti?
¿Será esto, amor, lo que siento? O más una tortura, un sufrimiento, un espejismo, obra del destino este sentimiento tan intenso, a veces frágil, incierto, que me hace dudar y pensar si será esto lo que siento.
¿Cómo será separarnos? Lo distinto se alza, nos pone en pie, nos llama otra vez a vencernos por las minas oscuras.
¿Cómo serán las tempestades amantes igual que las celestes, desembocando en fúlgidas sorpresas, en más luz, en la cándida novedad de lo mismo?
¿Cómo será cuando nuestras almas dedicadas, ardientes, se buscan como por un camino que no tiene despedidas?
¿Cómo será el verso que inunda mi espíritu en noches solitarias, misteriosas, en tinieblas?
¿Cómo serán las estrofas inspiradas por ti, mi amado, mi corazón se asombra de cómo llevan todas mis ilusiones, volando como insectos de luz en sus canciones?
Quiero a mis poemas por ingenuos, piensan que vuelas, sólo porque mi frente roza tus alas de jilguero.
Los quiero por audaces, yo sé que en sus anhelos hay horizontes para los mundos y los cielos.
¿Y cómo será, amor, cuando no pueda volcar en mi papel, en versos todo el amor que por ti siento?,  ya que siempre tendrán en mi laúd cantares y en el rosal de mi cariño, flores brillando en el fondo de mis noches las alas de mi númen.

Soñando sueños


Desengaño


Desengaño, tristeza y dolor, la verdad afloró en un soplo del tiempo, la traición y la cobardía inundaron mi alma.
Aquel a quien yo consideraba mi ilusión de amor quitó su máscara y en un momento su verdadero yo, se atrevió a ser girar mi vida en esquivas y lastimeras quejas de llanto.
¿Quién es capaz de producir este desengaño tan humillante huyendo rápidamente después de la traición?
¿Qué buscaba al romper la unión, tan tiernamente atesorada, que creí que existía entre los dos?
Desengaño, por fin puedo decir que se rompieron las cadenas que me tenían presa.
Gracias doy al cielo por este gran milagro ¡no más humillaciones! ¡no más mentiras!
Desengaño, acíbar amargo y cruel, te amaba demasiado para merecerlo, te entregué mis vanas esperanzas, ¿quién te ha conferido el derecho divino de juzgar y el don de herir y lastimar a quien tan sólo te ofreció amor?
Al fin, todo terminó, dejé de ser el recurrente destino de tus falsas caricias, de ser la corriente perpetua de tus falsas mentiras.
Ya no eres más el fulgor donde se anidaban mis anhelos, arrasando mis sentidos a las alturas inolvidables del más allá.
¿Quién eres tú para ostentar como bandera al viento tus malignas verdades plenas de apetitos prohibidos?
¿Por qué crees tener el don de la persuasión para engañar por falsos caminos a quien te respetó y te dio todo su cariño?
Desengaño, triste y doloroso, has dejado de ser mi dulce amor, el prófugo príncipe enamorado que busca aventuras mortales y peligrosas.
Tristeza y dolor pero sentimiento de libertad total y por siempre ecos de mis esperas.
Has dejado una cicatriz más en mi alma pero con firmeza sólo será una raíz muy honda que ni se percibirá.
Mi amor, el verdadero, me encontrará y a mi vida retornarán como gotas de lluvia la esperanza, la fe, los anhelos de vivir.
Desengaño, cruel, pero ya superado, quiso hacerme daño pero no lo logró, mi alma aún apergaminándose de llanto por la desilusión resurgirá, pura y límpida dejando en las huellas del olvido lo que nunca debió acercarse.
Podré así sembrar y cultivar el amor que me inunda mi mundo interior y ser feliz, gota a gota cada minuto del existir.

Turbulencia


Turbulencia, remolino de amor que regresa a mi vida, en un instante tenue, impreciso, que turba mis pensamientos cuando en la metáfora de la vida apareces meciendo mis recuerdos.
Vorágine de sueños, de nuevo dibujo tu nombre porque te amaba con total desespero y ahora se ha tornado una flecha sin retorno.
Turbulencia, algarada de sentimiento, a veces escucho las melodías del ayer, el dulce beso en mi boca, perdido en el tiempo, aquella ternura derramada en mi piel y ese amor tan intenso que nacía de ti.
Tu recuerdo y tu figura la tengo en mis ojos… llega la noche y bajo la lluvia te sueño moviéndose tu sombra inquieta, el viento la desliza como hoja caida porque son las turbulencias del amor.
El amor se levanta de sus cenizas, parece eterno, siempre regresa, cuando menos lo esperas lo tienes en mente, resurge de sus cenizas brotando como una flor y vuelve a desplegar sus alas ¡nunca muere!
Torbellino, perturbación de placer y gozo, deja que te invoque en la litúrgica hora de tus ansias al momento que calla el tiempo.
Algarada que me deslíe en piezas concéntricas como gotas de agua cayendo de la nada, abrazada al borde de la prisa… Turbulencia abstracta que no se separa de mis labios, puente levadizo permitiendo el paso del bergantín del amor al puerto seguro.
Manifestación de estrellas en el manto de la noche, un cúmulo de silencio, reverberando de pasión el amor encontrado.
No más vacío, como un oscuro vuelo repiqueteando la veta en mis pupilas, haciéndome ínfima en la elevada cumbre de tu aliento.
Turbulencias de ilusiones y esperanzas que se levantan hasta el cielo navegando con la luz de las estrellas, no traspasan el aire, no se envuelven con las nubes y con donaire claro el espacio llenan con amor de alas de seda y besos de colores.

