Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 18 de marzo de 2013

Dos voces internas


Plenitud de amar


Plenitud de amar en el aquí y en el ahora, ¡qué gran sencillo milagro vivir en el hoy contigo!.
Mis suspiros se detienen pensando en ti y mi corazón late y palpita porque estás en mi vida.
Sólo se que la distancia alarga caminos pero siempre te siento conmigo a pesar de los abismos.
Plenitud de amar que no es misterio, estás en mis sueños y en el alto silencio de la noche, un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo y en el mío el tuyo siento.
Ya dormidos o en vela, los dos nos buscamos, tu sueño es mi sueño.
Plenitud de amar sin saber quién eres tú, verde de mis prados, dueño de mis cielos, sabor del fruto prohibido.
Pensar en ti todas las noches no es pensarte con mi pensamiento, es que estás dentro de mí. Te voy pensando conmigo, exactamente en el ancho mundo.
Plenitud de amar, dedicándote el alma mía a la tuya, a la luz de quererte, en el gran silencio por la tierra, por el cielo, en las suaves voces de nube, todo el cántico del amor va hacia ti.
Este amor nuestro vuelto estrella, único y verdadero, de afán y tiempo, ha entrado en mí como la dicha entra sin prisa, beso a beso.
Plenitud de amar, por ella no dejaré de buscarte, saltaré muros de agua, anchos fosos de aire, vallas de piedra, setos de bosques y te encontraré.
Te espero sólo a ti y donde yo te espero, sólo tú podrás estar, sólo escucharé tus pasos, tus vuelos, tus huellas únicas.
Plenitud de amar que hace que tu aliento mitigue mi llanto y tu mirada guíe mi camino porque tus ojos son secreto de mi amor.
Me llevas en tus días, en tu alma, en tu pecho, en tus labios, en tus palabras encendidas, lejanas sí de honduras de cielos o entrañas de la tierra.
Plenitud de amar, déjame volar hacia él, con el alma del alma y tan sólo un momento fugaz, eterno, es tiempo infinito.

Esperar


Ahora mi tiempo ha aprendido a vivir con pausa, a saborear los pequeños espacios y a continuar esperando esos momentos que tú me das.
Esperar hasta encontrarme con mi yo desconocido y aprender que se puede volver a amar intensamente en la madurez de la vida.
Sin límites, sin rubores, sin titubeos, sólo queriendo que suceda lo inesperado.
Esperar a que sea posible, dejarse ver uno mismo tal cual siente y desear que tú me veas así. Sin ángulos, sencillamente con el corazón abierto y el deseo compartido.
Esperar que el querer exista por sí mismo, sin necesidad de pautas ni promesas, sin esperar nada a cambio, sin recompensas, sólo el deseo de dar.
El Amor… es esperar por ti, idealizando el arte para amar haciendo que los sentimientos que clamo broten por doquier.
Esperar que mis letras de amor para mi hombre amado le lleguen con todos los sentimientos engalanados con mi aroma y mi ser.
Esperar que fluyan de la pluma, las letras, las palabras, las frases, las estrofas, exaltando el valor del amor en forma de bellas inspiraciones.
Ya no hay respuestas que deba esperar ni fantasías que no haga realidad, mi amor ya no tiene un tiempo, es ahora, aquí… para siempre.
Esperar es todo ¡qué absoluto portento!
Esperar el fundirnos uno en el otro, para que el anhelo creciente, la distancia recorrida nos una para aspirar del todo la imperiosa fragancia, proyectándose los cuerpos más allá de la vida.

Estrellas peregrinas


Estrellas peregrinas que como flechas perfumadas, lanzarán mis palabras y en poemas de amor viajarán hasta tu alma.
Dulces estrellas de la pasión, ojos de luna, corazón suave y tierno que te llama desde la lejanía distante sin ver tus ojos de amor.
Primero fue un poema de amor, luego otro y luego otro.
Sobre las costas de tu espíritu se fueron amontonando mis versos.
Estrellas peregrinas, que me llevaron hacia ti y tu voluntad fue cediendo como una ciudad asediada y las venas de tus sentimientos se abrieron como flores.
Estrellas peregrinas, mágicas y maravillosas que nos llevan al infinito desde que aquel poema de amor primero te colmó el alma y como los poemas son cosa de magia y vida, enamorarnos es lo insólito hecho realidad.
Estrellas peregrinas, lleven mis poemas a las almas que grácilmente las reciban y las amen flotando liberadas por los anchos espacios de todos los crepúsculos, como si fueran nubes escritas por el viento.
Estrellas peregrinas, despacio, como soplo leve, alterno, entreguen a mi amante mis palabras de amor, escritas en un ritmo de mi vivir soñando.
Estrellas peregrinas, que en el espacio inmensurable llevan el mensaje de amor celestial e intrasmutable e inspiran sublimizados versos que con efluvios recorren el orbe hacia ti con sus luces brillantes.
Estrellas peregrinas, a las que llevadas por vientos cósmicos les confié mis deseos de que mis versos vuelen a mi amor plenos de esperanza para que no sean sólo un sueño.

