Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 13 de agosto de 2013

Perturbación


Conmigo misma

Aquí estoy, lejos de mi lar, frente al mar, conmigo misma, sintiendo la esencia de mi ser en mi espíritu que flota sobre las olas entre nubes que se confunden allá lejos en el horizonte sin fin.
Conmigo misma, percibiendo aromas, murmullos, pensamientos divagantes que llegan del más allá.
¡Sensación de ser dos voces que vibran en mi interior azul unidos por lazos estrechos y entretejidos de recuerdos!
Vivir conmigo misma, ¡qué maravilla jubilosa de sentirse entera!, desnuda el alma, inocente y limpia como el mar intenso.
Soy la viajera que a solas conmigo misma busca esos instantes breves e intensos de felicidad, viaja con el corazón pleno de amor y las sombras de amores presentes y pasados.
Conmigo misma, me llegan despacio a intervalos breves, rumores de amor de quien me está buscando en este presente, en noches de espera.
Conmigo misma, canto sin tristezas ni penas, danzo y me sumerjo en el mar que me llama sin palabras, sólo con las olas que me llevan a sus arenas profundas.
Conmigo misma expreso en mi mundo interior la verdad tan difícil de encontrar con palabras, en frases y así puedo transmitir mis pensamientos en bellezas por fin llevadas a mi interior por mi mente y espíritu, aflorados en un tiempo sin tiempos.
Conmigo misma, la luz me inunda, me fundo en mí, en mi recinto sin misterios, sin falsedades, sin subterfugios, y hallo el lugar donde mi alma en paz canta y danza horas, ligera y desnuda, sin testigos, ni pesares.
Conmigo misma, en mi soledad, no sola, voy bordando una red de recuerdos de vida en forma de sonetos, rimas, estrofas, que envuelven el amor que tengo para dar y que en minutos preciosos logro volcar en poemas de amor en páginas que vuelan vacilantes con el viento.
¿Por qué milagro aparecen esas poesías nacidas de la nada, cuando estoy conmigo misma?
¿Cuál es la razón de estos despertares que me inundan de felicidad y dan amor a mi alma?
Benditos momentos de inspiración cuando la vida, canta, ríe, llora y nos hace estremecer en estos instantes de placer y paz.

Esperar

Ahora mi tiempo ha aprendido a vivir con pausa, a saborear los pequeños espacios y a continuar esperando esos momentos que tú me das.
Esperar hasta encontrarme con mi yo desconocido y aprender que se puede volver a amar intensamente en la madurez de la vida.
Sin límites, sin rubores, sin titubeos, sólo queriendo que suceda lo inesperado.
Esperar a que sea posible, dejarse ver uno mismo tal cual siente y desear que tú me veas así. Sin ángulos, sencillamente con el corazón abierto y el deseo compartido.
Esperar que el querer exista por sí mismo, sin necesidad de pautas ni promesas, sin esperar nada a cambio, sin recompensas, sólo el deseo de dar.
El Amor… es esperar por ti, idealizando el arte para amar haciendo que los sentimientos que clamo broten por doquier.
Esperar que mis letras de amor para mi hombre amado le lleguen con todos los sentimientos engalanados con mi aroma y mi ser.
Esperar que fluyan de la pluma, las letras, las palabras, las frases, las estrofas , exaltando el valor del amor en forma de bellas inspiraciones,
Ya no hay respuestas que deba esperar ni fantasías que no haga realidad, mi amor ya no tiene un tiempo, es ahora, aquí… para siempre.
Esperar es todo ¡qué absoluto portento!
Esperar el fundirnos uno en el otro, para que el anhelo creciente, la distancia recorrida nos una para aspirar del todo la imperiosa fragancia, proyectándose los cuerpos más allá de la vida.

Despacito

Despacito, así se vive y se aprende, se crece con ansias de amar.
Despacito, enamorarnos de una nube, sembrar en el desierto, acostarse en la
verde pradera, sonriendo siempre.
Muy despacio, mirando en el vacío, alumbrándonos con miles de luciérnagas
que revolotean a nuestro alrededor, despertando el don del amor.
¡Sí!, ¡sí!, nuestras almas despacio se acercan una a la otra, como cisnes en un
lago místico y escuchamos el trinar de los zorzales que nos susurran su canto
a nuestros corazones.
Despacito, sin prisas, ni ansias, vivir el Hoy, amándonos por toda la eternidad
hasta que la muerte nos llame, mirándonos intensamente en amaneceres
esplendorosos.
¡Un cielo!, ¡un cielo!, para nosotros cobijarnos, despacito, escribiendo los
poemas de amor juntos, encendiendo la llama de suspiros y creando un
paraíso de dos.
Despacito tú y yo, pareja que inventa nuestros sueños, vivamos sin extravíos
ni extrañezas cada segundo del existir.
Despacito, vamos juntos a la luz de dos, entre recuerdos y promesas
enlazados por tenues hilos de plata en procelosas auroras, lumbres cenitales
y crepúsculos anunciados.
Despacito, vivamos para esperar el retorno por el aire, el agua, el canto, sin
dolor ni pesares, amándonos e imprimiendo marcas sobre el mundo en la
forma exacta de nuestras huellas.
Muy despacio, quietecitos, en silencio, escuchemos el oleaje del mar, el silbar
del viento, la lluvia repiqueteando en nuestro lecho de amor sin que nuestros
besos se queden a medio sin saber volar.
Despacito, encontrándonos allí, entre besos y llantos de felicidad, nos
hallamos con las manos, buscándonos a tientas, con los ojos mirándonos a
hurtadillas, con las bocas besándonos entre choques de caricias y abrazos,
victoria gozosa, de los dos en un prodigioso pacto de mi ser en tu ser.