Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Mundo ideal


Siempre


Siempre seré tuya
en cuerpo y alma,
huyendo de los pesares,
dolores, resquemores,
me voy contigo por la vida,
depositándome toda en ti.

Siempre será horizontal mi silencio
que va a llenarse todo
porque unos labios,
los tuyos
 se abren suavemente en los míos.
Y fuiste voz al fin, tan hermosa
que puede confundirse con miradas.

Voz nunca servidora
de lengua alguna,
ni de sus palabras,
sólo son los teclados
donde tocas tu eterna melodía.

Siempre tu voz,
queda desnuda
porque es para mi inolvidable,
ha sido tu primera manera
de entrar en mí,
tu entrada por mi alma
como brisa todopoderosa.

Siempre te amaré,
aún flotando en suave
y rítmico andar
en movimiento bajo el fanal errante
de la luna confidente
de nuestro mutuo amor,
 pleno de goces y placeres.

Siempre escribiré poesías, versos,
palabras donde el Amor impera,
sueño el verso y soy feliz,
vertiéndolo en páginas al vuelo,
se agitan y rápidos
 se dispersan, se entrelazan,
 se entrecruzan
como musicales flechas en el firmamento.

Siempre cantaré
con estruendo de gloria
 al amor que me inunda
como un mar estallando
 en mí por doquier de mi cuerpo,
 vítores y clamores
entonando fiestas
en dúos de color entre
crujidos de notas augurales.

Más gozo en mi alegría,
 más luz en tu esplendor.
Siempre te recordaré
por estar tallado en mi corazón
y hacer saltar nubes de fuego
y huracanes
en mi cuerpo vibrante y deseoso
de ti en cada momento que te pienso.

Siempre existirá
una primavera en mi alma
al estar a tu lado plena de caudales de gozo
con los ojos cerrados de luceros
con tu cantar nocturno
con el que me brizas
y me entrego a tu eterno cántico,
por gracia tuya, ya no soy silencio.

Siempre al escuchar la lluvia,
seré tuya,
cuando la tormenta avance
rodeada de negros nubarrones
y el viento silbe más agudo,
 entre truenos errantes
y tropeles de relámpagos,
mi deseo por ti será más fuerte
y mi cuerpo palpitará ansioso de tu espera.

Mi corazón te siente llegar,
 una onda de fuego
arde en mi espíritu,
llenando los espacios infinitos.
Siempre te amaré,
en loca algarabía,
aún oponiéndose
a la simetría de la versificación,
yo te buscaré con mis prosas,
mis palabras, mis ideas,
como una mariposa
que sobre el rosal se posa
y proclama en el rosal
el triunfo del capullo de la rosa.

Siempre veneraré la poesía
como una visión que me traspasa el alma,
entre prosas y versos te amaré,
 seré tuya en cada monosílabo,
en cada letra,
las quiero por ingenuas,
por volátiles, por audaces
y cuando se asoman algunas de las estrofas,
mi corazón late y palpita
más a prisa
porque las escribí
siguiendo fielmente tu dictado.

Siempre mis versos
 llevarán todas mis ilusiones
volando como insectos de luz
en sus canciones.
Yo sé que en sus anhelos
estás siempre tu presente,
 hay horizontes para los mundos y los cielos
y sus alas sobre mi sien flotaron,
 yo sé lo que sintieron,
yo sé lo que soñaron,
siempre estar junto a ti mi amado.

Tal vez mejor soñar


Tal vez mejor soñar
que vivir entre húmedas neblinas
en las que ningún árbol,
ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que me entristece
y no ilumina débil
 la luz crepuscular y opaca.

Soñando voy por senderos luminosos,
 hadas y gnomos iluminan mi camino,
 floto en la brisa fresca y pura
del espacio de la nada,
ingrávida y suelta sin pesares ni dolores.

Tal vez mejor soñar y no vislumbrar
desde la invisible altura
 bajo la luz que, demacrada, brilla
 a través de la niebla del vivir
que es un velo todo impregnado en llanto.

