Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 19 de julio de 2016

Refugio

¿Dónde estás?


¿Dónde estás amor de mi vida
que no te puedo hallar?
¿Te has escondido
entre los vergeles floridos
o en las cuevas oscuras junto al mar?
¿O en los nimbos del olvido?

Eres tan sólo un perfil,
nubes grises
bajo la tormenta oscura de palabras.

¿Dónde estás?
¡Ven a mí!
Te hubiera amado
hasta en la tristeza
o en la melancolía.

La noche te llama
y el sol busca tu rostro
donde el día toma su luz hermosa.

Te quiero junto a mí,
si no te tengo el frío,
el dolor,
nubes grises de siempre,
como un relámpago entre el sueño,
amaneces atravesando auroras.

¿Dónde estás?
Vive tu secreta existencia a mi lado,
como el deseo que nunca se extingue,
habitemos juntos
el invisible corazón de la eternidad.

¿Dónde estás?
¿Cómo llegar a ti?
Siempre llegué,
siempre fue posible estar juntos
¿por qué ahora no sucede?

¿Dónde estás?,
¿Entre la húmeda neblina
que borra toda la gala matutina?

Me entristece no estar contigo,
no tengo tus labios
y tú no sientes los míos,
¿dónde estás?
todas las frases que se quedaron
en mí para ti,
se dormirán y quedaré
vacía y sola.

La vida contigo se me ha quedado,
te hubiera amado aún a tu perfil
sólo entre nubes grises,
sin nimbos del olvido.

Con el misterio de la mirada
te busco entre relámpagos de sueños
y amaneceres solitarios.

¿Dónde estás?
Te busco en el horizonte envejecido,
en la estrella que palpita,
en aquel cielo con un sol
en el interminable laberinto de la Tierra.

¿Dónde estás?
parece que habitas
en el invisible corazón de la eternidad.

Más allá de las palabras,
de los sentidos,
de las ideas,
en el territorio oculto de tiempos
escurridizos te esperaré siempre,
tu piel de mares infinitos
acunará la fuerza de las esperanzas.

¿Dónde estás?
te siento agitando tu melodía de fuegos
en las manos del arco iris,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz
y este lugar
el amor sueña libre en su soledad.

¿Dónde estás?
te espero con mi corazón puro,
recibiendo desde tu lejanía
sencillas y suaves vibraciones de amor
que caen en pequeñas cascadas silentes
cada día por las curvas sencillas del viento
desplazando su caudal
de perfumes en el tiempo.

¿Dónde estás?
no quiero sufrir amarillentas pesadillas
de que no te encuentro,
te quiero junto a mí
en los atardeceres temporales
de mi espíritu.

Yo te amo
sin límites ni tiempos.

Laberinto de seducción


Laberinto de seducción,
escondite secreto,
puertas levadizas,
trancas con cerrojo,
que no conducen a ninguna parte.

¿Es que acaso no existe
el sendero que me libere
de este juego de seducción
que me conduce tan sólo a envolverme
en un manto de lágrimas?

Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por un laberinto de soledad,
en una melodía que acaricia los sentidos,
instintos que convocan arrebatos de pasión.

Laberinto de seducción,
mi camino fue hacia tu plan
que me condujo
en un extraviado concierto
a que mi alma se rindiera
y la copa de mi sentimiento
se volcó íntegramente hacia ti.

En este paraíso
de los tiempos del alma,
voy intentando alejarme,
recorro senderos,
tupidos follajes,
sendas inconclusas
y no encuentro la forma de alejarme de ti,
tú, el que traes a mi mundo
tus misteriosos artilugios
para enredarme en hilos de tristeza
y sed de sollozos.

Negarme a vivir
quisiera en las sombras del olvido
pero la vida me declara
todo tu amor vivido.

Laberinto de seducción,
donde tu sombra vive de eternidad…
Enciendo velas para encontrar
el lugar donde el viento
sacude su negra soledad.

Ayer acaricié el pétalo de tu sombra
¡Qué extraño fue!

Tú,
el que me llevó a caminos demolidos,
quitando los pasadizos
del incierto vespertino
pero no puedo apartarme de ti,
la música de tu voz
me lleva a un júbilo nuevo,
pleno de placeres
y gozos inesperados,

Perdidos entre los recodos del laberinto
nos buscamos a tientas,
seducidos por nuestra pasión.
Nos abrazamos en el aire del mundo
y nos volvemos a alejar.

Laberinto de seducción,
en ellos se estrenan los gozos primeros,
los sones del amor nuevo,
las huellas de un vivir
transido de un querer.

Déjenme salir,
procelosa y airada,
sin destellos de penas ni de dolores,
desaparecer en la quietud de la noche
para ser tan solo un recuerdo
en el tiempo vivido,
en el ayer,
sin esperar un retorno
al laberinto pasional
que nos imprimió marcas
sobre nuestro anhelado futuro.

Laberinto de seducción,
en el que las presencias de siempre,
no bastaban
y no nos hallamos con las manos,
con los gritos clamando,
con las bocas sin besos,
¡ya no más,
sólo nos quedan cicatrices
dentro del alma
por toda la eternidad!

Causalidad extraña


Causalidad extraña,
te conocí
y en ese instante mi vida cambió,
te cruzaste en mi camino
y juntos vimos muchas lunas pasar.

Nuestras almas no se encontraron
y comenzaron a entonar cantos extraños
que anunciaban en la noche del alma
una aurora nueva
donde en las páginas en blanco
fueron apareciendo frases,
palabras,
versos de amor
plenos de frescura y júbilo.

Causalidad extraña,
todo tiene una razón,
un por qué,
que nos elevan en suspiros
por los aires de colores
y notas sincopadas.

Es que el amor,
extraño sentimiento,
nos une en un todo
y es en vano luchar.

¿Adónde iré sin ti?
no quiero el vil causal de dolor
y pena en mi alma,
te quiero a ti
para que juntos recorramos
nuestros caminos.

Causalidad extraña
que al encontrarte inspiraste
en mi alma sonora,
flotantes alas plenas de armonía,
silencio azul en las etéreas alas
con un ritmo sin fin,
que descienden por diáfanas escalas
el juego de palabras y de ideas.

Extraña sensación,
por ese algo que nos hizo encontrar,
sembrando en mi mundo interior
un amor puro y verdadero
que me hizo nacer versos de adentro,
de allí,
que son para ti,
si no los quieres,
separando la estrofa
te los puedes llevar.

Causalidad extraña y feliz,
tu aroma me envuelve,
tu silencio escucho y en mis versos
quedo inmóvil esperando
que te envuelvan.

Causalidad extraña,
te siento lejos y estás conmigo,
te siento a mi lado
y estás muy distante,
somos la luz de dos.

Mis versos giran en mi sueño alado
y se posan en tu frente
como un beso perfumado de alelíes.

Causalidad extraña
que deja en mi alma soñadora
lirismos cultivados en vergeles florecidos
donde el corazón en el ensueño
se inspira y vuela al espacio
con las alas de todas mis canciones
sobre nubes de ilusiones rosas.

Causalidad extraña,
como dos estrellas errantes
en el inmenso cielo,
profundo y luminoso
nos encontramos para amarnos
en pleno vuelo.