Tejiendo la vida


Así tejemos la vida entre nuestro diálogo de miradas atentas, sorprendidas, milagrosas, sorpresivas, consuelos y bálsamos de nuestras almas que nos unen en un alianza continua, permanente, constante y sentida.
Tejiendo la vida sin palabras mutiladas, sí, con rumores de amor en noches de espera, cantando sin tristezas ni penas.
Soy la viajera con el corazón pleno de amor y la sombra de tu sombra quien teje palabras de amor, frases, versos, entre hilos de seda y plumas haciendo un nido cálido de caricias.
Sensación de ser dos voces en la noche unidas por lazos estrechos y entretejidos de recuerdos.
Tejiendo la vida en un vivir juntos el hasta ahora esperado, trémulo y jubiloso de promesas unidas, ya que la vida es la sorpresa en que nos suelta desnudos, inocentes, en un mar inmenso.
Tejiendo la vida, los dos al unísono, para que en nuestros días de tormenta sólo haya claridad que atraviese las nubes oscuras y tristes.
Tejiendo la vida comenzaste a quererme porque me convertí, sólo para ti en ese sueño de cuento de hadas que todo lo llenó con su magia atrapando tu corazón y a la vez, haciéndolo libre.
Mi pasión fluye al recordarte, te tengo prendido en mi corazón y una catarata de gozos fluye desde mis entrañas.
Tejiendo la vida, los poemas van destilando cada día, ilusiones, rosas, fantasías, que llenan mi alma de alegría,
sueños que despertarán algún día mientras vivo y respiro tu sonrisa.
Tejedora de versos y rimas, tejiendo momentos trenzo la vida.
Eres mi amor cada noche, mi eterno enamorado que calla y mira.
Tejiendo esperanzas y sueños con la madeja en mis manos, el corazón, el papel y una pluma, hilo y deshilo la ilusión de estar contigo.
Para que me sirve la vida si ya tejida en un hilo, perece, aunque de su esencia brota mi vida en un verso.
Ya no sueño con tus ojos, ahora quiero tu regreso, ya te tejí toda la vida y ahora en versos te quiero para mí, quiero estar contigo siempre.
Sueño con estar a tu lado, tendidos sobre nuestro lecho, recordar las horas pasadas en unas sábanas de tejidos blancos sobre la aguja de tu amor soñado, tejidos en letras de sueños y tiernos besos palpados sobre este gran poema de amor que es la vida.

Un beso de tu alma


Déjame a solas


Déjame a solas, no quiero más tu amor frío y silencioso, es húmedo río subterráneo en los tejidos de mi ser.
Déjame a solas, que no paralices mis sentidos, no deseo recordarte ni un instante más.
Déjame a solas, ¡márchate ya! bramando en torbellino ciego, llévate tu tempestad, volteando tu raudo mundo, déjame curar éste dolor profundo que inunda mi alma de lágrimas como cataratas que la dejan vacía y sin esperanzas.
Déjame a solas, nunca más quiero sentir que sabías a silencio y a sueños y a tactos de deseos, sabías a mi mundo, a todo lo que anhelaba, sabías a amor, a mi amor.
Quiero reír sin tristezas, llorar con sonrisas, ¡vete ya de mi vida! ¡déjame a solas con mi nostalgia de tus besos y poder escuchar tu melodía aún cuando estés lejos, aún cuando ya no estés!
No necesito tus ojos para ver ni tus labios para sentir, ni tu alma para vivir, ni tu existencia en mi vida para sonreír ni te necesito para saber amar.
Déjame a solas, no quiero lágrimas con emociones llenas de ti y de mi llenando surcos de pasión, aclarando tristezas, llenando melancolías, lágrimas que eran tan sólo para quererte y guardadas con sentimiento.
Déjame a solas, soñándote en cada anochecer, sin colores, sin esperanzas, sin anhelos, sin nada que me recuerde a ti, ni tus suaves palabras en mis sueños que ilusionaron mares, que significaron tu presencia, secretos ya idos de amores a voces.
El tiempo de amarnos entre tú y yo ya no existe, déjame a solas soñar con el amor, caricias y besos verdaderos y plenos.
Alma sombría, no llegues más a mí, no mereces castigo ni reproches, no te veré en el pliego más negro de la noche, ahora sin ti brillarán más las lejanas estrellas.
Eres ya luz entre sombras que no me alcanza, eres flores entre ruinas sin color ni aroma, eres falso clamor entre dulces caricias nunca más encontradas.
Déjame a solas, olvidarte casi en el borde del fracaso, en el final que asombra.
Ahora, sola al fin, una luz que el sol no sabe ilumina mi alma con sus rayos de amor, límpido y brillante. Vivo en una claridad, en una transparencia de paz en el gran milagro de un cenital esplendor por no estar más a tu lado.