Soñando soy como un ave que,
con su ímpetu de vuelo,
su canto lanza por campos en flor.
¡Qué bien se respira,
gozan mis anhelos,
canto en la lira
y en el alma que sueña,
vuelos vibran sin par,
en un fragante edén!

Tal vez mejor soñar
que vivir en la ardua lucha diaria,
de cada instante,
que nos desgasta,
nos produce sufrimientos y dolores
entre tan pocos instantes de amor y alegría
que como un millón de notas nos subyuga
y en un millón de arpegios nos eleva
a vivir la realidad cruel
a veces una y otra vez.

Tal vez mejor soñar
con todo un paisaje que canta
y nos conmueve con notas misteriosas
en fantásticos pentagramas
plenos de dicha y luz,
en un alado idioma sin palabras
que vivir instantes presurosos
de amores fugaces
o de recuerdos nuestros.

Tal vez mejor soñar
con el númen del estío
donde se vierten en llanos y bosques,
 campos de girasoles, alelíes, azucenas
que como arcos de violín,
resbalan hacia el río
entre el cordaje del juncal sonoro.

¡Ya no caben más notas en el viento,
en mi sueño azul y mágico!
Tal vez mejor soñar,
no sentir el dolor frío de la realidad
que golpea a veces nuestro corazón
 llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando melodías de lejanas orquestas
 nos invaden y nuestra alma feliz
clama ante la esperanza
deshojando flores entre dichas y placeres sin fin.

Tal vez mejor soñar
y no vivir fugazmente momentos breves
como gotas de rocío
a quien le da la aurora
 para vivir su hora morada
en una flor conociendo las espinas
 que defienden su fragante palacio de color.
Y así la vida pasa
pensando en tener un mañana
como no tuvo un ayer.

El secreto de los siglos


El secreto de los siglos,
raíces en el tiempo,
 eres el árbol
 que enredas mi espesura
entre ecos de los hombres,
del reino del detalle.

¿Cuál es el secreto
de los siglos
entre muros de agua,
anchos fosos de aire,
setos de piedra
o tiempo guardián de voces,
 y de pasados no encontrados?

Breve instante de la vida,
una hora siquiera,
somos seres
que como hojas desprendidas
donde una ilusión
su nido encuentra agonizando.

Esta hoja fugaz,
pálida vena del destino,
deseos de ser un soplo vivo
en el secreto de los siglos.

Fulgor contra destello,
el hombre abate,
espejo frente a espejo,
reina el mundo
y en el sentir de la hoja
y de su árbol,
árbol y hoja se confunden
en el secreto escondido de los siglos
pasados y por venir.

El secreto de los siglos
suspendido en el aire volátil
del orbe eleva e amor
como puente de cristal
a lugares misteriosos,
donde en momentos preciosos
 la felicidad renace.

Las voces del mundo
han levantado sus soles
en el interminable
 laberinto de la tierra
y nadie ha podido aún
 encontrar la esencialidad de su luz
porque habita
en el invisible corazón
 de la eternidad.

El secreto de los siglos,
de fuegos en las manos del arco iris,
 deshojado,
desdibujado,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz.

En esta vibración de latidos
que se agitan,
se entremezclan,
el amor sueña libre
en su soledad de siglos
y las cruces desnudas
diluyen su lenguaje de espumas,
recibiendo la sencilla
y límpida vibración
de corazones puros.

El amor en el secreto de los siglos
cae en cataratas silentes
día a día,
hoy,
ayer,
 ayer de ayeres,
por las curvas sencillas del viento,
desplazando su caudal de perfume
en el tiempo,
sin más banderas
que el acento claro de la paz.

El amor es el secreto
de los siglos en receso,
que va dibujando
su invisible rocío cósmico
en los atardeceres
temporales del espíritu
y abraza en silencio
 nuestros mundos
profundos y luminosos.

El secreto de los siglos
que se quiere dilucidar
aunque sea sólo
en la oscuridad
o entre tinieblas
que como tules
envuelven el amor,
 lo esconden 
para que sólo
en la esperanza del silencio oscuro
 la luz lo ilumine
por instantes
 para trocar al mundo
sin prisa
en el paraíso
donde se palpen soledades
o nuevas ofrendas
de luz y amor.