Tiempos para amar


Contigo soy feliz


Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta por caminos anchos y altos muros para guardarlo, escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás, si tú no estás ausente te siento conmigo, veo tu cuerpo alto que se termina voz como en humo la llama, en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos que abren las alas y vuelan levantando un tembloroso remolino de cadencias que nacen de mi amor por ti, son frases nobles, cláusulas marmóreas, blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une, el hondo que nos hace llegar a lo profundo en nuestras almas quebrando surtidores delicados, en la tierra de lluvia recién mojada llamándonos con su húmeda voz desde un mundo muy remoto a otro mundo muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas, versos que empezaron tallos hasta el jardín más quedo va floreciendo por el amor insólito que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío, seguro que hoy, que aquí, que tu evidencia es el filo con que me hiere tu abrazo, se gastarán tus caricias en días y noches blandas y poco a poco te voy queriendo más, amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil cuando los cristales duplican el blanco disco de marfil de la luna, nos unimos y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad y muchas veces, misteriosas frases de amor vuelan como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer, te quiero, el estar juntos… tiene saber a poco, siempre que estoy a tu lado cada día quiero más de ti, eres mi silencio azul en las etéreas alas que descienden por diáfanas escalas a las aguas turbulentas y profundas que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche por el campo abierto. Los astros nos observan con tenue empeño y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno, aspiramos la calma que nos une, con perfume a trébol mientras se alborozan todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos y la luz nos ilumina de puntillas, en el alba lanzándonos a las nubes para amarnos siempre como voces.

Mensajes sin destino


Mensajes sin destino, flechas en el aire, poemas de amor que he ocultado en un lugar secretísimo para no ser encontrados ya que sólo por ti están inspirados.
Son frutos nacidos del amor intenso que por ti siento ni están apegados a ningún estilo.
Fluyen del río del tiempo, se empapan escondidos en sus aguas y la flauta que los acompaña haciéndolos vibrar en mi interior se vuelve poco a poco reticente y opaca.
Mensajes sin destino, ayer quise gritar en una alud de palabras las prosas de amor guardadas para abrir causes nuevos y derribar murallas, pero no pude, fue un imposible deseo.
Ayer mis ojos acertaban distancias y como un remolino dos brazos giraban desbrozando malezas.
Mensajes sin destino, piernas y corazón con los versos de amor apuraban su marcha ora explorando amores, ora andando comarcas, buscándote sin cesar para entregarte mis mensajes de amor.
A todos pedía por ti y algún sueño prometía mi flauta, no el sueño que se sueña, sí el sueño que se arranca de la tierra renuente.
Un mar de letras impresas te quieren encontrar son frases de amor que sólo para ti las escribí y en las que me interné con todo mi amor y el fragor de llegar a tus brazos en una marejada leal y pura.
A veces te busco en el jardín florecido que me llama cuando en rosas, jazmines y geranios estalla o verdea, modoso en la paz de su grama.
Mensajes sin destino, los envío cantando bajito sin ahondar las pisadas con un dejo de gozo para que lleguen a ti mi amor amante.
No quiero penas ni dolores, sí sueños a mis espaldas para que absorban mis tormentas y tan sólo compartir contigo mi bienamado mis bonanzas y mis prosas de amor.
La flauta está en su estuche y la espalda en su vaina porque espero que mis mensajes sin destino lleguen pronto a tu noche como un libro fiel que cuenta mi espera ansiosa  y vibrante.
Mensajes sin destino, van por un mar terso, sin oleaje, en un mundo como de sueño en un eterno recomenzar para que se oculten, no queden o se pierdan en la nada.
Mensajes sin destino, viajan en el silencio, en el viaje completo de proezas musicales en los confines del paisaje.
En mi voraz silencio grito mis mensajes para que se alcen hasta el cielo en una gama de colores en las que las palabras se entienden una vez más a sí mismas.
Mensajes de amor, no se oculten ni en un veraz espejo muestren las palabras de amor que mi numen siempre inspiró.

Magia de un día


Magia de un día, mi amor tu eres magia, en cada instante de mi vida en mi cielo resplandeces y son tus ojos que me iluminan con un fulgor de estrellas que me cautivan y me ocultan sin quererlo en tu mirada.
Magia tiene tu voz, tu dulce acento, el cual lo escucho dormida y aún despierta que me dice dulcemente con el viento, me confiesa y me repite: “que me amas”.
Mis pinceles más leales se han propuesto apresar tu verdadero rostro: desentrañar las esenciales líneas donde tu fuero el aire acata y el aurea alba, espiar el múltiple venero donde emerge a raudales toda la luz que quiero para tu piel, tus ojos cenitales.
Magia de un día, en la que la recta se espírala, la curva se endereza y por la emoción y el sentimiento sin acertar el rumbo ni la escala, la alta luz tropieza o en su ímpetu resbala.
Magia de un día, estás a mi lado, entre mis brazos, cubriendo mi cuerpo con calor y caricias.
¿Cómo apresar la sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en tus mejillas convoca?
 ¿O la mañana asomada a tu boca?
Magia de un día, mi afiebrada plata se anubla enamorada.
Se pierde en la enigmática y secreta zona de la alborada donde digo carmín, azul, violeta y al nombrarlos se esfuman en airada, fantástica pirueta.
Magia de un día, en tu silencio eres un volcán que se activa aquí en mi pecho, cuando llegas y desciendes a mi lecho y en tu ternura me abrazas.
Mágico es este momento cuando respiro tu aliento y mi alma se entremezcla con la tuya para volar por los cielos y marcar el universo entre suspiros, siendo uno, envuelto en hilos, envuelto en hilos de plata.
Magia de un día, con este nuestro amor que no se acaba nunca porque prolongando de que uno y uno sean dos ya que el amor es el retraso milagroso de su término mismo.
Con los besos, con la pena y el pecho se conquistan en afanosas lides entre gozos parecidos a juegos, días, tierras, cielos abiertos, espacios fabulosos, a la gran disyunción que está esperando hermana de la muerta o muerte misma.
Magia del beso perfecto, aparta el tiempo, échalo hacia atrás, ensancha el mundo breve donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo tiene el amor su cima: es en la resistencia a separarse en donde se le siente, desnudo, altísimo, temblando.
Magia de un día que se va en una despedida larga, clara, con lo más seguro que es el adiós…