Cuantas veces...


Cuántas veces el amor habrá golpeado las puertas en mi vida.
Cuántas otras las abrí de par en par, lo invité a pasar y ni siquiera volteó a ver que yo estaba ahí esperando su llegada.
Cuántas veces entró sin previa invitación y se marchó sin dar explicación.
¡Cuántas veces! ¡Cuántas!
¿Quién es el amor? ¿Acaso un forastero que va de puerto en puerto?
No se presenta, no da su nombre llega y se va sin que nadie lo detenga.
Cuántas veces e visto sus ojos y me ha confesado que es el amor.
¡Cuántas veces! No lo sé.
Cuántas veces ha escrito en las páginas en blanco de mi alma y cuantas más páginas se han borrado y el corazón ha llorado y derramado lágrimas que se han volcado inundándolo de dolor.
Cuántas veces ráfagas transparentes paralizaron mis sentidos y atrapada en sus latidos muero poco a poco, queriendo vivir.
Cuántas veces sus rayos de amor de doble filo atravesaron la brisa nocturna hundiendo su daga ardiente sobre mi lánguido suspiro yacente.
¡Cuántas veces! ¡Cuántas!, sus arrebatados vértigos arrancaron hasta el cuajo los nidos suaves de mi pecho dejando inertes mis raíces y vanas todas mis esperanzas.
Cuántas veces soñé contigo amor desconocido, te ame sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, eras sólo el aroma de todo lo que amo.
Cuántas veces he pensado, he soñado, he sentido estar junto al amor por siempre ¡Cuántas veces!

Caminos cruzados


Caminos cruzados, en la distancia esfumada nos encontramos en la vera del sendero de la vida, entre escaramuzas del destino que nos lleva a estar juntos.
Caminos cruzados, cuando la tarde apaga sus colores y los astros encienden sus lumbreras y se duermen las alas y las flores, nosotros, los solitarios surgimos de improviso, frente a frente y nuestras miradas se iluminan llenas de luz y armonía.
Caminos cruzados, de sendas desconocidas de la vida, nos entrelazan en instantes preciados de nuestro vivir. ¡Oh alegría de alegrías! Nos miramos en ese lugar preciado en la brevedad del tiempo.
Entre tú y yo nos unió el amor, allí, Atenea, escondida entre el vergel florido nos llevó a estos caminos cruzados para que se levantaran las leves tinieblas y nuestras miradas se encontraran.
Caminos cruzados en un hoy de nuestra vida, en diagonales zigzagueantes y oblicuos senderos a través de umbrías soledades nuestras vidas se enlazaron en segundos milagrosos, anhelantes ambos de amar aunque sea un instante en nuestro tiempo del Hoy.
Caminos cruzados, entre rosedales floridos, arcos de glicinas, enredaderas de azaleas, nos abrazamos entre besos leves y caricias suaves.
Y las palabras surgieron de nuestras almas, los pensamientos se hicieron ecos de amor, entre ventiscas suaves, el azul del cielo nos acogió en nuestro amoroso encuentro.
Caminos cruzados, sin piedras ni aristas, sin trabas, sí con pastos tiernos y suaves como brotes de tréboles renacidos para que al estar juntos nos sintamos en el Edén.
¡No importa cuánto tiempo estemos juntos, muy juntos, sí que nuestras almas vuelen en la fresca brisa del estar juntos!
Caminos cruzados, amor a destiempo que nos sorprendió a mitad del camino.
Este amor que florece como lirio en primavera, pero que poco a poco se va esfumando como niebla en el otoño de nuestra vida. Este amor que se estrella en la calma de tus mares y palpita como brasa en el calor de mi hoguera.
Caminos cruzados, con amor a destiempo es lluvia en el desierto, sol en la aurora, canto de sirenas, miel sobre la hiedra.
Nos abrazamos con gozo y pasión en el gramillar y la noche vertió sus luces sobre nuestros cuerpos, salpicándonos con el verdor del sendero y el perfumado chal de las blancas azucenas.
Estamos juntos por fin, recorremos los caminos, unimos nuestros sueños en uno sólo, en una continua nube de música mágica.